Capítulo 53

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No sabía cómo sentirme después de lo que me conto Lucas. Me lo había tirado de la nada, tres semanas después de estar en una intensa recuperación. Lo único que me faltaba era hacer algunos ejercicios que me iban a ayudar a volver a caminar. Por ahora tenía que estar en silla de ruedas y más adelante iba a usar muletas. Al parecer él había esperado a que estará más o menos bien para decirlo.

Lola, Lola se iba a casar.

—¿Cómo te sentís, Rodrigo? Sé que la querés a ella todavía.

No encontraba palabras para describir lo que sentía, pero mi cara debía decirlo todo.

—Ella también te sigue queriendo...

—¿Por qué me decís eso?

Lo que me decía solo me lastimaba más. No era su intensión. Lo sabía bien, pero no soportaba imaginar a Lola vestida de blanco, caminando hacia el altar con otro.

—Ella misma me dijo en una carta que se arrepentía de volver conmigo, Lucas. Ahora me decís que se va a casar con otro chabón. Está bien, paso un montón de tiempo, pero no para mí. Es como toda nuestra pelea hubiera pasado ayer.

—¿Pensaste que...Lolita se comprometió?

—Pero literalmente me acabaste de decir que se va a casar.

—Sí, pero mi hermana no se comprometió.

Lucas me tenía más confundido que los significados de flores por color.

—No te entiendo, Lucky.

—Lolita no se comprometió. La comprometieron mis padres con Viktor.

—¿Eh?

Por un momento pensé que ella me había superado. Eso no estaba mal, pero admita que era egoísta y que no quería que ella lo hiciera.

—Este matrimonio es un arreglo entre familias y va a beneficiar al negocio familiar, pero sobre todo a mi hermana.

—¿Estás de acuerdo con esto?

—No, Rodrigo. Pero esto me hizo ver que mis padres nunca confiaron en que ella se quede conmigo cuando todas mis vidas me decían que lo iba a hacer mientras a mis espaldas hacían un trato con mis tíos.

¿Entendí bien lo que dijo?

—¿Un trato con tus tíos?

—Sí, Viktor es mi primo.

—¿La comprometieron con tu primo?

—Primo lejano.

—Sigue siendo tu primo, boludo.

—Este tipo de acuerdos se siguen haciendo, pero son más discretos.

—Entonces... ¿ella no está enamorada de otro?

—Te quiere a vos.

—¿Y por qué no vino a verme?

—Está ocupada. La familia de Viktor y tía Lorelei están en Buenos Aires. La tiene de acá para allá para organizar la boda.

Boda. No pensé que esa simple palabra me agrietara el corazón.

—¿Cuándo es la boda?

—Después del cumpleaños número diecinueve de Lolita.

No faltaba tanto para su cumpleaños.

—¿Qué día exactamente, Lucas? —insistí, mirándolo dolido.

—No te pongas mal, boludo.

—¿Y cómo querés que me ponga?

—No, bueno. Tenés todo el derecho de sentirte mal.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora