La lluvia aún azotaba todo el continente, mientras Konoha se preparaba para despedir a su héroe.
Al mismo tiempo, en algún lugar del bosque, a algunos kilómetros de Konoha...
—¡N-Nagato!— exclamó Konan horrorizada mientras veía el cadáver incinerado de Uzumaki. —¡C-¿Cómo es esto posible!? Aún no me lo creo... ¿Qué fue lo que hizo el Hokage?—
La mujer estaba enojada, pero más que nada triste por lo que acababa de ocurrir...
Ella había sido otra de las personas que no había visto la transmisión, además de Obito y Pain... Simplemente porque Orba quería evitar que Akatsuki o el Hokage supieran de eso.
Pero, no había tiempo para lágrimas... Porque toda esta pelea no solo había causado mucho dolor para ambos lados... Había provocado ira.
La mujer repentinamente levantó la cabeza al sentir cómo alguien se había acercado a su árbol hecho de papel.
Aquella persona irrumpió bruscamente rasgando el muro.
—¿¡Quién está ahí!?— exclamó Konan mientras preparaba shurikens de papel explosivo.
—Así que... Está muerto... Parece que Nagato ya no será un problema— contestó la voz de aquella persona mientras se escuchaban sus pasos acercándose.
La voz estaba cargada de un aura iracunda, tenía un tono de voz profundo que denotaba imponencia.
—¡¿Cómo nos has encontrado!? ¡Identifícate!— exclamó ella mientras se preparaba para disparar.
La figura caminó al frente, hasta que finalmente dejó ver su rostro... Se trataba de Naruto, quien miraba fijamente a los ojos de la mujer, mientras un aura de chakra rojo emanaba de su cuerpo y sus ojos eran los del Kyubi mezclados con el modo sabio.
—Esto... Me trae recuerdos...— murmuró Naruto mientras se miraba las manos... Casi podía verlo, aquel día estaba grabado en su mente.
—¡Naruto!... ¿¡Q-qué has hecho!?— exclamó Hinata horrorizada luego de ver cómo su amado había asesinado sin pensarlo a Nagato y a Konan con sus propias manos; a uno lo había molido a golpes hasta matarlo... Y a la otra la había estrangulado.
—Lo siento... Hina-chan... Tú ya no estás conmigo... Y no puedo perdonar a estos malditos... Aunque fui cruel con ellos, lo cierto es que no merecen piedad— murmuró Naruto aún mirándose las manos, las cuales temblaban por el sentimiento de ansiedad.
Casi podía verlas untadas de sangre... En su vida pasada, el que había muerto había sido Gai, y él, en un ataque de ira, masacró a Nagato y a Konan en ese mismo árbol, sin ninguna piedad, dejándose llevar por su peor lado.
Pocas veces había sido tan sanguinario, no le gustaba matar, cuando lo hacía generalmente lo hacía rápido y bajo el efecto de la adrenalina, cosas que luego simplemente lamentaba en silencio; como ninja no podía darse el lujo de dudar en medio de la batalla.
Aunque odiaba el derramamiento de sangre innecesario, a lo largo de su vida había asesinado a centenares de enemigos, personas inocentes e incluso amigos... Por eso, sabía que no tenía derecho a negarse a hacerlo, si sabía que eso era lo que debía hacer.
—¡Uzumaki Naruto! ¿Cómo es que llegaste hasta aquí? Más te vale contestar... ¡No seré suave contigo!— exclamó la mujer aún junto al cadáver de Nagato, esto con lágrimas en los ojos y apuntando sus armas de papel.
—Podría arrancarte la cabeza de un solo golpe o darte una muerte lenta y dolorosa como lo mereces... Créeme que no exagero, así que contestarás algunas de mis preguntas y luego tendrás mi permiso para morir, prometo que seré rápido— contestó el rubio con frialdad mientras hacía crujir sus manos mientras las estiraba.

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Naruto: Fugitivos
FanfictionEsta historia es la continuación de: el Ninja y la asesina. Tras lo ocurrido en Konoha, Naruto y Hinata se embarcan en una odisea a lo largo del continente elemental, teniendo que lidiar con distintos enemigos, como Akatsuki, los ocultos y las aldea...