Había venido esta tarde a casa para dejar todo dicho y empezar mañana con el plan, con el cual seguía pensando que algo iba a salir mal.
Asentí.
- Bien, ¿qué os parece subir una historia juntos? - preguntó - así la gente verá que tenéis algo. - Pues me toca las narices no haberla subido con mi novio y tener que subirla con este - dije señalando a Gavi. - Este tiene nombre, y tampoco le hace gracia la idea - respondió él. - Vamos chicos, serán unos días solo, además, Pedri me dijo que habías empezado a estudiar fisioterapia, ¿te vendrá bien trabajo con plaza fija hasta antes de empezar las clases no? - Xavi, ¿me estás chantajeando? - pregunté molesta. - Claro que no, pero es algo que os va a beneficiar a ambos, Gavi no queda como lo que lleva quedando un tiempo justo ahora y tú consigues trabajo. - Pues si queda así que deje de hacer lo que hace y se centre - bufé. - Cloe - dijo Pedri.
Lo miré mal.
Jamás pensé que mi primera semana aquí iba a ser tan movida.
- ¿Subís la historia entonces? - preguntó Xavi de nuevo. - Que sí - dije de mala gana. - Mañana lo llevarás al entrenamiento y cuando salga os iréis juntos a la Masía, y pasado ya es el partido. - Vale - refunfuñé. - Vamos hablando para el resto de días, muchas gracias por esto Cloe - dijo Xavi. - De nada - respondí.
Xavi y los chicos se quedaron hablando de entrenamientos y mierdas, mientras yo subí a darme una ducha.
Al salir, alguien pegó en la puerta.
- Estoy desnuda - grité. - Soy yo - rió Sira. - Dios mío necesitaba una amiga en estos momentos, pasa.
Entró y se sentó en la cama, mientras yo salí del baño y empecé a echarme crema.
- ¿Cómo estás? - me preguntó. - Imagínate. - Mira tía, te entiendo, pero son unos días. - Sira, ¿eres consciente de que esto puede joder mi relación de verdad? - O reforzarla. - Lo dudo - reí irónica - no sé cómo Pedri ha aceptado. - Porque son como una familia cariño, hacen todo lo posible uno por los otros. - ¿Y yo? - Tú eres su novia y te quiere más que a nada en el mundo.
Resoplé de nuevo.
- Todo va a salir bien, ya verás - sonrió mirándome con ternura.
Me vestí y bajamos con el resto, ya que nos estaban llamando.
- Abrázame y mírame - me dijo Gavi. - ¿Qué? - pregunté confusa. - La historia para Instagram.
Rodé los ojos e hice lo que me pidió, mientras que mi novio nos hacía la dichosa foto.
Me parecía la situación más surrealista e incómoda de mi vida.
- Listo - dijo Pedri.
Me separé de su amigo y nos la enseñó, luego Gavi la subió a su cuenta.
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