Astrid entra en el programa de canto más importante de España. Violeta también.
Ambas, conforme van pasando los días, se inundan en un mar de dudas, pensamientos intrusivos y, por qué no decirlo, pasión. Pero Astrid no sabe lo que quiere ni siente y...
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La visita de Belén ha sido más corta de lo planeada ya que, por alguna razón que desconozco, algunos de los teléfonos tenían conexión a internet y mientras estamos aquí dentro no podemos tener ese "privilegio", así que se ha tenido que ir con los dieciséis móviles con ella y, por lo tanto, tenemos casi una hora libre.
- Esto nos tendría que haber pasado en dos semanas para así poder dormir la siesta, no ahora.- se queja Chiara y asiento de acuerdo.- ¿Hacemos algo?- me pregunta sonriente.
- ¿Cómo que?
- No se...- se queda pensativa y mirando a un punto fijo durante unos segundos.- ¿Cantamos?
- No me apetece ahora.- le respondo y hace una mueca de disgusto. Lo haría pero he terminado de comer hace apenas unos minutos y necesito reposo.
- ¡Ey, chicas!- nos dice Omar.- Vamos a hacer una Jam Session antes del reparto, ¿venís?
- ¡Yo si!- Chiara se levanta de golpe del sofá, como si se le fuera la vida en ello.- Vamos, Astrid.
- Yo me quedo aquí, ve tú.- me mira preocupada y le sonrío.- En serio.
- Vale.- sin pensárselo dos veces se va detrás de Omar. Esta chica nunca está quieta, y me encanta por que me recuerda muchísimo a mi mejor amiga. Además es exactamente lo contrario a mi y me hace creer más en esa frase que dice "polos opuestos se atraen". Me quedo sentada en el sofá y pensando en mis cosas mientras juego con una goma para el pelo, no tengo otra cosa que hacer. Solo deseo que llegue ya el reparto de temas por que me estoy empezando a aburrir muchísimo.
- ¿Has visto mi móvil?- levanto la mirada y es una de las pelirrojas, Violeta.
- Se los ha llevado Belén hace un rato.
- Cierto, que tonta.- ríe suavemente. Se sienta a mi lado pero no demasiado pegada, a más o menos un metro de distancia. Estamos en silencio, no decimos ni hacemos nada. Estaba super cómoda aquí antes de que ella llegara y ahora tendré que estar los veinte minutos que faltan así. No tengo nada en contra de ella, casi que ni la conozco, pero aún así me incomoda este ambiente. Para restarle importancia me pongo a pensar en mis hermanos. En que deben de estar haciendo ahora. Hoy es martes así que es posible que a estas horas todavía estén en el instituto y universidad, por lo que hay poco que imaginar.
- Tias, que no estamos en un tanatorio.- dice Naiara y se sienta a mi lado, entre Violeta y yo.- ¿Qué tal?
