Álvaro

891 61 15
                                    

Paul y yo nos estábamos volviendo cada vez más cercanos en un corto período de tiempo.

Sentía que había conectado con él un montón y lo único que me apetecía era conocerlo más.

No entiendo como el chico había pasado tanto tiempo desapercibido para mí si era un encanto. Lo que tenía claro ahora es que nunca más iba a dejar que se volviera invisible.

Faltaba poco para el día en el que tendríamos que cantar a dúo delante de todos, y aunque es cierto que gracias al tiempo que había pasado con él y lo mucho que me había ayudado con la interpretación ya no sentía ningún malestar, no quería que ese día llegase.

Cantar la canción delante de todos era lo de menos, ya lo había hecho otras veces y tenía experiencia. Lo que realmente me asustaba era el pensar que el vínculo que poco a poco habíamos formado se esfumase de un día para otro.

Como todas las mañanas antes de entrar a clases, estaba desayunando con Bea mientras hablábamos.

—Te noto algo triste ¿estás bien?— Bea que me notaba algo ausente me preguntó.

—Estoy un poco cansado, nada más. —No quería hablar de lo que pasaba por mi cabeza en ese momento, sabía que era un pensamiento absurdo.

—¿No has dormido bien? — Me preguntó preocupada.

Negué con la cabeza y pensé en que decirle, no quería que pensara cosas raras tampoco así que no sabía muy bien que decir.

—Bueno de todas formas sabes que puedes hablar conmigo para lo que sea ¿no?

—Lo sé.—Le sonreí.— Gracias Bea.

—Por cierto, ¿qué tal te va con Paul?

La pregunta me tomó tan de imprevisto que casi escupo el café que estaba bebiendo. A veces sentía que podía leer mi mente sin problemas y que cuando no me hacía preguntas muchas veces era porque sabía la respuesta.

—Bien. —Le dije— La verdad es que me siento muy cómodo trabajando con él, además es una persona que sabe escuchar.

Bea me miró con una sonrisa de oreja a oreja y yo le pregunté confuso.

—¿Qué pasa?

—Nada, simplemente que os veo cada vez más juntos y me alegro porque se nota que os hacéis bien el uno al otro.

—Pero no pienses nada raro Bea, que te conozco muy bien.

—Yo no he dicho nada, eres tú el que saca esas conclusiones. Por algo será ¿no?

—De verdad no puedo contigo.—Solté una risa nerviosa e intenté cambiar de tema.— Venga vamos a clase ya que se nos hace tarde.

Fuimos a clase y cada uno nos sentamos con nuestros respectivos compañeros de dúo. Yo saludé a este con una sonrisa.

—¿Qué tal mi niño?—Me preguntó mientras me dió una suave caricia en el hombro.

—La verdad es que bien, ya he mejorado con la interpretación y me cuesta menos hacerla.

—Me alegro mucho.— Una sonrisa de lado apareció en su cara. —Hoy hacen un ensayo general de todos los dúos, ¿Te sientes preparado?

—La verdadera pregunta es si te sientes preparado tú.

Ambos nos quedamos mirándonos sin decir nada, estábamos asustados por unos motivos y por otros pero ninguno lo admitiría delante del otro.

Paul sabía que me daba miedo ponerme mal por la interpretación y yo sabía que él sentía pánico de cantar delante de todos por primera vez, aún así ambos tratábamos de ignorar eso y centrarnos en la canción únicamente, sin darle vueltas a lo demás.

—Nos va a salir muy bien ya lo verás.— le apreté la mano y me sonrió tímidamente.

Todos los dúos fueron pasando poco a poco, nosotros éramos de los últimos así que aún teníamos tiempo para relajarnos un poco, pero creo que ninguno era capaz.

Vi que Paul estaba temblando y traté de relajarle un poco acariciándole el pelo.

Enseguida vi cómo dejó de temblar y apoyó su cabeza en mi hombro mientras yo le seguía acariciando el pelo.

—Como sigas haciendo eso me voy a quedar dormido y en vez de cantar a dúo vas a tener que hacer un solo. —Dijo casi en un susurro.

—No, porque si no ¿Quién te acaricia el pelo? —Le pregunté — Lo mejor es que dejen el dúo para otro momento y ya está.

Estábamos los dos bastante más relajados que antes, miramos varias actuaciones así y Bea que estaba unos asientos más alante nos miró mientras se reía.

Le hice unos gestos con la mano para que dejara de mirar así, Paul no se había dado cuenta así que podía estar tranquilo, pero no quería jugarmela mucho.

Llegó nuestro momento de cantar y ambos subimos al pequeño escenario que había y nos colocamos.

Habíamos estado ensayando que teníamos que teníamos que cantarnos la canción frente a frente y poco a poco ir acercándonos más, mientras que a la vez que ocurría ese acercamiento también a su vez nunca acabasemos de acercarnos del todo.

Las palabras de la canción fueron saliendo de nuestras bocas a medida que avanzaba la canción y nuestras voces se fueron entremezclando junto con la melodía.

Había decidido darle un enfoque diferente a la interpretación y ahora la cantaba imaginándome que nunca más podría hablar con la persona que tenía justo en frente, y por alguna razón era lo único que necesitaba para que me saliera real la interpretación.

Nunca pensé que una persona en tan poco tiempo me importaría tanto y me haría sentir tan lleno como me ocurría con él, y aunque seguramente nunca lo llegaría a entender quería por una vez dejar de sobrepensar todo y vivir el momento.

Me despisté y acabé cantándole la canción más cerca de lo que teníamos acordado, él podría haberse apartado más pero no lo hizo y finalmente acabamos la canción tan cerca que perfectamente si me inclinase podría besarle. Pero por supuesto no lo hice.

Todos nos aplaudieron y vi que la mayoría nos miraba con alegría y con sorpresa por lo que acabábamos de hacer.

Miré a Bea que estaba con la boca abierta y la verdad es que me dio mucha curiosidad porque no tenía ni idea de lo que se había visto desde fuera.

Los profesores nos dieron sus opiniones sobre el dúo y las cosas que teníamos que mejorar y nos bajamos del escenario.

Me iba a sentar en mi sitio cuando Bea me agarró del brazo y me habló.

—Me vas a tener que explicar que ha sido eso Álvaro Mayo, porque creo que tú y yo tenemos muchas cosas que hablar.

Sabía que había sentido una conexión cuando había cantado con él, pero ni siquiera sabía si podía llegar a explicarle algo porque yo estaba igual de confuso que ella.

¿Me estaba empezando a gustar?

Las palabras que siempre te quise decir | Alvaul / Polvorones Место, где живут истории. Откройте их для себя