Capitulo 1: Corrupción

109 13 3
                                    

Su mirada rojiza dado a las luces del sol se veían apagadas.

—¿Así que Chuuya abandonó la mafia?—preguntó Mori sin tanta preocupación—. Esto es realmente un problema—Dazai lo mira con su ceño ligeramente fruncido—. Invertimos años en la educación de los hijos de los ejecutivos para que tomen su lugar cuando estos ya no sean necesarios. Que conveniente que Kouyou haya decidido regresar y tomar un lugar que le correspondía a Chuuya.

—Chuuya nunca hubiera podido permanecer a la mafia—mostró una sonrisa agria—. Demasiado blando.

—¿Blando? Creo que el termino correcto es: corrompido—Mori desvía su mirada para ver a su querida Elise jugando entre ellos—. Tienes razón, Chuuya-kun es demasiado blando si lo comparamos con todas las personas que yacen aquí, solo por esa simple razón y porque me has traído a Kouyou no lo buscaré. Dejaré que se largue, que haga su vida lejos de Yokohama para que así tu sacrificio no sea en vano.

Dazai río divertido, desviando su mirada a la habitación, examinandola con claro aburrimiento. El hombre que yacía frente a él solo admiraba su indiferencia, como si el hablar sobre aquello fuera más insignificante que su propia existencia. 

—Sé que piensas que fui yo quién le dio la oportunidad de escapar, pero si estuviera tan interesado por él de esa manera, ¿crees que hubiera mandado a traer a su querida hermana para que tome el puesto que se negó? Kouyou dará a luz a un futuro ejecutivo y así obtendrás tu descendencia perfecta. No necesito que me estorbe Chuuya con su sentimentalismo o su doble moralismo.

Los ojos de Mori se estrecharon.

Ver al joven que tenía frente a él siempre era un privilegio. Dazai Osamu movía a las personas como fichas de ajedrez para su interés, siempre fue así incluso desde antes de que se convirtiera en ejecutivo de La Port Mafia. Ahora, él tomaría su brillante cerebro para convertirlo en su mano derecha: exprimir ese increíble ingenio y aplastarlo.

Cinco años atrás.

Un joven de solo doce años de edad se encontraba frente a dos niños de edades diferentes. Los niños lloraban desesperadamente ante la escena que había frente a ellos. Sus padres le habían debido dinero a la mafia dado a que contrataron su protección para protegerse como inmigrantes. Sus respectivos países los habían convertido en desertores de la nación, por ese motivo el consulado estaba al tanto de que eran criminales. Cuando dicha pareja no tuvo más dinero con que pagar, Alexei Nakahara propuso darles un préstamo dado a que ella también tenía hijos que cuidar e inclusive amar. Lo que no se esperaban es que ese préstamo consumiría todo en base a los intereses al punto en que perderían todo lo que habían intentado hacer todo ese tiempo. Cuando finalmente no tuvo más dinero que tomar, decidió ir con su pequeño hijo de solo doce años para cobrar aquella cuenta.

Los ojos de Chuuya veían anonadados como su madre había matado a esas personas con un simple disparo en la cien. La mujer pelirroja por otro lado no se veía afectada, simplemente asqueada de que su hermoso abrigo Gucci haya sido manchado con unas gotas de sangre perteneciente a la pareja que mató. Al ver como esos cadáveres habían estropeado su gran estética, los siguió aniquilando hasta el punto en que únicamente quedaron como alimento para sus perros. Todo eso en presencia de Chuuya.

El pequeño pelirrojo miró a los niños que para ese punto estaban traumatizados.

Sintió asco de ver que lo único que veían esos pequeños y ya no tan inocentes ojos era la visión de un cómplice de tal atrocidad. Se sintió corrompido, asqueado y sumamente humillado. Su madre le pidió que dejará de verlos con condescendencia y que los tomará ya que esos niños trabajarían para ella en su mansión como esclavos hasta que finalmente saldaran la cuenta de sus padres.

Indigno de ti -SoukokuOnde histórias criam vida. Descubra agora