Daenarya Targaryen segunda hija del rey Viserys y la reina Aemma Targaryen. Los primeros años de Dae eran perfectos hasta que su madre muere y todos los problemas comienzan.
Fue obligada a contraer matrimonio sin amor con Sir Harwin, fue obligada a...
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Daenarya's pov:
Navidad, la fecha donde todas las familias se reúnen para convivir y cenar juntos, los pequeños ansiosos por recibir sus regalos que Santa Claus les trajo.
Años anteriores las navidades las pasaba en casa de mi hermana mayor, Rhaenyra y en compañía de mi padre y sus demás hijos. Pero todo cambio cuando conocí a Criston, mi ahora esposo, fue justo en diciembre cuando lo conocí, era el hombre perfecto con el que estaría dispuesta a pasar el resto de mi vida.
Desde que me casé con él, estas fechas se volvían lo mejor del año, cocinar con él era de mis cosas favoritas. Ver cómo se emocionaba por decorar el árbol navideño, como decoraba las galletas de jengibre, a mi hombre le encantaba la navidad y toda esa emoción aumentó con la llegada de Daario que actualmente tiene 5 años.
Criston se podría decir que es el hombre perfecto, el hombre que toda mujer desea tener en su vida, es el mejor padre que pude elegir para mis hijos.
— ¡Ya llegue! — Grito Criston desde la sala, yo me encontraba en la cocina, tenía que cerciorarme de que la cena estuviera perfecta.
— Amor, no grites, Daario y yo ya nos dimos cuenta de eso. — Dije regalándole una sonrisa, mientras acariciaba mi abultado vientre, a parte de Daario, esperábamos a nuestro segundo hijo.
Tanto Criston como yo deseábamos una gran familia a la cual amar y cuidar, sabíamos que no era fácil tener hijos, pero teníamos los recursos y la estabilidad para tenerlos, para poder brindarles todo lo que mis pequeños necesitarán.
— Harwin me llamo, dijo que los niños no podrán venir, están enfermos y no quieren contagiar a Daario. — Me platicó mi esposo, era una lástima no poder pasar esta fecha con mi hermana y sus pequeños.
Al menos vendrían mis otros hermanos y mi padre. Aegon, Helaena, Aemond y Daeron eran a penas unos adolescentes que disfrutaban solo la hora de abrir los regalos para después volver a sus preciados celulares, excepto Daeron que era el único que jugaba de más con Daario.
— Que mal, supongo que en Año Nuevo lo pasaremos en casa de Rhaenyra.
— ¿Quieres que te ayude en algo? Puedo terminar la cena en lo que tú vas y te cambias. — Sonreí ante la propuesta de mi Criston. Era tan lindo aun que diera lo mínimo.
— Te lo agradecería mucho mi amor, debo bañar a Daario y yo igual antes de que lleguen mis hermanos. — Me acerque a Criston para propinarle un beso, pero unos sonidos de arcadas nos hizo separarnos, se trataba de Daario, era muy celoso cuando se trataba de mi, corrió y quitó a su padre de mi lado.
