Campamento Desventura el libro

Capítulo 51 El mal se revela

La mañana en la isla se atenuaba a los vientos fuertes, el frío intenso y las olas que azotaban contra la costa.

El gran barco de los soldados corrompidos por el dinero, avaricia, poder, estaban sacando las últimas fuerzas que usarán para repeler a las abominaciones que saldrán en poco tiempo. Desde grandes armas, misiles, lanza llamas, blindajes, y claro estaba que llevarían equipos que robaron de pequeñas naciones para sus cometidos.

En estos días de frío y dolor, construyeron un gran muelle de madera cuyo propósito es llevar todo el oro, joyas, artilugios, artefactos de gran valor para muchos, otros de un propósito que desconocían pero bien trabajaban día y noche por el pago.

Carlos mando a decenas de esta gente para que transportarán explosivos en distintos puntos del territorio Patakawa, en montañas, ríos, muelles menores, y en la misma entrada para entrar al territorio y así evitar que cualquier o cualquiera intente salir. Tenían ya muchas cosas preparadas para contener, repeler, enfrentar y como último recurso usarían aquellos explosivos para sellar las entradas de todo el territorio. Fuen en ese momento que llevaron al camión de operaciones para transportar cajas de explosivos y trampas de acero para los demonios que salieran en ese día tan profetizado que les causaban escalofríos y los obligaba a rezar.

Jake y Tom ya habían llegado a lo una vez fue un glamoroso hotel. Esperaron a que esos soldados se distraigan para salir de la caja e infiltrarse en aquel edificio. El jovencito de cabello azul, siendo un poco más experto en los planos del edificio busco un punto clave para entrar y no ser detectados por las cámaras o ser visto por los guardias de la puerta.

Asi mismo en la mañana otros ya estaban planeando su escape. Trevor y Derek habían enviado sus pertenencias más preciadas y útiles por medio de Oliver para que las subieran al bote de motor. Octavius les había comentado que logró restaurar ese bote y por lo tanto los ayudaría a escapar siempre y cuando también se llevarán a los campistas; Trevor accedió y con unos pucheros logro convencer a Derek para que ayudarán a los jóvenes a escapar.

-Tenemos todo listo -susurraba Derek- solo hace falta ir al campamento con los muchachos y decirles que nos acompañen. Quizás podríamos decirles que es como si fuera un concurso y poder sacarlos de este infierno.

-Podría funcionar, así ellos no tendrán miedo de lo que se vendrá.

Trevor empezó a acariciar su mano lastimada que ya no podía mover, en eso sus lágrimas empezaban a salir.

-Tengo miedo Derek, tengo miedo de que algo salga mal, tengo miedo de que alguien nos descubran o peor; Jared se enteré...

El otro joven lo tomo de la cintura y le dió un cálido beso en los labios para tranquilizarlo.

-Es por eso que ya nos iremos en cuanto oscurezca, iremos al campamento y nos llevaremos a todos los que podamos, no me importa si me arrestan por todo esto... No quiero perderte.

-... Gracias por todo lo que haces por mi y por ellos.

-Bueno, después de todo son tu súper tonto guapo y carismático. 

Una linda risilla salía del otro joven, se tomaron de mejilla y mejilla y con un apasionado cariño compartían sus leguas y labios. De repente la puerta estaba abriendo, los dos se separaron y con el terror de por medio no los dejaba en paz... Era Octavius que venía con un rostro serio y con ropa de frío; ya estaba listo para evacuar junto con ellos.

-Deberian de esperar a que estemos a salvó, por ahora será mejor que tomen lo que puedan y vámonos cuánto antes, está gente y Jensen están por todas partes.

Los tres se dirigían al exterior cuando uno de los soldados los interceptó. Aterrados por ver a uno de los escolta de Harrison llevarlos de nuevo al interior y esperar afuera de la oficina de Jared, ambos no se soltaban sus temblorosas manos. ¿A caso los abran descubierto? ¿Jared ya sabía sus planes? No lo sabían, pero una extraña sensación de cuando algo malo se avecina los inundaba de pies a cabeza.