por amor al arte-ls mpreg

03;

Se mira al espejo y apreta los labios al observar la curva que se forma en su vientre. Al parecer el bebé quisó hacerse notar porque la noche de ayer cuando se fue a dormir aún era de un tamaño minúsculo pero al saber que es un él y no un ella, quiere que el mundo sepa de él y su existencia.

Harry acaricia su vientre y sonríe al verse de costado —:Hola, tú.

Ha optado por esto de hablar con su vientre cada mañana, un artículo de por ahí decía que el bebé puede escuchar y reaccionar a las voces, él espera que su pequeño dentro de poco empiece a patear. Aunque Harry ha leído y escuchado de que esa es la peor parte porque la persona gestante siente como si se les quisiera salir las entrañas pero para Harry es el gesto más íntimo entre el bebé y la persona embarazada .

Se levantó temprano porque quiere tener un tiempo digno para desayunar y cambiarse -algo que se ha vuelto más difícil con las nauseas y mareos que vienen sin avisos-, así que Harry va a tomarse su tiempo. Ya tiene el cabello peinado prolijamente, sus dientes bien  cepillados y la cara sin rastro de sueño, solo le falta cambiarse y desayunar en paz.

Algunos toques en la puerta hacen que salga de su observación encantada hacia el reflejo de su vientre, rueda los ojos mientras tira de los bordes de su pijama hacia abajo para que nadie tenga el honor aún de ver aquel precioso cambio en su cuerpo, él jura haber escuchado a su compañera de dormitorio deambulando por los pasillos cuando él decidió encerrarse en su habitación. Cuando sale hacia el pasillo que lleva a la sala, escucha ruidos de cosas caer al suelo provenientes de la habitación de su compañera y eso lo hace bufar porque está perdiendo su prestigioso tiempo en desayunar.

Llega a la puerta y la abre de un tirón en consecuencia se encuentra con unas bellísimas e intensas gemas azules que lo ven con algo de cariño.

—Harry, hola —saluda la rubia con uniforme de porrista.

—Hola, Lottie —devuelve el saludo mientras se hace a un costado para dejar pasar a la chica.

Harry cierra la puerta y ella observa el lugar minuciosamente para luego girar hacia él, sonriente como ninguna. Charlotte es de las pocas chicas de la universidad que a Harry le parece preciosa, ojos hermosos, sonrisa encantadora, cabello oro y ondulado. El rizado avanza hacia la pequeña sala pasando por el lado de Charlotte, ella lo sigue con la mirada hasta que escuchan pasos provenientes del pasillo y Harry queda parado en medio de la habitación mientras que la chica queda mas cerca de la puerta de salida.

La compañera de dormitorio de Harry sale sin preocupaciones del pasillo, su postura es aburrida y su cara puede aburrir al mundo entero, ella no está contenta. Pero todo aquello se disuelve cuando mira a Charlotte y luego a Harry, extrañamente ella se acerca hacia a él y planta un beso en su mejilla.

—Adiós, Harry. Que tengas un lindo día —es pura sonrisa y el rizado queda boquiabierto mientras observa a la chica alejarse y caminar hacia Charlotte—. Oh, Charlotte, ¿como estas? —su tono es alegre y Harry esta cada vez más extrañado.

—Muy bien —la rubia contesta con amabilidad— ¿Tú?

—Excelente —casi sale como un chillido—, que tengas un buen día —dice la chica para luego avanzar hacia la puerta pero apenas pone una mano en la manija se gira y mira a Charlotte—. Felicita a Louis y Nicole por mi, va a ser una maravilla de bebe —y se va.

Charlotte esta casi igual de impactada que Harry, él se está sintiendo mal ahora mismo, sus piernas flaquean y puede caer en cualquier momento pero Charlotte se da cuenta de la situación y lo ayuda a llegar al sofá.

—Harry, ¿Estas bien? ¿Quieres algo? —pregunta con preocupación.

El rizado como puede niega, toca su vientre con una mano y luego su frente, frota la zona lentamente.