♧ || ❛think i need someone older, just a little bit colder, take the weight of her shoulders, think i need someone older❜
⸻(S.D.B ★ L.O)⸻
Lilia Orange, reina de los Países Bajos, tejía una red de engaños al fingir una relación con la...
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Lilia gruñó con dolor al sentir unas manos estrujar su estómago, el sol golpeó por completo contra sus ojos, y fue entonces cuando finalmente las palabras salieron disparadas de sus labios.
— ¡Alexia! — Gimoteó fastidiada ante los comportamientos infantiles de su hermana, quien no dejaba de dar pequeños golpes en su estómago.
Alexia solo le sonrió— ¡Despierta, Lilia, mamá te necesita!
—Dile que estoy durmiendo, no tengo ganas de levantarme— Lilia soltó con amargura antes de volver a taparse con las mantas a su alrededor. Aplastando la cara contra la almohada bufó al ver que Alexia persistía con los golpes en su estómago.
—Vamos, Lili, mamá se va a enojar.
—¡Ya! ¡Deja de golpearme en el estómago!— La mayor de las Orange tomó a su hermana menor entre brazos y la revolcó contra las mantas, desordenando sus cabellos y ropas.
—¡Lilia!— Alexia comenzó a moverse desesperada por librarse del agarre de su hermana, y la susodicha comenzó a hacerle cosquillas.
El momento de felicidad terminó cuando la puerta de su habitación se abrió y mostró las facciones arrugadas de su madre. Lilia y Alexia se reincorporaron ambas, bajándose de la cama y parándose en el suelo.
—Lilia Guinevere Faustine Marshell y Alexia Juliana Marcela Laurentien— Maxine las llamó de mala gana.
—Madre—respondió Lilia con una pequeña reverencia.
—Alexia, ve a hacer tus deberes y ofrece una mano a tu padre con sus cosas—Maxine exigió; la segunda menor de las Orange corrió fuera de la habitación aún cabizbaja.—Lilia.
Maxine cruzó los brazos, observando a su hija mayor con una mirada que dejaba claro que no había espacio para la discusión. Lilia suspiró, sabiendo que resistirse solo empeoraría las cosas.
—Sí, madre, ¿en qué puedo ayudarte? - preguntó con cautela.
—Hoy necesito que te ocupes de un asunto personal. —Maxine se acercó a la ventana y corrió las cortinas, dejando que la luz del día inundara la habitación.
