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Derek se siente perdido la primera semana. Se va de la casa de los Stilinski tan pronto como puede, no soportando la compañía. Alquila una habitación en un hotel que se encuentra cerca de la que anteriormente fue su casa y, un martes por la noche, agradece a John y a Stiles por su hospitalidad y se retira.

La habitación del hotel es horrenda. Paredes oscuras, fuerte olor a moho y con una cama que tiene un par de tablas y resortes rotos. Pero, se siente mejor allí que en una casa donde se asfixiaba por las emociones de los demás y por el sobre cuidado del Sheriff, aun cuando sus intenciones fueran buenas.

Deja la bolsa con su ropa en el suelo y suspira. Luego, se encamina hacia el baño. Se quita la ropa, decidido a tomar ua ducha, pero antes intenta afeitar su barba. Se para frente al espejo y sus ojos por primera vez se encuentran con el reflejo de su rostro. Tiene la barba crecida, demasiado desaliñada y su cabello es un verdadero desastre. Bueno, al menos Derek no intenta fingir estar bien: así como se ve por fuera, es como se siente en el interior.

Cierra sus ojos por un momento y, cuando los vuelve a abrir, se aterra al notar que son de color rojo. Sacude su cabeza incrédulo. No debería ser una sorpresa, el poder de su alfa, de su madre, debió haberle pasado a él cuando murió. Pero verlo, ver sus ojos de aquel color, sólo lo hacían sentir aún más sólo.

Por primera vez, las lágrimas aparecen y no lucha contra ellas. Empapan su rostro con rapidez, y los hipidos y sollozos se deslizan fuera de sus labios. Derek gruñe, furioso, y siente las garras surgir, al igual que sus colmillos.

Abrumado por el torrente de emociones que lo recorre, y considerando que su lobo parece estar queriendo tomar el control, deja que su cuerpo cambie a la forma de su lobo. Su madre no solía dejarlo cambiar, aseguraba que necesitaba teer mayor control sobre su cuerpo para poder hacer eso, pero el peli-negro nunca fue muy bueno haciendole caso.

Al menos, en su forma de lobo completo, no podía sentir las pesadas lágrimas caer por sus mejillas. Sale del baño y luego se encamina hacia la puerta de entrada de la habitación, parándose sobre sus patas traseras y, con un ágil movimiento, abriendo la puerta.
Corre rápido hacia la línea de árboles que se encuentra a un par de metros, escuchando a alguien gritar que un lobo había estado en el complejo. Si, bueno, Derek no había pensado que alguien estaría fuera por la noche.

Apresura su carrera hacia el bosque, sintiendo su pelaje moverse y un par de ramas golpearlo de vez en cuando. Sus ojos se mueven con rapidez, analizando la zona mientras sus sentidos se encuentran alerta.

El bosque se encuentra casi a oscuras, con sólo el ruido de algún animal pequeño merodeando. Hale los ignora, con solo una meta en mente. Divisa la mansión Hale a un par de metros y se apresura aún más.

Solo queda una parte de la mansión de pie. Derek se congela en el lugar, observando por primera vez, después de que combatieron el fuego, el sitio que fue su hogar por tantos años. Piensa en sus padres, sus hermanas y sus tíos. Diez personas murieron allí. Los recuerdos de Derek también.

Gimotea, impotente, y se disputa si es mejor volver al hotel y regresar por la mañana o si debería entrar a ver el lugar. La curiosidad gana, y el lobo de pelaje negro se desliza con cuidado, y con un gran pesar en su corazón, hacia el interior de la mansión.

Olfatea, intentando recuperar el aroma de su hogar: vainilla, café recién hecho y madera. Pero el único aroma que reconoce es el de la madera quemada. Camina con cuidado, sabiendo que la casa no se encuentra en buen estado. La sala de estar, antes un lugar acogedor y de colores cálidos, se encuentra completamente negra, con algo que anteriormente fue el sillón donde su familia se apretujaba a ver una película. El lobo gimotea una vez más, intentando no pensar demasiado, antes de seguir recorriendo el lugar. En la cocina, encuentra el trozo de una manta que su madre solía usar para cubrirlos y la toma con cuidado entre sus colmillos, no importa que se trate de un pequeño trozo de tela. En el comedor, encuentra un intento de pato, casi negro por completo, pero que no fue consumido por las llamas. Posiblemente su familia se encontraba haciendo limpieza, sacando cosas que ya no servían para poder donarlas.

