Capítulo 22

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Capítulo 22

Finalmente el doctor habló...

H: ¿qué piensas hacer...?

V: ¿de qué...?

H: ¿irás a darle las condolencias a Osvaldo...?

V: no sé qué sea lo más apropiado en una situación así...

Ciertamente era una situación complicada, por donde quiera que se viera.

V: la verdad no sé qué hacer...

H: piénsalo... Y me dices qué decisión tomaste... (Poniéndose en pie)

V: ¿te vas?

H: voy a bañarme...

V: sí... Te aviso cuando esté lista la comida...

H: bien...

Victoria fue a su estudio... Mejor era tener la mente ocupada en algo...

La verdad era que sentía mucha lástima por lo sucedido... A pesar de todo lo pasado, era seguro que los padres de ese pequeñito estuvieran esperándolo con ilusión...

Ella, por su parte, nunca lo culpó de nada, ni llegó a sentir nada malo por ese bebé...

De todas formas, no sabía cómo tomarían los demás si iba al funeral... O si no iba...

Fue en busca de su marido y lo encontró frente al espejo afeitándose. Lo abrazó por detrás y recostó la cabeza en su espalda desnuda.

V: debes estar cansado... Supongo que no dormiste en toda la noche...

H: fue una noche difícil, sí...

V: ¿por qué no duermes después de comer...?

H: tengo que regresar a ver a mi paciente...

V: te admiro mucho, ¿sabes...? Tienes vocación para esto...

H: la heredé de mi tío...

Esperó a que se lavara la cara y ella le alcanzó la toalla para que se secara...

V: lo pensé bien y lo mejor es no ir... Voy a mantener las distancias, no quiero dar pie a malos entendidos... Ni Osvaldo ni su esposa son mis amigos y lamento mucho la pérdida que están pasando, pero no iré ni les hablaré...

H: yo te apoyo en lo que decidas...

V: gracias por eso, mi amor... Te amo por muchas razones más...

H: ¿me las vas a decir...?

Ya él se había dado media vuelta y dejó la toalla a un lado para abrazarla por la cintura...

V: ¿ahora...?

H: pues sí...

V: por cómo me tratas... Por cómo me conquistaste... Por cómo me amas... Me consientes... Me ayudas...

H: no sé qué me hiciste para que te ame tanto, Victoria... Estoy locamente enamorado de ti...

V: y yo de ti...

Tocaron a la puerta, la comida estaba servida.

-Comedor-

H: ¿irás a la oficina?

V: había pensando en tomarme el resto del día, pero si tú te vas al hospital, no tiene caso que me quede en casa...

H: lo siento, mi vida... Necesito ver cómo está el paciente...

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora