𝐨𝐥𝐝𝐞𝐫 ♧ SOFIA BORBÓN

02. La pelea y la reconciliación

Lilia se paró en la entrada de su oficina furiosa, observando la cabellera rubia de Sofia caminar por los pasillos del palacio. Apurando su paso, logró dejarla acorralada contra la pared detrás de ellas.

— ¿Qué demonios te pasa, Sofía? — espetó Lilia, instintivamente llevando su mano a su mejilla.

Sofía, sin inmutarse, retrocedió unos pasos, chocando contra la pared y desafió con la mirada a Lilia. — ¿Te gustó eso, verdad? ¿Te hizo despertar?

La furia de Lilia se encendió como una llama voraz. Intentando calmarse, dio un golpe a la estantería a un costado de Sofia, tumbando un par de libros, los cuales se encargaría de recoger luego. — ¿Cómo te atreves a golpearme?

Sofía mantuvo su mirada desafiante. — Necesitas escuchar lo que tengo que decir, Lilia. Estoy harta de tus evasivas.

— Puedes decir lo que quieras sin golpearme. — Lilia apretó los puños, luchando contra la ira que la consumía.

— No puedo soportar verte actuar como si no importara. — Sofía soltó un suspiro frustrado. — Y menos puedo soportar la idea de que te cases con alguien más. ¿Es mucho pedir que te cases conmigo?

Lilia arqueó una ceja, confundida. — ¿Casarme? ¿De qué estás hablando?

Sofía soltó una risa amarga. — ¡Oh, por favor, Lilia! Todos en la corte saben que te han estado buscando pretendientes. ¿Crees que no me he enterado?

Lilia bufó con incredulidad. — Eso no significa que tenga la intención de casarme con cualquiera de ellos. No estoy lista para eso.— Orange suspiró cansada.

— Pero deberías estarlo. — Sofía se acercó a Lilia, desafiante. — No entiendo por qué tienes tanto miedo de comprometerte, tienes la edad y eres demasiado hermosa.

Lilia la miró con intensidad. — No es miedo. Es una elección. Y no quiero casarme contigo ni con nadie más en este momento.— La castaña dio a saber con molestia en su voz.— Así que mejor vete y deja de molestarme con tus niñadas de que te vas a casar conmigo, etc.

Sofía la miró fijamente, su expresión cambiando de frustración a tristeza. — No puedo soportar la idea de que estés con alguien más. No quiero que te cases con nadie más que no sea yo.

Lilia, desconcertada por la revelación, se quedó en silencio por un momento. — No puedes decidir por mí, Sofía. Y este comportamiento... — Lilia titubeó, buscando las palabras adecuadas. — Este comportamiento solo hace que la idea de estar contigo sea aún menos atractiva.

Sofía, incapaz de contenerse más, cerró la distancia entre ellas y la besó. Fue un beso apasionado, lleno de frustración, deseo y confusión. Lilia, sorprendida por la intensidad del gesto, se quedó momentáneamente inmóvil antes de apartarse bruscamente.

— ¿Qué diablos estás haciendo, Sofía? — espetó Lilia, su aliento agitado.

Sofía miró a Lilia con ojos ardientes. — No quiero que te cases con nadie más que no sea yo. No puedo soportarlo.

Lilia la miró con incredulidad. — Un beso no cambiará nada, Sofía. Este comportamiento solo complica las cosas.

Sofía, sin importarle se cruzó de brazos. — Entonces, ¿qué es lo que quieres, Lilia? ¿Quieres que te deje en paz y permita que te cases con alguien más?

Lilia suspiró, sintiendo la confusión y la tensión en el aire. — Quiero que entiendas que no puedes controlar mi vida. No puedes forzarme a casarme contigo ni con nadie más. Necesito tiempo para descubrir lo que quiero.

—Pero te quiero a tí y voy a luchar por eso Lilia.— Sofia susurró, volviendo a acortar la distancia entre ellas.

En un movimiento brusco y en busca de mantener a Lilia quieta, Sofia apretó sus manos contra los hombros de la Castaña y las volteó. Ahora quedando Lilia contra la pared y ella acorralandola. Sofia empujó a Lilia contra la pared con más fuerza, ahora presionando besos húmedos contra su cuello y la unión del mismo con el hombro. Borbón dejó escapar una pequeña sonrisa cuando Orange dejó espacar un pequeño gemido y comenzó a apretarse contra ella, en busca de más contacto.