Capítulo 16

794 117 51
                                    


Capítulo 16

Mientras se decidía, escuchó que siguieron hablando.

Osv: ¿lo dices en serio??

V: sí... No quiero guardar más rencor... Mucho menos odiarte, eso no me hace bien... Además, yo estoy haciendo mi vida... Y soy feliz...

De pronto se sentía más liviana, como libre... Y esa sensación le gustaba...

Osv: Victoria... Entonces tú y yo...

V: ya no existe ningún tú y yo. Por favor que eso te quede muy claro. No quiero nada contigo, ni siquiera una amistad.

Porque era desleal, deshonesto, pero tampoco lo quería desmoralizar, aunque se lo merecía...

De las 2 opciones, el guapo médico había optado por la segunda.

H: buenas tardes... Mi amor, no sabía que teníamos invitados hoy...

V: Osvaldo vino sin avisar pero ya se va.

Ella caminó hacía él y se encontraron en media sala, se abrazaron y así se quedaron, enfrentando a Osvaldo.

H: ¿y qué vino a hacer...?

Osv: a hablar con Victoria...

La cara de derrota y hasta de decepción no la podía disimular Osvaldo, y quizás nadie en una situación similar. Por un instante Heriberto sintió lástima por él... Pero no... Se lo merecía...

H: ¿tienen algo más que hablar...?

V: no, quedó todo muy claro, ¿no es así, Osvaldo...?

Osv: sí... Con permiso... (Caminando hasta la salida)

Ambos lo vieron salir y finalmente se quedaron solos.

Por primera vez desde que estaba casados, quien tomó la iniciativa para darle un beso en la boca fue Victoria. Fue corto porque no se habían saludado.

Y como Heriberto era muy inteligente, sacaría provecho de aquello.

H: ¿qué pasó...?

V: vino a pedirme perdón...

H: ¿otra vez??

V: sí, pero esta vez decidí perdonarlo...

H: ¿ah sí...?

V: no sé si pienses igual que yo, pero quizás era un peso innecesario que estaba cargando...

H: ¿es decir que te sientes mejor ahora que hablaste con él...?

V: siento que cerré un círculo. Y como se lo dije a Osvaldo, aunque lo perdoné no lo quiero en mi vida, ni como amigo.

Ro: perdón, señora... Doctor...

H: buenas tardes, Rosa...

Ro: la comida está servida...

V: enseguida vamos...

H: me lavo las manos primero...

V: te espero...

>>

Heriberto serio durante toda la comida... Era más que obvio que lo que estaba era celoso...

Lo que el doctor no sabía era que aquel encuentro le había hecho un gran favor a su relación con su esposa...

V: estás enojado, ¿verdad...?

Cualquier hombre en el mundo se lo habría negado, pero no Heriberto. Él era diferente...

POR CONQUISTARTEOù les histoires vivent. Découvrez maintenant