MIEDO

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Por eso me notaste frío Elio, en realidad estaba pensando demasiado al respecto y no noté que en realidad te ignoraba. Perdón por eso.

Esa persona me detesta, pero no tiene nada que ver contigo, te voy a proteger de ella.

-Dijo moviendo con sus pulgares un vaso de café frio-

Elio dio un suspiro.

-Oliver, calentaré tu café-

Lo tomó y lo metió en el microondas, corría una lágrima por su mejilla.

-Elio, ¿Todo bien? -

El americano quería conversar, hacer entender que estaba ahí para amarlo sin importar si alguien quería fisgonear lo que hacían con sus vidas. La forma en que su chico evadía el asunto resultaba incómoda.

-Terminemos de desayunar, ¿sí?

Te esforzaste por esto. Que nada lo arruine-

Secó su lágrima y volvió a la mesa con el café caliente.

-Por favor... Come algo, no has dormido bien-

Sin poder evitarlo los ojos del estudiante se humedecían. Oliver solo siguió la instrucción y bebió, mientras Elio le ofrecía un trozo de pancake a la boca.

-Elio, nadie me ha arruinado nada. Esta mañana es algo que me hubiese gustado tener hace mucho tiempo-

-Yo también, de verdad. Gracias está delicioso-

Otra lágrima corrió por su mejilla y esta vez no podía ocultarla.

-Oliver, ya somos adultos. No quiero parecer un prófugo como aquella vez-

No pudo contener más su llanto. Al fin se volvían a encontrar, pero nuevamente debían esconderse por algún motivo.

No podía soportarlo.

-Es como si siempre algo nos impidiera estar juntos. Qué tal si tan solo cada uno... Sigue su... Camino y... -

Oliver solo lo dejó desahogarse, se acercó a su lado y siguió bebiendo café.

Renunciar a estar con él era darle la razón a Amber y arruinar su vida.

Desde que llegó a Bloomington lo que más hacia era trabajar y leer. Tener un novio no tenía nada de malo, lo complejo es que era su alumno.

-Elio, no es lo que quieres. Ni siquiera eres capaz de decirlo. Me molesta que digas cosas que no sientes sobre todo si se trata de nosotros-

Lo miró con dureza tomando su mejilla.

-Llegaste de Italia gracias a una beca que no recibe cualquiera; eres culto, buen estudiante, hermoso, tocas piano como ninguno. ¿En serio te da miedo amar a alguien? -

Oliver secó sus mejillas, le rompía el corazón ver a su amado así, pero no lloraría junto a él.

-Yo no soy el que tiene miedo Oliver-

Colmó la paciencia del americano. Lo amaba, pero era mucho más pasional que racional.

Debía ser paciente y claro con él.

-Si, tengo miedo Elio.

Tengo miedo de quedar sin trabajo y no poder verte en la facultad, aunque sea de lejos; miedo a que inventen que te acuestas conmigo por interés, miedo a que sufras por estar conmigo.

Pero enfrentaré todos esos miedos porque no soy ningún cobarde-

-Tampoco lo soy Oliver-

Dijo Elio ya calmado, abrazándolo tiernamente.

El rubio acarició su espalda

-Elio tenemos este fin de semana para hacer lo que quieras. No nos veíamos hace dos años y no estoy dispuesto a perder al tiempo de nuevo.

Si quieres te llevo a conocer la ciudad más cercana, o nos quedamos aquí viendo una película-

Elio trató de besarlo, pero un dedo de Oliver sello sus labios

-Pero a contar del lunes, para ti seré el profesor Cohen-

Llámame por la noche +18 (ElioxOliver)Where stories live. Discover now