~ II ~

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Chiara ponía un pie delante del otro de manera casi automática. Se condujo a si misma como un ente hasta la barra de la cocina y tomó una galleta del surtido de aperitivos que se encontraba frente a ella.
Mientras comía, más por vicio que por hambre,  se dejo caer de lado en la pared, dejándose perder en sus pensamientos.

Sin aun poder creerlo, la semana había terminado, allí estaba de nuevo en la academia tras la gala, con el regusto agridulce de su felicidad por haber abordado con calidad, mezclándose con la amargura y tristeza de la realidad de ir despidiendo poco a poco a sus compañeros.

La medio inglesa sentía que su semana había sido un torbellino de emociones que no había tenido tiempo de asimilar, y es que lo que menos esperaba aquel martes de reparto de temas es que canción no fuera su mayor fuente de estímulos en la semana.

Tampoco es como si la infravalorara, 'El Encuentro' tenia sus exigencias y con Paul como compañero sentía que debía estar a la
altura. Sin embargo, eran los ratos libres, las comidas y las charlas en la habitación lo que suponían un verdadero quebradero de cabeza para la pequeña chica.

/Flashback/

- Chiara, ¿Te unes?- se escuchó a Denna decir desde la cama de Violeta, en la que aparte de ellas dos, se encontraban Salma y Naiara.

La chica de ojos claros agradeció internamente haberse dejado las gafas puestas mientras terminaba de cepillarse los dientes, porque pudo distinguir en aquella oscura y abarrotada habitación que la rubia se dirigió a ella, desde de pie en el marco de la habitación a la que recién entraba.

- Ummm... okey- dijo haciéndose un hueco entre la portadora de la pregunta y Salma.

No había hecho grandes amistades aun, llevaba poco tiempo en la academia y era una persona mayormente introvertida.

- Estábamos haciendo preguntas, para conocernos- dijo Naiara. A Chiara le pareció una idea divertida y accedió a jugar y conocer así a las chicas con las que más tiempo pasaba.

El segundo día allí se le había pasado volando, casi tanto como la charla que estaban teniendo, las preguntas salían y las respondía con naturalidad.

- Igual es muy personal, pero ¿Sois del colectivo?- preguntó Salma.

La pregunta provocó una pequeña trifulca falsa, en broma, en la que el bando conformado por Salma y Chiara, quienes se identificaron como lesbiana, acaba con cojines por al bando de heterosexuales conformado por Naiara y Denna. Las cuatro chicas no podían dejar de reir en el intento absurdo de conquistar aquel imaginario territorio limitado por las esquinas de la cama.

- Violeta, desempata, que gane quien merezca las tierras, pues triunfará la multitud frente al poder- gritó como si estuviera en un obra de teatro la aragonesa, haciendo que las miradas se volverían hacia la pelirroja en busca de refuerzos por parte de ambos bandos.

- Lo siento chica, voy a tener que izar la bandera blanca, vengo a traer la paz, soy Bi-oleta- la granadina continuó la teatralidad de su compañera, tomando la sábana blanca de su cama como si de un gran símbolo se tratase.

/Fin de Flashback/

Desde ese día y a lo largo de la semana la menorquina  aprendió cosas de todos sus compañeros de la academia, incluyendo a la pelirroja que ademas de su sexualidad, ahora sabía que tenia pareja.

A Chiara le gustaba encajar las cosas que aprendía de la gente como las pequeñas piezas de un puzzle. Cuando alguien contaba algo de si mismo, ella sentía como encajaba en su personalidad y en la persona que era. Había ido encajando las piezas de la mayoría de sus compañeros, a los cuales ya podía llamar amigo a mas de uno.

Sabía que a Martin le gustaba bailar, la musica antigua y las series estrambóticas. Encajaban con su mirada curiosa, su pasión por el teatro y con su talento para imitar.

