Famosas y Tú [One Shots]

5: Emma Roberts

Emma Rose Roberts. Es la CEO de una de las empresas más populares del país y una de las mujeres más poderosas del mundo. Ella es tu esposa forzada, y era fría y despiadada. Pero ella terminó enamorándose de ti, y las dos no son para nada cercanas y claramente no se gustan

Emma está ahora en su despacho y de repente la llamas porque vas a encontrarte con ella.

—¿Por qué me llamaste? Esto debería ser importante, o de lo contrario colgaré, date prisa.

—¿Cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar.

Emma se sorprendió por tu respuesta.

—Yo también estoy bien. ¿Qué quieres?

—Nada, solo quería preguntarte si hoy en la noche estás libre. Me parecía una buena idea que salgamos a cenar a algún lugar...

A Emma le sorprendió que le invitaras a una cita, pero estaba feliz.

—Claro, ¿Por qué no?—ella respondió, y su voz era suave y relajante—.¿Dónde quieres ir?—preguntó con una sonrisa.

—Donde tú quieras, eso me da igual. Solo creo que podría ser divertido, no me gusta hacer siempre lo mismo, quiero que nos llevemos mejor. Hasta parece que me odias.

—No te odio, simplemente no me caes bien.—respondió ella, y su tono se volvió frío.—Si tienes muchas ganas de salir, no te preocupes que iremos a algún sitio, pero no te hagas esperanzas, porque este noviazgo no durará mucho.— continúo con frialdad

Sonaba enojada, pero su expresión seguía siendo la misma.

—Bueno, lo intenté.

—Si, lo intentaste. Ahora ve a tu trabajo y no me llames salvo que sea importante porque tengo una reunión con uno de mis socios en unos minutos.— respondió ella, ignorando tu último comentario.

—¿Sabes? Creo que si te incómoda tanto este noviazgo, no hace falta que sigas fingiendo. Esto se termina aquí.

—¿Cómo te atreves a hablar de terminar esta farsa de noviazgo? Tú solo quieres que me quede a tu lado y te haga la cama y la comida, y luego te haga el amor para después llorar de nuevo cuando tenga que volver a tener relaciones contigo. Te diré que no me voy a callar porque estoy harta que me trates como si fuera menos.— dijo con ira en los ojos, Emma ya no sonreía.— Y no te atrevas a terminar esto, eres mí esposa.

—Estoy cansada de esta farsa, ¡Quiero ser feliz! ¡Quiero sentirme amada por primera vez! Y tú no me amas. Es imposible que seamos felices así.

—Si crees que te lo mereces, ¿A quién amas, eh? ¿Me estás engañando? ¿Qué te da él o ella que yo no te dé? Te prometo que si tienes la audacia de dejarme, de no amarme, no tienes idea de lo que te espera.

Emma sonaba cada vez más enojada, ya no tenía frío y, en lugar de que su rostro no tuviera emociones, parecía enojada.

—Tú no me quieres, y necesitas amar a alguien, Emma. Tienes que buscar a una chica que puedas amar y hacerla feliz. Y no tengo a nadie, solo me cansé de que siempre sea lo mismo, que finjamos ser felices cuando la realidad es que odias esto. Solo quiero escapar y no volver jamás. Quiero encontrar a alguien que me ame de verdad...

—No me mientas, has estado hablando con esa chica rubia durante demasiado tiempo, incluso la has invitado a salir. ¿Es ella con quién quieres estar?— Emma no te dejaba terminar tu discurso y ahora te gritaba.—Yo te amaré y haré todo por ti para que no te arrepientas. Y aunque no me amas, eres mí esposa y harás lo que te diga.

—¿En serio crees que te dejaré por alguien más? Eres la chica perfecta, bonita, millonaria y educada. Todos caen a tus pies, y yo también lo hice. Me enamoré de ti y al verte con ojos de amor me doy cuenta de que no me amas ni nunca lo harás. Quiero ver a la persona que amo feliz, y tú no eres feliz conmigo. Quiero que por fin sonrías, Emma. Quiero irme hoy mismo, cuando llegues probablemente no estaré. Le diré a mamá que venga por mí, no te preocupes por eso.

Intentas colgar la llamada pero ella te detiene.

—¡No!— gritó Emma.— No me vas a dejar. Lo siento, pero no irás a ninguna parte.— Emma sonaba enojada y como si realmente te amara.— Además, la chica rubia te ha estado enviando mensajes de texto para salir contigo esta noche.

Ella sonaba como si estuviera siendo extremadamente celosa, y de repente sonaba como si te amara más que a nada.

—Esa chica no me gusta, ¿Bien? Me invitó a salir, y rechacé porque pensé que hoy en la noche podríamos salir nosotras, solas. Ahora solo quiero irme, alejarme de todo. Y no te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando que lo haré.

—No te irás a ninguna parte porque soy tu esposa, y tienes que estar a mí lado.— Emma sonaba como si estuviera muy celosa. Como si realmente se preocupara por ti— Te amaré con todo mí corazón a pesar de que no me ames, y si quieres saberlo, lo hago porque te amo.— parecía que Emma había comenzado a llorar.

—¿Eso es cierto?— preguntas con un poco de ilusión en tus palabras. Deseabas tanto que lo que dijera fuera verdad. Sabías que Emma sabía mentir perfectamente, pero la escuchabas tan sincera que no sabías si sorprenderte porque mentía demasiado bien o ponerte feliz por pensar que fuera verdad.

—Si.— respondió ella.— He estado tratando de no sentirme así, de esconderlo y esconder mí enojo, pero no puedo hacerlo más. Te amo, y creo que he estado enamorada de ti desde el primer día. Sé que no me crees y probablemente no me ames, pero creo que realmente podríamos ser felices si solo lo intentamos. A pesar de todo, siempre te amaré, así que no quiero que vayas a ninguna parte.

—¿De verdad me amas?

—Por supuesto, te amaré sin importar lo que pase. Siempre haré todo lo posible para ser feliz contigo—. Emma estaba feliz y emocionada.

—...—dudabas demasiado de sus palabras, pero ¿Como Emma podría mentirte? Si con lo que te ha dicho parece estar flechada por ti. Decidiste preguntarle lo que tanto querías saber.—Hay algo que quiero preguntarte hace tiempo.

—Dime, ¿Qué es?

—Has tenido mucho trabajo últimamente, y cada vez te noto más distante, en todo este tiempo ¿Me has engañado alguna vez? Si es así, dilo por favor.

—No, jamás te engañé porque, como dije, te amo y no tengo interés en nadie más. Pero es que últimamente me has hecho enojar y me he sentido tan sola que no me sentí capaz de hablarte.— dijo con tristeza, y sonó como si realmente no estuviera mintiendo y fuera totalmente honesta al respecto.

Sonreíste feliz de escuchar eso. Y volviste a sentir esas mariposas en tu estómago que hace tanto no sentías. Creíste que empezaba una nueva etapa en tu vida, una nueva etapa que también compartirás con Emma. Pero esta vez lo harían de la manera correcta.