Capítulo 33

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Capítulo 33

No podía tener ninguna duda de que la amaba...

Tomó la mano que su guapísimo esposo le ofreció y no solo salió del auto, sino que subió con él al avión privado.

En donde se encontró un hermoso ramo de rosas rojas...

V: mi vida...

H: son para ti...

Heriberto le agradecía a la tripulación on un gesto cuando su mujer se volteó completamente para abrazarlo... Y besarlo...

V: me encantan...

H: me da gusto...

Le habló muy cerquita...

V: pero más me encantas tú...

Ahora él la besó, con sus manos posadas en sus caderas.

La tripulación los vio besarse, reír y hablarse en confidencia... Era la primera y única mujer que el doctor había subido a ese avión, tenía que estar enamorado hasta los huesos...

H: ¿lista para irnos...?

V: sí... Pero estoy curiosa con qué vamos a cenar...

H: no te preocupes, sé que te va a gustar...

V: recuerda que estoy comiendo por 3, mi amor...

H: no se me olvida, mi vida...

Les sirvieron agua con gas, y marido y mujer agradecieron.

H: en otra ocasión podremos brindar con Champagne...

V: mi amor, no es ninguna fecha especial que yo recuerde...

H: no necesito ninguna fecha en especifico para darte una sorpresa... (Entrelazando sus dedos con los de ella) Eres mi mujer y quiero hacerte feliz...

V: día a día me haces feliz... Ya dime a donde vamos...

Heriberto soltó la risa.

H: no te diré a dónde vamos... Lo sabrás cuando lleguemos...

Por esa ocasión Victoria no intentaría convencerlo... Podía usar sus encantos para otra situación, además algo le decía que sí le iba a encantar el lugar a donde irían...

H: ¿te sientes bien...?

V: sí...

H: puede parecer una locura que estemos haciendo esto, pero lo consulté con tu ginecóloga...

V: ¿cuándo??

H: le hablé hoy... Y me aseguró que todo estaría bien...

Todo fue que llegara al misterioso lugar para que Victoria recordara la charla de la noche anterior con su marido...

No sólo le había prestado atención, sino que le había pedido el avión a sus papás para llevarla a comer comida tailandesa...

El nombre del restaurant lo decía todo... Y el área reservada fue lo mejor...

No, lo mejor sería la comida... Tenían un chef para ellos 2 solos, que les cocinaba ahí mismo y les daba a probar las delicias de su gastronomía...

H: ¿qué tal...? (Tomándole una mano después de beber de su copa)

V: mi amor, no olvidaré nunca esta noche...

H: ¿por qué...?

V: la comida es deliciosa... Pero lo que tú hiciste no tiene nombre...

H: Victoria... Claro que lo tiene... ¿Y sabes cuál es...? (Sin dar tiempo a que le contestara) Amor...

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora