☆Capítulo 21: Un proyecto juntos☆

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Pasamos de repente del calor al frío
Y tu recuerdo no se congeló

—Ya llevamos media mañana decidiendo el nombre— rueda los ojos Richard.

—Bien, pues es tu culpa— me encojo en hombros mientras busco un color rosa.

—¿Mi culpa?— arquea una ceja —Pues disculpa por tener bien gusto en poner nombres y tú no.

—¿Perdón?— me cruzo de brazos ofendida —Los nombres que acabas de decir son ridículos.

—Hablas como si tú hubieras dicho los mejores del planeta— se levanta de la silla para recoger su lápiz.

—Siento como si estuviera en medio de una pelea matrimonial, donde escogen el nombre del bebé— empieza a reírse Daniel.

—¡Tú, callate!— ambos lo volteamos a ver.

—Ya estoy cansado de sus discusiones, me voy— se levanta de su banco.

Nos quedamos en silencio, yo empecé a colorear el dibujo de la cartulina.ñ, sin prestarle atención.

— Perdón—escuchó la voz de Richard después de unos 40 minutos tal vez, ni idea.

—¿Por qué?— lo miro dudosa.

—Por decir que los nombres que dijistes eran feos, no quería decirlo de esa forma, solo que no me gustan, perdón si eso te molestó— asiente.

—No me moleste, estaba acabando ésto— levanto la cartulina.

—Te quedó bien— sonrie y puedo ver el hoyuelo de su mejilla.

—Gracias— sonrió levemente —Puedes escoger tu el nombre, da lo mismo.

—¿Puedo?— arquea una ceja.

—Si—me levanto de la silla —Ahora vuelvo.

—Bien— asiente.

Salgo del salón y siento esa sensación de vacío cuando veo a Maite junto a Damaris y Gretel salir del baño riéndose. Damaris pasa por mi lado y empuja mi brazo y sigue su camino como si no hubiera hecho nada. Ya no tenía a mis mejores amigos.

Siempre estaré para ti , aunque tú no quieras que lo este.

Me metí en el baño y sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas y mi pecho empezó arder. Trate de tragarme ese nudo, el que me impedía respirar, pero ahí estaba, solo dejé que pasara. Mis mejillas se llenaron de lágrimas, pensé que no pararían, cuando por fin sentí que el nudo en la garganta salí del baño, me vi en el espejo, mis ojos estaban rojos, intente echarme agua para que se quitara, pero parecía que no lo haría, así que mejor me fui al salón.
Me senté en mi silla, sin voltear a mi lado ya que supe que estaba ahí Daniel platicando con Richard.

Me recargue sombre mi mano y me tape la cara con mi sweater.

—¿Estás bien?— escuchó la voz de Richard.

—Si—  contesto sin verlos.

—¿Segura?— pregunta Daniel.

—Si— volví a responder lo mismo.

—Anny— Richard mi nombre en tono acusador —Quitate el sweater de la cara.

¿De cuando acá se preocupa tanto?

—Ya— me quejo —¿Contentos?

—¿Estabas llorando?— se sienta en la silla frente a mi Daniel.

—¿Por?— siento también la mirada de Richard en mi.

—No lo digan en voz alta— me quejo.

—Te hice una pregunta— vuelve a decir Richard —Responde.

Me quedé callada, no sabía cómo explicar que era por Maite y Jeff.

—¿Es por Maite y Jeff?— esta vez preguntó Daniel, pero no obtuvo respuesta.

—Si ellos quisieran estar contigo lo estarían, ¿no crees?— Richard toma mi sweater —¿Por qué deberías de estar mal tú, cuando ellos están riéndose?

Sentí de nuevo el nudo en mi garganta.

—No se merecen verte mal— pone el sweater de nuevo en mi cabeza —Iremos a la tienda, ¿quieres algo?

—No, gracias— sonreí muy apenas.

El asiente y se va junto a Dani.















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Nunca supe si fuimos amigos... Gracias por eso

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PUDE HABER SIDO YO [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora