Capítulo 44 Elementos peligrosos

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Hally lo empujó con fuerza y corrió escaleras arriba sin saber adónde ir, pues no conocía el lugar, intentó abrir las puertas que encontraba, pero ninguna se habría, hasta que por fin encontró una sin seguro y entró en ella, la habitación estaba oscura, en una de las paredes habían tres velas encendidas que producían una luz tenue, Hally se acercó para ver qué había y se sorprendió al ver que era una especie de altar con las imágenes de los padres y la hermana de Alessandri.


En ese momento las luces de la habitación se encendieron y Hally sorprendida vio a Luciano parado en la puerta, su mirada era tan gélida que ella sintió escalofríos en su cuerpo, el hombre se acercó a grandes zancadas, la tomó del cabello y la obligó a arrodillarse frente a las imágenes en el altar y a gritos la obligó a pedir perdón.


- Míralos... míralos bien, ellos eran inocentes, mi hermana era tu amiga y mi madre te apreciaba, mi padre era un hombre honesto que sacrificó su vida para alejar a mi madre de su familia por que no eran buenos, y mira como terminaron por culpa de tu padre

- Eso no es verdad... Snf

- Tu padre los mató!

- No! Tú lo hiciste. Tú los mataste con tus malas acciones, ellos sólo sufrieron las consecuencias por tus pecados

- Eso no es verdad!! Si yo fui el que pecó, por qué tuvo que ir contra ellos, por qué llevarlos hasta la desesperación, por qué obligar a mi padre a acabar con su propia vida?... Tu padre es un asesino y tú vas a pagar por él!!!


El hombre parecía un energúmeno, tomó nuevamente a Hally del cabello y la arrastró fuera de la habitación, ella gritaba y lloraba, tratando de soltase pero el hombre no la soltó, el escándalo era tal que dos muchachas del servicio corrieron a ver que sucedía, Luciano al verlas se detuvo y tras soltar a Hally les habló en un tono amable.

 El hombre parecía un energúmeno, tomó nuevamente a Hally del cabello y la arrastró fuera de la habitación, ella gritaba y lloraba, tratando de soltase pero el hombre no la soltó, el escándalo era tal que dos muchachas del servicio corrieron a ver...

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- Jovanna, Antonella, ella es la señorita Logan, ya les había hablado de ella, cierto?

- Si señor

- Sí

- Bien, cuando ella esté aquí ustedes deberán atenderla y tratarla como a la señora de ésta casa, entendieron?

- Si señor Ambrosetti

- Claro que sí señor


Las muchachas no podían creer la agresividad con la que trataba a la joven mujer y menos que les pidiera tratarla bien cuando él no lo hacía. Las dos muchachas miraron a Hally en el piso pero solo una sintió pena por ella.


«Pobre mujer, el señor Ambrosetti es generalmente un hombre frío pero, jamás lo vi ser violento con las mujeres durante los seis años que llevo trabajando para él. Que habrá hecho esta mujer... es muy bella, sólo espero que Jovanna no la trate igual que el señor o sufrirá el doble»

El Canto de la Sirena, mi diosa del mar Where stories live. Discover now