𝕷𝖆 𝕷𝖚𝖓𝖆 𝕸𝖊 𝕯𝖎𝖔 𝕻𝖊𝖗𝖒𝖎𝖘𝖔 (Sterek)[✓]

⁸✎𝐒𝐢𝐜𝐤 𝐚𝐧𝐝 𝐒𝐭𝐞𝐚𝐝𝐲☪𝙁𝙞𝙣

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"Esto está jodido", murmura Stiles. Tira de las mangas de la chaqueta de su traje, tratando de bajárselas sobre sus huesudas muñecas. El ligero olor a naftalina se pega a la tela.

"Deja de inquietarte", dice Derek, incluso mientras se acerca para arreglar la corbata de Stiles. Lo alisa, sonriendo mientras los latidos del corazón de Stiles se aceleran. "Si no juegas con ello, nadie se dará cuenta".

Stiles se burla. "Eso es fácil para ti decirlo. Te pareces a James Bond. Yo parezco un niño en la iglesia o algo así".

"¿Por qué estás tan nervioso? No tuviste ningún problema en ir a ver a Victoria".

"¿Estás bromeando, verdad?"

Derek no está bromeando. No es que Allison y Stiles fueran cercanos. Según todos los indicios, apenas se hablaban. Pero Stiles le está dando esa pequeña mirada cautelosa, la mirada que un animal de presa le da a un depredador tranquilo, y decide que no vale la pena discutirlo. Toma a Stiles de la mano y lo lleva hacia la pequeña funeraria.

El cielo está adecuadamente nublado. La gente se arremolina alrededor de las escaleras afuera, hablando en voz baja y secándose las lágrimas. Allison era amada, llena de vida. Ella se especializaba en Poesía. Cuando eran niños, ella solía leerle La Ilíada y ellos recreaban sus escenas favoritas. Estaba enamorada de Odiseo y solía decirle que su sueño era ir a Ítaca. Hicieron planes infantiles para ir allí de luna de miel.

Esos planes, y el amor de Derek por Allison, ardieron la noche en que lo hizo su familia. Cuando piensa en Allison, ya no piensa en besos castos con sabor a moras. En cambio, todo lo que puede saborear es ceniza y sangre, espesas en el fondo de su garganta.

Al menos era hermosa cuando murió, piensa Derek. Su sangre brillaba negra sobre su piel pálida y los cristales rotos brillaban como la luz de una estrella en su cabello oscuro.

Estos son pensamientos que no puede compartir con Stiles. Aún no. Stiles está a bordo, claro, pero es tan asustadizo como un ciervo recién nacido. Además, Stiles es propenso a miradas celosas cada vez que Derek mira a otra persona. Al final, Allison tenía razón sobre él: Stiles es posesivo y obsesivo con cualquiera con quien sale.

A Derek no le importa eso en absoluto. Stiles lo es para él, para siempre. Lo supo desde el primer momento en que se puso de rodillas.

Las funerarias, por limpias que estén, siempre huelen a carne y flores. Este no es diferente. Mientras caminan por el pasillo, se forma una ola de susurros a su paso. Es la tontería habitual de los chismes: ¿cómo podría estar interesado en un chico como Stiles? ¿Sabe acerca de la orden de restricción? ¿No es tan complicado que Stilinski esté aquí?

Stiles no puede oírlo, pero parece sentirlo. Se encorva sobre sí mismo y se chupa el labio inferior. Derek aprieta su mano tres veces para tranquilizarlo. Parte de la tensión desaparece de los hombros de Stiles, pero todavía hay un tono un poco sombrío en su boca. Apropiado para una visita.

El ataúd de Allison está cerrado, para decepción de los asistentes más macabros. Chris está de pie junto a él, con una mano apoyada en la tapa de madera pulida. El dolor y la desesperación salen de él como humo. Al contrario de lo que Chris podría pensar, Derek simpatiza con él. No es fácil ser el único superviviente de una masacre. Al menos Chris pudo despedirse.