Liberty estaba bajando por el ascensor hasta llegar al gimnasio, donde pudo observar a Skye tumbada en unas colchonetas con mala cara
- ¿Qué tal está mi lesbiana favorita? - saludó ella enérgicamente
- Como el culo - respondió la cockapoo con un gruñido
- Veamos... ¿Qué podemos hacer? - preguntó Liberty en voz alta
- ¿Que venga Everest? - respondió ella con otra pregunta
- Ah no, eso no - negó la salchicha - que luego hay chiqui-chiqui
- Porfa, no digas chiqui-chiqui - comentó Skye
- Chiqui-chiqui - volvió a decir Liberty para fastidiarla
- Das mucho cringe - respondió Skye riendo a la vez que le lanzaba una toalla que había allí tirada
- ¡Eh! No me tires eso que está sudado - exclamó ella - Por cierto, ¿De quién será?
- Seguro que de Zuma - habló la de ojos rosas - siempre deja tooodo tirado por ahí
Las dos se rieron, y se tumbaron en las colchonetas de nuevo
- ¿Pizza? - preguntó Skye a su amiga
- Son las 11 de la mañana, ¿En serio te apetece? - preguntó Liberty extrañada
- ¿A ti no? - respondió la cockapoo
Se volvieron a reír, y se dirigieron al ascensor, para poder ir a la cocina. Cuando salieron del ascensor, se encontraron con una escena muy divertida para ambas.
Todos los chicos, que solían decir que eran rudos y fuertes, se encontraban tumbados en los pufs de la sala común viendo en la pantalla a Apolo el súper perro, serie que se suponía que ya no veían porque "era para críos"Las chicas se rieron al pasar junto a ellos, y los canes las miraron
- ¿Que os hace tanta gracia? - preguntó Rocky con mala cara
- Nada, nada - intento decir Skye, pero le era incapaz, ya que la risa la ganaba
- Pero, ¿No se supone que andas de mal humor? - soltó Marshall casi sin darse cuenta de lo que acababa de decir
- ¿Qué mierda me has dicho Marshall? - le preguntó la cockapoo en español ya enfadada
- Cagaste - murmuró Rubble a la vez que le daba un sorbo a su vaso de agua
- Mejor nos vamos - cortó Liberty para intentar solucionar la situación, tirando del brazo de su amiga para intentar dirigirse a la cocina
- ¡Ah! ¡Por cierto! - exclamó Chase, haciendo que las dos chicas lo miraran intrigadas - Rex está de camino
Liberty al oír ese nombre, se resbaló y cayó al suelo, ya que seguía tirando de Skye, y su amiga, momentáneamente la soltó
- ¿R-R-Rex? - intentó decir entre tartamudeos, a lo que el pastor asintió - ¡No estoy lista! ¡No estoy lista!
Skye ahora fue la que arrastró a Liberty a salir de allí, mientras que los demás se miraban entre ellos con expresión divertida
- No sé quién será peor - murmuró Rocky sonriendo
Liberty y Skye se dirigieron a la habitación de ésta última. Cada uno tenía su cuarto, aunque no vivieran en el centro de mando, pero ellas siempre se reunían en la habitación de ella
- ¿Qué hago? - preguntó la salchicha nerviosamente
- ¿Ser tú misma quizás? - respondió Skye a la vez que le daba un mordisco a un trozo de pizza
- Eso es fácil decirlo para tí - contestó Liberty - todo el mundo sabe que Everest está enamorada de tí aunque te comportes como un cerdo
- ¡Oye! - exclamó Skye fingiendo enfado
- Ni siquiera sé que ponerme - murmuró de nuevo ella
- Róbales algo a los chicos - comentó la ojirosa - es lo que hago yo
- Vale - aceptó Liberty
Salieron de la habitación riendo y observaron las distintas puertas del pasillo
- A ver, ¿Qué quiero? - dijo en voz alta
- Vamos a la habitación de Chase y pillale unos pantalones - respondió Skye - son súper cómodos, y después, vamos al cuarto de Rubble y le cogemos una sudadera, que son preciosas
Su amiga asintió y se dirigieron hacia el cuarto del policía, que estaba cerrado
- Mierda, nos hace falta el código - maldició Liberty
- ¿Te crees que no me los sé? Son demasiado fáciles - respondió Skye sonriendo
Cada habitación tenía un dispositivo de cierre automático, además de alarma. Este era para que tuvieran más privacidad entre ellos y no entraran en las habitaciones de sus amigos simplemente porque sí
Skye tecleó en la pantalla una sencilla combinación de cuatro números y la puerta de abrió
- Deberían de dejar de poner sus cumpleaños como contraseña - dijo en voz alta mientras entraba en la sala
Se dirigieron al armario y poco después volvieron a la habitación de Skye, donde Liberty se cambió
- ¿Cómo me veo? - preguntó ella con voz temblorosa
- Guapísima - respondió Skye con una sonrisa - si no se enamora de ti así está claro que es gay
Se rieron durante un buen rato, y poco después las llamó Zuma desde fuera
- ¡Hey vosotras! - exclamó él labrador desde el otro lado de la puerta - Os toca poner la mesa
Lanzaron un suspiro al mismo tiempo y salieron de la habitación. Zuma las observó. Sabía que llevaban ropa de ellos, pero prefirió no decir nada, por si acaso
Después de la comida cada uno se fue a hacer distintas actividades. Sus rutinas eran muy simples, pero a ellos no les importaba. Simplemente hacían las cosas que les gustaban. Por ejemplo, Rocky se pasaba el día encerrado en el taller, creando nuevos inventos y descubriendo nueva tecnología, al contrario de Zuma, que se la pasaba siempre en la playa o en el muelle. Y aunque esta vez no fuera diferente, el pensar que tenían que hacer de nuevo "la charla" les impedía hacer sus actividades con normalidad. Para ellos, esa "charla" era muy importante, ya que era la que determinaba si el Estado seguía subvencionando el equipo o lo disolvía. La alcaldesa Goodway siempre los apoyaba y estaba a favor de ellos, pero últimamente el Gobierno les ponía demasiados contras, como el descenso de los rescates en la semana o la poca productividad del equipo en colaboración con la ciudad. Eso llevaba a los Paw Patrol a tirarse de los pelos, sobre todo a Chase y a Rocky, ya que eran los mayores responsables del equipo por ser los más viejos. Por eso, habían decidido llevar acabo una reunión con la alcaldesa esa misma tarde, a espaldas de los demás, ya que no querían que sus amigos se preocuparan
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Amores Difíciles | Paw Patrol
Fanfiction𝐀𝐌𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐃𝐈𝐅Í𝐂𝐈𝐋𝐄𝐒 | Los integrantes de los Paw Patrol han crecido, y ahora ya no son los pequeños héroes que solían ser Desde que Ryder los abandonó y desapareció sin dejar rastro alguno, los Paw Patrol cambiaron bastante. Tanto, que ah...