Persefone Deverux de veintiun años y Romina Charlotte de seis meses se mudan a Londres sin saber las aventuras que les esperan.
♤Actualizo cada que los astros se alinean♤
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El timbre es tocado con violencia, me levanto de inmediato no queriendo que despierten a Charlotte. Me fijo por las caras y es el jodido Christopher afuera de mi propiedad por lo que suspiro y desbloqueo la entrada viendo como entra desesperado.
- ¡Deverux! - Christopher abre la puerta antes que yo y lo miro más que enojado.
- Morgan que diablos. - Me quejo.
- ¡¿Cuándo pensabas decirmelo?decírmelo?! Si no fuera por Patrick no me entero que tienes una hija. - Se acerca de forma amenazante y retrocedo unos pasos.
- Oye cálmate. Te lo iba a decir justamente...
- Ya veo lo que sucede. - Su risa no tarda en venir - Este era tu plan ¿no? Acostarte conmigo. Quedarte preñada cuando lo hiciéramos sin condón. Sabes que mi familia no acepta bastardos seguro por eso querías casarte conmigo y darle una maldita familia a esa mocosa. - Señala el segundo piso.
- ¡No te permito que te expreses así de mi hija!
- ¡Te salio mal el plan! - Me sujeta por los hombros - No voy a caer en tu jodido chantaje Persefone. No me vas a amarrar con un hijo. Como esa bastarda tuya no tiene un padre querías que yo lo...
Me suelto rápidamente dándole con mi rodilla en sus huevos. - ¡Lárgate. No voy a permitir que vengas a insultarme a mi o a mi hija! En mi casa no vas a llegar a faltarme el respeto. Te invite hoy a cenar para contarte de mi hija no para que seas su padre. Ella no necesita a un maldito. Me tiene a mí y con eso basta y le sobra. - Camino a la puerta - ¡LARGATE!
El llanto de mi hija suena atravez del monitor de la sala. Mira hacia esa dirección con enfado para acercarse a la puerta y salir después de recomponerse del dolor.
- Esto se terminó. No quiero volver a verte en mi cama. - Masculla.
- No seas idiota. Nunca lo hicimos en tu cama más que la vez que me obligaste. Soy yo la que no te quiere en mi oficina. - Me burlo - Ahora lárgate que tengo que dormir a mi hija. - Apresuro.
Christopher me mira por última vez y sale de la casa, miro a mi guardia de seguridad y suspiro. - Tiene prohibida la entrada. Si lo llega a hacer sin permiso tienen derecho a abrir fuego. - Ordeno y subo las escaleras hacia el cuarto de mi hija.
Lotte se encuentra sentada llorando y tallando sus ojos. Me mira y se detiene para reírse como si nada. - ¡Ma! - Me extiende sus brazos y la miro desconcertada.
- ¿Me estás haciendo drama? - La miro ofendida. Lotte se ríe como si hubiera entendido y abre y cierra sus manitas.
- Ma...
- Ven aquí. - La tomo soltando una risa y besando su frente. - No eres todo es que dijo ese hombre malo. Eres la princesa de mami. - Beso sus mejillas regordetas sacandole una sonrisa.
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