Derek sabe que se trata del pato por el cual Laura y Cora se peleaban constantemente cuando eran pequeñas, por lo que también lo toma entre sus dientes.

Cuando siente su cuerpo cansado, posiblemente por la carrera hasta allí y por las emociones fuertes que recorren su cuerpo, se echa en el suelo. No sabe cuán seguro es quedarse o recostarse allí, pero solo quiere un momento más antes de irse.

Suelta un suspiro y sus ojos recorren el lugar una vez más, antes de dejarse consumir por el sueño.

Se sobresalta, no sabe cuánto tiempo después, por un ruido de explosión. Se pone de pie de inmediato, en alerta, colmillos fuera y sus ojos posiblemente brillan de rojo. Hay una explosión más y la sala se ilumina momentáneamente. Pronto, descubre que se tratan de flechas explosivas. Gruñe más fuerte. Se supone que había un tratado de paz entre cazadores y hombres lobo, pero, al parecer, a algunos idiotas no se les había informado.

La luz de la explosión lo enceguece por un momento, dejándolo desorientado, y eso hace que este con la guardia baja. Una flecha común lo golpea en la parte trasera de su cuerpo, en el muslo, y aúlla. Intenta identificar olores o divisar al maldito cazador, pero el dolor de la flecha lo distrae. Bueno, tal vez no se trataba de una maldita flecha común.

Gruñendo, toma con rapidez el trozo de manta y el pato maltratado y se apresura a escapar de allí. No debe esforzarse demasiado por encontrar una salida, ya que la mayoría de las ventanas ahora son un agujero. Salta por una de ellas, con la flecha aún en su pata trasera, y corre tan rápido como puede. Divisa dos siluetas a lo lejos, pero su vista está algo borrosa por el efecto de lo que sea que haya tenido la flecha, por lo que lo ignora. Aun sabiendo que aquello podía haberlo ayudado a encontrar pistas sobre el incendio en la mansión Hale.

Corre sin sentido, con el bosque luciendo al revés de vez en cuando, y lucha por no soltar el juguete ni la manta que se encuentran en su boca. Divisa la carretera, o al menos eso parece, a un par de metros y se apresura. Tal vez si llega a la carretera, puede escapar hacia la ciudad y evitar a la persona que lo había estado atacando. Empuja su cuerpo tanto como puede para llegar. No escuchó pasos detrás de él, pero el pánico lo recorre. No quiere morir. No quiere ser cazado por un par de imbéciles.

Llega a la carretera y voltea un momento su rostro hacia el bosque, intentando identificar algo, pero pronto siente que algo golpea su cuerpo. Chilla, dolorido, y su cuerpo cae a la carretera. Lucha por quedarse consciente, con el latido de su corazón alocado, pero sabe que pronto perderá la conciencia.

–¡Oh por el amor a Dios!.-Alguien grita. Derek supone que el dueño del auto, ya que escucha la puerta cerrarse con fuerza.-Acabo de atropellar un maldito lobo. Mierda.-Un joven aparece en su rango visual, y Derek quiere pelear. Quiere quejarse. O morder al estúpido que acaba de lastimarlo, pero sus parpados comienzan a pesar y, momentos después, todo es negro.  







Bueeeenas, buenassss! Les traigo un cap cortito, pero para que vayan leyendo un poco de lo que he estado escribiendo 🥰 Lo se, en este no hubo casi diálogo (algo no normal para mis escritos) pero prometo que el siguiente habrá. Y tranquilos, si están acostumbrados a que mis novelas sean más divertidas, esta tendrá sus momentos de risas 😊 Solo estoy contándoles un poco de la historia de Derek ☺️

Espero les esté gustando!

"Shadows of Deceit"-Sterek.Onde histórias criam vida. Descubra agora