¿Existe la libertad? 2.0 ~Otayuri~

El día antes

Al día siguiente un suave maullido lo despertó, intentó ignorar el sonido y seguir durmiendo, las almohadas, sabanas y cobijas se sentían exquisitas en su piel, tenían la temperatura perfecta y el silencio reinaba. Sin embargo, la insistencia del sonido hizo que abriera los ojos y observara de dónde provenía. Al sentarse se topó con la mirada fija de Potya, quien le volvió a maullar.

—Aun no me acostumbro... Ugh...

Con pocas ganas se levantó de la cama y hasta ese momento se dió cuenta que estaba solo. La noche anterior después de la conversación con Otabek ambos habían caído rendidos. No era tan tarde como para que se hubiera ido a trabajar, por lo tanto supuso que estaría en el baño o en la cocina, preparándose para irse.

Alzó a Potya en sus brazos y bajó a la cocina para poder servirle el alimento. Al ir bajando por las escaleras se dió cuenta que la casa se sentía bastante sola, no se oía ningún ruido, aquello lo preocupó. Observó el reloj para asegurarse de que no era tan tarde y siguió su camino.

—¿Sabes a dónde fue Beka? ¿No? Que extraño— Le decía al gato mientras le servía el alimento. —Tampoco están el calvo ni el cerdo, qué extraño.

Mientras el gato comía, Yuri fue a echarle un vistazo a toda la casa con la esperanza de ver a alguien, pero no había nadie.

—Supongo que salió...— Era la primera vez que se quedaba solo en la casa, sabía que en cualquier momento llegaría Otabek, pero se sentía ansioso y desprotegido. —Tal vez fue a comprar algo— Cuando Potya termino de comer la volvió a alzar y se fue a sentar en el sillón de la sala. —No te preocupes, da igual, yo te puedo cuidar solo.

Estuvo casi treinta minutos viendo a la puerta hasta que esta se abrió y Beka apareció con un par de bolsas en una de sus manos.

—Pensé que seguirías dormido.

—Potya tenía hambre —Se levantó del sillón y se acercó a ayudarlo. —Me sorprendí al no verte.

—Lo siento, debí avisarte que salía —Le dió una de las bolsas.

—No importa, Potya y yo vimos tele. — Caminó hacía la cocina para poner la bolsa sobre la alacena.

—Ohh... —Dirigió su mirada al televisor, el cual estaba apagado. —No había nada para desayunar, así que fui a la panadería por algo de pan y pase a la tienda para comprar algunos víveres. —También coló su bolsa en la alacena y empezó a sacar lo que había comprado.

—Te hubiera acompañado.

Otabek rió —Estabas totalmente dormido, nisiquiera notaste cuando salí de la cama.

—Eso es mentira, si me dí cuenta.

—Mentiroso —Le dió un golpecito en la nariz y luego empezó a guardar las cosas en su lugar.

—No miento.

—Ajá.

—Como sea, me hubieras dicho.

—Está bien, está bien, la próxima te despierto.

—Bien.

La rutina de la mañana era igual todos los días, ambos desayunaban juntos, luego, Otabek se alistaba y finalmente llegaban Yuuri y Viktor para cuidarlo.

—Quiero contarle a JJ sobre mi pasado. —Soltó de golpe antes de que Otabek se fuera.

—¿Cómo?

—Le mentí a él también y creo... que le gusto... entonces, debería decirle la verdad ¿verdad?— Volvió a ver a Yuuri.

—Eh.. sí, sí es tu decisión— Una sonrisa tímida se formó en su rostro al ver a Otabek.