estabas en tu cama, leyendo tu último libro y tenias que admitir que lo odiaste.
lo odiaste tanto que dijiste, si tu hubieras escrito el libro lo hubieras hecho mejor, y cuanti estabas por dar tu último aliento escuchaste
¿a sí? pues hazlo mejor qu...
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Ahora estabas en el carruaje delante de el príncipe, se notaba tus nervios y que en realidad no estabas ahí, seguías pensando en el evento canónico que se viene, ser recibida por tus tíos, que en presencia de Vil actuarán como almas caritativos y tutores amorosos que solo quieren lo mejor para su sobrina, pero una vez a sola te darán la golpiza de tu vida, tan ensimismada estabas que no escuchaste la pregunta de su majestad hacía ti.
-¿Acaso me escuchaste niña?- Preguntó Vil ya en voz alta y con un poco disgusto, te miraba de reojo, evaluando qué tanto te lastimarte y ensuciarse por tu pequeña escapada, tenias el pie algo hinchado pero no parecía ser una fractura o esguince.
-¿Eeh?- Balbuceaste ya mirando al disgustado rubio -Yo... ¿De que me hablabas?- Respondiste un poco nerviosa ganándose una ceja arqueada del príncipe, mirando a otro lado apenada.
-.... Solo di si o no- Dijo ya mirándote de reojo cruzando un poco los brazos, al parecer no escuchaste su pregunta de porqué se le ocurrió saltar de un tercer piso.
-...em... ¿Si?- Dijiste sin saber qué fue lo que pregunto, decidiste fingir que si lo escuchaste y el futuro rey ahí comprobó que no lo escuchaste, bueno si no lo escuchaste pero aceptaste algo, mereces un castigo.
-Bien...- Dijo el chico con sonrisa maliciosa, se acercó hasta ti, más específicamente a tus pies, parecía que revisará tu tobillo lastimado y en vez de sostener solo tu pie, recorrió su mano hasta llegar a detrás de tu rodilla sonrojando de golpe tus mejillas, ya que hizo que abrieras la piernas por inercia -... Ja... ¿No hay ropa interior? -
-T.. T.. ¡Tu la rompiste!- Exclamaste sintiéndote arrinconada entre Vil y el asiento del carruaje y cubriendo tu flor algo expuesta
-Mmmm... No lo recuerdo- Dijo el príncipe sin perder la sonrisa maliciosa, claro que recuerda destrozar esos harapos viejos.
Aun así, y con algo de brusquedad, colocó su mano sobre la tuya y comenzó masajearte, como si te mostrará cómo debía darte placer a ti misma, comenzaste a estremecerse y a forcejear, pero el rubio tenía el control y poco a poco ibas cediendo a la estimulación.
-Fufu~ Vaya~ Parece que aún tienes ganas de esto... Justo como yo~- Dijo en tono seductor y un poco burlón cerca de tu oído, pero tu y apenas podías responder con unos gemidos agitados -¿Que pasa?~ ¿Nunca te has tocado a ti misma?.. ¿Tan inocente eres?-
-N.. No digas esas~.. Aaah mmmh~ Esas cosas mmmh~- Pediste llena de vergüenza pero sintiendo ese escalofríos ligero y placentero recorrer tu cuerpo
-Pero mira como te pones con solo mis dedos... Mmm... Con solo unas pocas caricias y estas por correrte- Dijo Vil aún más malicioso -Apuesto que con solo meterlos ya te vendrías en mi manos... ¿Quieres que lo haga?... Te ayude a sentirte mejor...-
-Ma... Majestad~aah~ mmmh- Jadeante tus palabras con dificultad
-Responde con claridad o no continuaré- Dijo el oji-amatista deteniendo el masaje y deteniendo también tu mano, hasta sosteniendola para apartarla de tu flor.
-Aah~- Gemiste molesta mirando a Vil con ojitos llorosos pero sabías que tenías que decirle las cosas -C.. Continúa... P.. Por favor~-
El príncipe venenoso se apartó un momento para mirar tu rostro y tus reacciones, tus mejillas estaban sonrojadas, contrastaba con tu piel pálida, tus ojos están vidriosos por las sensaciones placenteras, oh estaba tan tentado en dejarte así para que veas lo que se siente ser ignorado, pero la verdad él también empezó a tener un problema entre las piernas.
-Jeje~ Te ves tan adorable... Pequeño Cuervito Travieso...- Dijo empezando a deshacerse de su cinturón, colocándose sobre ti y subiendo tu falda -Pero esto es un castigo no un regalo, me asegurare de que nunca te escapes de mi de nuevo-
Sentenció Vil con tono frío pero a la vez divertido, por verte tan necesitada en ese momento pero tan siquiera ya estaba por desabrochar su pantalón... Cuando tocaron la puerta del carruaje.
-Roi du Posion ya llegamos al hotel - Dijo en un tono divertido Rook sin asomarse pero sabe muy bien que por los jadeos y el tono de Vil que estaban por empezar un baile de amor, es mejor detenerlo antes de que empiece.
Tanto Vil como tu se congelaron al instante, a ti en particular se te bajó la calentura un menos de un micro-segundo a príncipe de encima de una patada accidental en el pecho y te comenzaste a arreglar el vestido, a decir la escena era bastante cómica.
-... ¿Todo bien hay dentro?- preguntó Rook un poco extrañado por el sonido de golpe.
-Si... Todo bien...- Dijo Vil molesto arreglándose el cabello y los pantalones, viendo que estabas roja como y ya de nuevo cuenta abrió la puerta con mala cara -Al menos tuviste la decencia de tocar primero-
-Contrario a lo que todo el mundo cree, sé respetar la privacidad del prójimo- Dijo el cazador de tono divertido ignorando la mirada asesina de su amigo.
-...No te la crees ni tú- Dijo ya suspirando sabiendo que se ara el loco todo el día, así que decidió prestar su atención en su cuervo -Ven _____, veré que te traigan un medica a que te revise el tobillo y todo lo demás, no quiero que te lastimes más antes de llegar al palacio-
-¿Palacio?... ¿No vamos a casa de mis tíos?- Dijiste sorprendida pero algo aliviada.
-... ¿Quieres ir con ellos?- Dijo alzando la ceja, no vaya ser que te hayan lavado el cerebro de que son buenos tíos.
-¡No! ¡No, no, no, no!- Respondiste negando rápidamente, asustada ya que definitivamente no quieres regresar ahí -Antes muerta que volver con ellos-
Vil sonrió complacido, si no tienes nada de apego por esa gente o tu hogar es un problema menos, puede tener a su cuervito solo para él y sin que nadie te busque o quien quieras huir.
Pero tú por tu lado, te preguntabas... Si volver con mis tíos no es un evento canónico ¿Cuales lo son?.
