Capítulo 54

866 79 53
                                    

La respiración se me corto por unos segundos al verla de nuevo. La primera vez desde que desperté del coma. Lola no pareció darse cuenta de mi presencia –aunque mi silla hacia ruido- porque seguía poniéndose el labial color rosado. La mire hacerlo en silencio mientras pensaba por dónde empezar. Pero cuando se dio vuelta y la mire a los ojos, se me olvido todo lo que le iba a decir.

—Estas hermosa con ese vestido.

Me sentía nervioso y más al verla con ese vestido de novia puesto. Nunca me la imagine en uno. Ahora que la veía, el corazón me palpitaba con más fuerza. El blanco le quedaba tan bien y cuando se ponía ese color me volvía completamente loco.

—Te extrañe mucho Lola, Lola. No sabes cuánto.

—También te extrañe, Rodrigo. Te quería ver antes, pero no era apropiado que lo haga.

La mire sin entender, ¿Por qué no era apropiado que me vea?

—¿Por qué no es apropiado que me veas?

Ella señalo su mano.

—Tengo un prometido.

Extendió su brazo hacia mí, dejándome ver que en uno de sus dedos tenía un anillo de diamante -que no dudaba de que era real- en forma de corazón de color verde.

—Y mi tía Lorelei me dijo que no te vuelva a ver.

—¿Por qué te dijo eso?

En realidad, si lo sabía. Desde el primer momento en que la conocí supe que no le agradaba a aquella mujer. Lorelei Schulz –de soltera Di Bianco- tenía más de cuarenta años. Era viuda. De actitud dura y estricta. La madrina de Lola. Ella era fría con todos menos con su sobrina y estaba seguro que era su favorita. Algo que me preguntaba era porque era así con todos, pero con Lola su actitud se ablandaba. Recuerdo decirle esa duda que tenía a Lucas y el me explico que su tía nunca pudo tener hijos, aunque lo intento muchas veces con su marido, que su sueño siempre fue tener una hija y que lo más parecido que pudo tener era Lola. Por eso Lorelei la trataba como si fuera su hija. Era irónico que ella estuviera en su boda y no sus verdaderos padres, quienes encima fueron los que la comprometieron.

—Porque me lastimaste mucho, pero no de manera literal. Me refiero a que me dolió cuando Lucas dijo que estuviste con Emilia...

—No te fui infiel con Emilia porque no estábamos juntos cuando... —creo que era mejor decirle la verdad, no en gran parte porque no podía decirle que la ayude a Emilia a robarle a alguien. —Ni siquiera estuve con ella. No la bese y tampoco a ninguna otra, aunque este soltero porque estoy perdidamente enamorado de vos. Las demás no existen para mi mientras estés vos.

Sus mejillas se le tornaron rosadas.

—Emilia me dijo que era mentira que estuvo con vos.

—¿Ella ya te lo dijo?

No debía sorprenderme porque Emilia cambio, pero no esperaba que le haya contara a Lola la verdad.

—¿Y que más te dijo Emilia?

—Que le daba florecitas a su amigo, pero eran dientes de león y no son flores. Los dientes de león son plantas.

Al parecer Emilia no le dijo nada del robo, el arma y las drogas. No quería que Lola lo supiera y menos Lucas. Por eso no le negué que estuve con Emilia y también sabía que ella le mintió con eso. Si lo negaba podía cumplir sus amenazas.

—Perdón por no creerte, Rodrigo. Pensé que mentías porque todos los hombres mienten.

—¿Quién te dijo que todos los hombres mienten?

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaWhere stories live. Discover now