Capitulo 9

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Daniel en multimedia ⬆️

En esa cafetería conocí a Carla una niña hermosa, con una sonrisa preciosa y una mirada tierna, ella tenía un algo que apenas me vio y me obligo a contarle todo lo que paso con André

- A veces llegan personas a cambiar nuestro rumbo, pero nosotros debemos saber quién merece verdaderamente estar y quien merece verdaderamente irse y ese hombre no te merece – ella me abrazo y me hiso sentir segura

El ambiente era alegre, olía a cada rato a café, Carla se volvió una gran amiga y por fin sentía que André no vagaba en mi mente a cada rato, ese día sonreí atendiendo a un cliente hasta que escuché un choque fuerte y como buena chismosa que hice salir a mirar y ya hacia un chico en el piso tirado con el casco de la moto casi dañada y una camioneta estancada

Camine rápido hacia el chico y lo ayude a levantarse y mirar si estuviera bien

- Disculpe usted está bien – él se quitó el casco y gimió un poco del dolor al ver su pie

- Si estoy bien muchas gracias – me miro con una sonrisa en sus labios, lo ayude a sentarse y llame una ambulancia

- No la llames, yo estoy bien – dije el cogiendo mi celular y colgando

- Pero usted...

- Estoy bien no necesito ayuda – hablo fuerte haciéndolo ver bien

Tenía unos ojos azules como el cielo, su piel era blanca y su cabello dorado le daban un bonito contraste, lo ayude a levantar la moto, el hombre de la camioneta le dio dinero y entro a la cafetería donde le hice una mini curación en su rodilla raspada

- Que estoy bien pequeña gracias – dijo el por última vez

- Ya terminé, ya está y por última vez me llamo Vela no "pequeña" – voltee los ojos viéndolo como sonreía

- Pe-que-ña – dijo con burla

Lo vi mal y deje el boquitin en su lugar, le lleve un poco de café y me senté con ese hombre

- Gracias por todo – dije con una sonrisa penosa

- no pasa nada – sonreí viéndolo – no le pregunte su nombre?

- Daniel – dijo el sonriendo y estrechando mi mano – y vela cuántos años tienes? – el sonrió mientras descansaba su mentón en su mano

La acción que hizo André cuando nos conocimos... mierda

- Eh yo 19 – dije jugando con mis manos

- ¿Estás bien? – me pregunto tratando chocar miradas

- Si – sonreí y me levante del lugar para ordenar un poco, ya la hora de salir, Daniel ni se podía mover cojeaba, camine rápido donde el

- No crea que va a salir a su casa – me reí viéndolo e imitándolo

- Que chistosa – me vio mal haciendo mala cara

- Venga déjeme ayudarlo – optamos por dejar la moto dentro del local y coger un taxi a la casa de un familiar

El pobre chico no podía caminar y hasta para subirse del taxi casi se muere duramos casi 40 min hasta llegar a una zona verde, le pagamos al taxi, salimos él se apoyó en mí y entramos a la gran casa, una casa que reconocí al instante

- Bueno ya me tengo que ir – lo deje al lado del guardia

- No espera, no te vayas – dijo Daniel tratando de detenerme

- No yo ya me tengo que...

Y salió el imbécil, miro a Daniel abrazándolo y lo cargo

- Entra – demando su voz ronca y controladora

Entre detrás de ellos callada, subimos a otra habitación

- Tráeme una pijama que ahí en el armario – André señalo el armario así que fui y le traje un short de hombre y un buzo

André lo obligo a cambiarse y lo dejo durmiendo en la cama, cerrando la puerta y quedando un silencio incomodo entre ambos, así que con mi mayor valor me fui de ese lugar

- Espera – dijo André sosteniéndome la mano – por favor...

Gire para verlo y esperar a que digiera algo

- Que

- Sé que fui un imbécil estúpido de mierda y no merezco tu perdón, pero quiero intentarlo, perdón enserio perdón – se re lambio sus labios y trato de acercarse a mí, pero recibió otro golpe por parte mía en su mejilla

- No sabes la mierda que me hiciste sentir, me sentí insuficiente, ansiosa, llorosa, llegaba todos los malditos días al trabajo con la misma conclusión -mi voz se partió- yo no fui tan importante para ti como tú lo fuiste para mí - y terminé llorando

- Sé que no merezco tu perdón, pero... - me miro con sus ojos verdes e inoptizantes

Le di otro golpe en el brazo y al final lo cogí del cuello de su camiseta y lo terminé besando, el rápido me cogió de la cintura pegándome a el

- Perdón, perdón enserio – me rogo agachándome la cabeza

- Vuelves a hacer otra mierda y te meto una patada en las pelotas – lo amenace llorando, el me limpio las lágrimas y solo me pudo abrazar para poder llorar en su pecho y transpirar ese rico aroma de su perfume, me llevo a su habitación y me sentó en su cama para arrullarme como si fuera un bebe y solo pidiendo "perdón"

Que podía hacer lo perdonaría mil veces, me volvió débil 

Andre LancasterWhere stories live. Discover now