Han pasado algunas horas desde la muerte del Hokage, tras el enfrentamiento entre Madara y Naruto...
El continente entero seguía cubierto por una lluvia incansable que no mostraba signos de amainar pronto.
En Konoha, en un lugar subterráneo, se encontraba el cuartel de la organización Raíz.
En la oficina de Danzo, el anciano reflexionaba intensamente después de haber presenciado la batalla.
—Quién lo diría... Al final, ese maldito de Obito resultó ser un buen Hokage, digno de confianza. Lástima que me di cuenta justo en el momento de su muerte. Probablemente, Tobirama-sensei habría respetado mucho a Obito de haberlo conocido— pensaba Danzo antes de inclinar la cabeza y suspirar. —Ahora, Konoha está vulnerable... Los enemigos son demasiado peligrosos... Debo actuar, ahora yo tengo que ser el Hokage.—
El anciano se levantó y comenzó a caminar por la base de su organización, meditando en silencio sobre lo que había visto.
—Pensar que un Uchiha tan joven pudo hacer más que yo, o que mis antiguos compañeros... Nos hemos cubierto de vergüenza—, pensaba para sí mismo mientras apoyaba su bastón en el suelo y caminaba. —Hiruzen ha muerto... Murió en vano... Hamura y Koharu eran traidores y murieron por mi mano... Ahora soy el único que queda... ¿Cómo moriré yo?... ¿También seré un fracaso?—
El anciano solo apretó los dientes, consciente de que, a pesar de sus esfuerzos, no había logrado avances significativos durante todos aquellos años trabajando desde las sombras, cometiendo errores guiados por el miedo y la desesperación de encontrar a alguien en quien pudiera confiar para elevar a Konoha.
—Aún así... Esta batalla ha revelado algo después de tanto tiempo... Si había alguien valioso en todo esto, era aquel en quien nunca confié y siempre vi como mi enemigo... Pero Obito no murió en vano... Dejó a alguien que lo siguiera, a un sucesor... Sasuke Uchiha, Kakashi Hatake... Estoy seguro de eso, debo acercarme, estudiarlos...— pensó el anciano mientras apretaba la empuñadura de su bastón.
Danzo, después de tantos años en la oscuridad, finalmente había visto un atisbo de luz en medio del desastre que era su vida, y sabía que debía arriesgarse, al menos una vez.
En este punto, aquellos enemigos invisibles a los que tanto temía se habían vuelto muy fuertes como para ser negligentes; por una vez, tenía que dar un paso al frente.
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En otro lugar del país del fuego...
Se podía ver cómo Sasuke caminaba en silencio por el bosque, completamente callado mientras la lluvia caía sobre él.
El joven Uchiha avanzaba, sus ojos aún estaban cubiertos de sangre mientras ofrecía una mirada vacía al frente.
—No lo puedo creer... Obito-sensei... ¿Por qué tenía que ser usted?... ¿Por qué tenía que morir?... ¿Qué haré sin usted?...— pensaba Sasuke sin dejar de caminar, cada paso más pesado que el anterior.
Finalmente, algo más le hizo apretar los puños, mientras sus ojos se tornaban en aquel nuevo Mangekyou Sharingan, lleno de ira y dolor. Había algo que le hacía maldecirse a sí mismo una y otra vez.
—¡MALDITA SEA! ¡NARUTO! ¡HINATA! ¡POR QUÉ TENÍAN QUE LLEGAR A ESTO! ¡YO AÚN CREÍA EN USTEDES! ¡FUI UN IDIOTA!— gritó Sasuke antes de que su puño se envolviera en llamas y lanzara un potente golpe contra un árbol, el cual inmediatamente se prendió en llamas y fue destrozado, haciendo un sonido estruendoso mientras la lluvia caía sobre él.

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Naruto: Fugitivos
FanfictionEsta historia es la continuación de: el Ninja y la asesina. Tras lo ocurrido en Konoha, Naruto y Hinata se embarcan en una odisea a lo largo del continente elemental, teniendo que lidiar con distintos enemigos, como Akatsuki, los ocultos y las aldea...