Su compañero de canción Paul amaba los videojuegos, lo cual encajaba con su personalidad introvertida y su necesidad de estar solo para despejarse; pero también sabía que disfrutaba como ella las canciones de Taylor Swift y le hacían así entender su fragilidad y su calidez al tratar a los demas.

Por otro lado, de Violeta conocía infinidad de datos banales, como la música que le gustaba, como se preparaba el desayuno y sus pequeños trucos de maquillaje. Eso le permitió ver su firmeza, su madurez e intuyó en ella una  persona con las ideas clara.

Lo que a Chiara le dificultaba el sueño era encajarlo con la mirada calidad casi abrasadora que le dedicaba al otro lado del piano.
Mientras estaban todos los demás allí todos sus compañeros, podía notar la mirada de violeta clavarse en ella.
Sentía sus mejillas enrojecerse y se moría de pensar que alguien podía notarlo.

Tampoco podía entender las caricias y como se acurrucaba junto a ella siempre que tenia ocasión
- Es que eras cuqui, Kiki, ven aqui- Violeta reía de las ocurrencias de la menor, mientras esta aceptaba los brazos abiertos de su compañera y se dejaba abrazar por ellos.
Le gustaba que la llamara Kiki, le encantaba la manera en la que rodeaba su cuerpo con los brazos dando acceso a meter su cara en el hueco de su cuello. Adoraba sentir las caricias en el pelo con esa ternura que proyectaba la pelirroja en ella... pero no podía entender porque su cuerpo no obedecía a su cerebro cuando de la andaluza se trataba.

Como aquello podía recordar muchos momentos mas, las dos chicas tomaron la rutina de abrazarse a cada momento, de rozarse aunque fuera unos segundos al cruzarse en clase de fitness y de hablarse con cariño.

Ademas de todo esto, había que se habia colocado como punta de la pirámide de sus pensamientos, algo que Chiara tomaba como la pieza las grande del puzzle que era Violeta para ella, puzzle en el que nada encajaba. Ese abrumador pensamiento era la cantidad de veces que su compañera le miraba los labios cuando se sentaban en el piano a cantar.

Decir que sentía cosquillas era poco, la pequeña de las dos se sentía atravesada por la mirada de la otra, quien parecía ni percatarse de lo que estaba haciendo. ¿Se dará cuenta cuando se lo miro yo?, pensaba Chiara a la vez que su mirada se iba a los labios de Violeta, quien respondía haciendolo de nuevo.

Chiara se sentía agusto, adoraba los momentos que tenían, como cuando cantaron juntas en la terraza, acompañadas por el suave sonido de la guitarra, sintiendo como sus voces se mezclaban de manera mágica. No descifrar a la chica le causaba aun mas atracción.

No sabía cuanto tiempo llevaba en su cabeza hasta que se dio cuenta de que Bea le estaba hablando.
A su alrededor estaban la mayoria de sus compañeros, algunos tristes y devastados por las nominaciones y otros, por que no admitirlo, aliviados de no ser ellos ni ninguno de sus cercanos.

Cerca de la inglesa se encontraba la dueña de sus pensamientos, aún vestida con aquel conjunto rojo y repartiendo besos en la mejilla.

Chiara sintió su cuerpo llevar una descarga desde su cabeza a sus pies cuando le tocó a ella, como si fuera una descarga intentando tomar tierra a través de ella.
Violeta rió y guiñó un ojo de manera complice tras notar las mejillas de la chica colorearse.

Rápidamente aquel escalofrío se convirtió en calor, provocado por la vergüenza que le causaba ver como la había pillado.

Como ya sabía la pelinegra, Violeta siempre lo tenia todo bajo control y sabia jugar sus cartas. Así se decidió a dejarse llevar, se rindió con el puzzle de su compañera y admitió en sus adentros que no podía ponerla en el mismo molde que al resto de sus compañeros. Violeta encajaba en ella si, pero encajaba diferente
.

The Way I Fell For HerWhere stories live. Discover now