Casados

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Pasaron los días y el imbécil seguía jodiendo la vida.

-Andrea Sean te llama.

-Gracias Leah.

Me levanto y me dirijo a la estúpida oficina, del perro de Sean.

-Me solicito jefe.

-Frío- recoge tus cosas, nos vamos a las Vegas, ya Joaquín tiene todo listo.

No me queje, se que Sean esta enojad, y se que algo esta pasando o va a pasar.

-Está bien jefe.

A la hora ya estábamos dentro del avión privado de los Rinaldi, yo tenia miedo, aunque no lo mostraba, al rato siento que Sean me abraza.

-El ya no ésta con nosotros.

Esas palabras me aliviaron por segundos.

-No me dejes sola en el aire.

-No lo hare.

A las 6 hora de vuelo, ya estábamos en tierra y a punto de llegar al hotel.

-Bienvenido jefe, que bueno verla señorita Andrea.

-Lo mismo digo Joaquín.

Entramos al hotel, Sean fue a la recepción junto con Joaquín, yo me quede en pie con las maletas, de repente Sean grita.

-Grita-ME RESUELVE YA MISMO ESTO.

El empleo asustado, hizo lo posible por calmarlo, al rato Sean regresa todo cabreado.

-Tengo malas noticias.

- ¿Cuál?

-Debemos qué compartir cuarto.

-Pues ni modo,

Al rato subimos al cuarto, nos cambiamos y nos fuimos a la empresa de los Miltreht.

-Hola Sean, y tu debes ser su secretaria.

-Asiento-

-Andrea ella es Malina, esposa de Abdullah.

-Encantada de conocerla señorita Malina.

-El honor es mío, mi esposo lo espera.

Ambos entramos a la oficina de Abdullah.

-Sean que bueno de verte.

-Lo mismo digo.

Ambos se abrazan, y Sean me hace la señal de que me fuera, así que me fui al jardín a mirar un campo lleno de flores.

- ¿Te gusta?

Asientos de.

- ¿Te gusta Sean?

-A que se debe tu pregunta.

-La forma qué lo miras.

-Escucha Malina, quien lo ve así eres tú, no te preocupes no le dure a tu marido que le gustas a Sean, pero te advierto, -la mira-, no te metas conmigo, si quieres vivir.

-Ja no le temo a tus advertencias.

En eso Sean sale.

-Andrea vámonos.

-Susurra- ya lo sabes, no te metas conmigo.

Sean y yo nos fuimos del lugar, esa misma noche Alexei Rovanov, mejor amigo de Sean abrió un nuevo bar-casino, así que nos fuimos al bar.

- ¿Cuándo conoceré a Alexei Rovanov?

-No lo se.

-Aburrido.

-Deja de beber.

-Eso jamás, de paso-señala el vaso- también estas bebiendo.

-Si, pero soy hombre.

-Hay que machista eres.

Me levanto y me voy a bailar en la disco, cuando de repente que alguien se apega a mí, me volteo y el me besa.

- ¿Qué haces?

-Impidiendo que algún hombre se te acerque.

-Puchero-Ya no tengo 15 años.

-Lo se.

Luego de baila, me senté, saqué un cigarrillo.

- ¿Desde cuándo fumas?

-Desde los 17.

-Ya veo.

- ¿Desde cuándo bebes?

-Desde que Joaquín se declaró gay.

-Oh ya veo.

Nos miramos fijamente y de repente Sean me besa.

-Susurra- nos casamos.

-Susurra-Sean estas borracho.

-Borracho pero sexy.

Ambos nos miramos, y Sean se levanta tambaleándose y me levanto, estaba en la misma condición que Sean.

-Vámonos.

Asiento, y nos fuimos a la iglesia cercana, el sacerdote vestido de Elvi Presley nos casó, cuando salimos de allí, fuimos al hotel, y mientras subíamos al cuarto aumentaba nuestros besos volviéndome cachonda, llegamos y Sean me desnuda por completo.

-Wow esas tetas como crecieron.

-Sonrojada-Sean.

Sean se acerca a mí y me acuesta en la cama, el me besa, sus besaba son tierno, despacio, su lengua. Siento un cosquilleo en mi cuerpo, sus dedos se mezclan con nuestras lenguas, nuestras salivas, sus besos rodeaba mi cuello oliendo su excitó de su perfume excitándome más, bajó la cabeza y saboreó con su lengua mi vagina, agarró su penen y me penetra salvajemente, haciéndome retorcer mi cuerpo, mi vientre está siendo devorada por un pene mafioso, Sean me esta dominado, sus embestidas hacia que perdiera todos mis sentidos haciendo gemir como una perra en celos, no dejaba de gritar su nombre, mi cuerpo convulsionaba lleno de placer, sentí como llenaba toda su leche caliente dentro de mí, lista para ser una perra preñada del perro mafioso.

FIN.

Casada con la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora