𝟬𝟳 - Jugueteo con los dedos

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El argentino se encontraba en el salón de clases, estaba vacío y el ambiente era bastante tranquilo, ya que el sol dejaba ver un brillo rojizo que hacía que el lugar se viera muy lindo. 

Estaba resolviendo algunas ecuaciones cuadráticas en el pizarrón mientras el venezolano prestaba suma atención, ya que su novio se había tomado el tiempo de explicarle aquello que tanto le costaba entender, sin embargo el Omega no estaba prestando tanta atención, puesto que sólo estaba centrado en el argentino. 

— Entonces despejás, multiplicás y luego anotás el resultado acá abajo. — Habló terminando de copiar aquellos números que confundían al mayor, luego se volteó y se apoyó en la mesa del profesor, aprovechando de acomodar la corbata de su uniforme y mirar por el pequeño espacio de la ventana el sol, ya se estaba haciendo algo tarde. — ¿Entendés amor mío? — preguntó, posando su vista en el ojimel. 

Este al oír que le hablaba parpadeo un par de veces para luego levantarse del pupitre repentinamente y suspirar. 

— Más o menos... No, espera, ¡sí! — mordió su labio inferior algo nervioso para aclarar: — Si entendí. 

Argentina lo miró algo dudoso, luego le lanzó el marcador, el cuál Venezuela atrapó casi de inmediato para luego mirar aquel objeto, posteriormente a su pareja. 

— Entonces resolvé esa ecuación. — Ordenó Argentina en un tono relajado, señalando con su dedo pulgar un montón de números que honestamente, el mayor no quería hacer. 

Este se acercó hasta el pizarrón y empezó a jugar con el marcador, hasta que ya sin ganas de hacer nada miro a su novio, el cual lo miraba con una sonrisa burlona. el castaño hizo una leve mueca de molestia y le reprochó. 

— Dale Arge... No me hagas esto vale. — Miró al de cabellos dorados con una expresión que parecía suplicar. 

El mencionado rió levemente. — ¿Entonces como pensás aprobar el contenido? 

El de pecas no dijo nada, sólo se dirigió hasta donde estaba su pareja y apoyó su cabeza en el pecho ajeno algo frustrado. — Ay... Después... — comentó. Sin embargo levantó su vista y sonrió de una forma juguetona. — mmm... Tal vez lo haga si me das algo de motivación. 

El menor lo miró algo confundido, pero con una sonrisa en su rostro. Luego de unos segundos captó a lo que se refería, por lo que soltó una leve risa como repuesta y acercó su rostro al de su novio, sonriendo de forma pícara. — ¿Motivación? — repitió. 

— Sí, si me das "motivación" haré el ejercicio. — Respondió acercándose aún más, haciendo que ambos labios se rozaran, sintiendo la respiración del otro. 

No pasó mucho hasta que su cercanía de transformó en un beso, un beso que parecía estar perfectamente sincronizado, uno que poco a poco iba aumentando de intensidad. 

El menor posicionó una de sus manos en el mentón del mayor para poder profundizar más aquel beso, y a su vez, apegar ambos cuerpos, hasta que ambas entrepiernas se rozacen. 

Poco después ambos chicos separaron sus labios por la falta de aire, siendo lo único que los conectaba un delgado hilo de saliva entre ambos. Se miraron un par de segundos para luego besarse nuevamente, está vez con las desespero. El caribeño se apoyó en el escritorio del profesor a la vez que seguía con el beso. 

La ropa como era de esperar les estorbaba un poco, pero por razones obvias no iban a desnudarse completamente en la escuela. Para solucionar un poco eso, el argentino desabrochó con cuidado algunos botones de la camisa del ajeno para tener más campo, movió su corbata a un lado y empezó a dejar besos y lámidas en esa zona. Mientras el venezolano respondía con suspiros y alguno que otro jadeo, realmente le gustaba sentir al otro de esa forma. 

El mayor hizo un ruido ahogado con su boca al sentir como su pantalón era desabrochado y como lo bajaba en menos de un segundo, por lo que llevo su mano hasta sus labios y mordió levemente sus nudillos, para evitar soltar algún ruido que no quisiera.

— Arge...~ — suspiró su nombre, bajando su mirada con un notorio sonrojo. El nombrado sonrió de forma juguetona y a la vez seductora, acercándose más al ajeno y abriendo sus piernas lentamente. 

— Vos querías motivación, eso es lo que voy a darte. ~ — Respondió, para luego meter una de sus manos en el boxer del mayor y empezar a recorrer libremente la zona de su entrepierna con delicadeza, notando casi al instante que ya estaba húmeda, sonrió pícaro y el castaño sólo desvió su mirada algo avergonzado. 

En un movimiento rápido el argentino metió uno de sus dedos dentro de la entrada del venezolano, este respondió con un gemido ahogado a la vez que arqueaba su espalda ligeramente, ya que mordía su corbata para no lastimarse los labios esa vez. 

Continuando con lo que hacía, metió otro dedo, abriéndolos y cerrándolos repentinamente, un movimiento similar al de unas tijeras. El mayor sólo continuaba reprimiendo gemidos, pero debía admitir que disfrutaba eso, se sentía tan bien tener los dedos del otro latino dentro suyo, era un sensación increíble. 

— Ahgm~! — Está vez soltó un gemido más fuerte, ya que Argentina había metido un tercer dedo, está vez moviéndolos de una forma más rústica, simulando embestidas. Este de vez en cuando miraba al caribeño, admirando con satisfacción todas y cada una de las expresiones de placer que hacía gracias a él, disfrutando ver aquel intenso sonrojo que adornaba su rostro, era tan lindo. 

Continuó con las "embestidas" un rato más, hasta que sintió las piernas de su novio temblar con algo más de fuerza, lo miró y este sólo pudo decir a duras penas gracias a lo agitado que estaba: — V-Voy a... — antes de poder terminar el beta, aún sin dejar de follárselo con los dedos, con su mano libre estimuló el miembro ajeno, para ayudarlo a venirse. 

Finalmente, junto a un gemido ahogado por parte del venezolano sintió el líquido blanquecino y viscoso en la palma de su mano. El nombrado suspiró y se intentó acomodar en el escritorio, sentándose encima de este y con su mirada baja intentaba regular su respiración mientras acomodaba su camisa. 

El de orbes claros tomó un pañuelo que encontraba en el escritorio y limpio sus manos, luego se acercó al Omega, lo tomó del mentón y le dejo un rápido beso en los labios. 

— ¿Ya estás motivado? — preguntó de forma divertida. 

El castaño lo miró unos segundos para luego apoyar su cabeza en el hombro de este. — sí, sólo... Sólo dame un minuto... 

Argentina río y procedió a dejarle un beso en su frente. Luego de eso tendría que encargarse de él mismo, ya que no haría eso dentro del salón. 

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⏰ Last updated: Jan 19 ⏰

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❝Mate y Malta❜❜ (30 días OTP/Argvene/Omegaverse) +18Where stories live. Discover now