Capítulo 2

1.2K 84 7
                                    


Narra Julia

Agradecí internamente que fuera daddy quien me pusiera el pañal, pues papi siempre me deja usándolo con nada más que una camiseta, y creo que hoy no es el día indicado para ello.

Me sentó frente al tocador, permitiéndome verlo cepillar mi cabello a través del espejo frente a mí.

–¿Dos coletitas?– me preguntó casi en súplica y con una sonrisa en el rostro.

No quería excederme, creo que podemos encontrar un punto medio entre su objetivo y el mío.

–No– solté risueña y él rodó los ojos divertido.

–¿Qué tal...?– respondió, pero no parecía lograr llegar a una idea apta para ser sugerida.

–¿Dos trenzas?– le pregunté, y su mirada se iluminó al instante en que su sonrisa volvió a su rostro.

–Mujer de negocios, ¿eh?– bromeó risueño haciéndome reír, pero pronto se detuvo de cepillar mi cabello –No...– pronunció y se acercó para dejar una serie de cortos besitos en mi cabeza –princesita de negocios– corrigió enderezándose ahora sonriente.

Dividió mi cabello a la mitad y cepillo cada una para luego trenzar cada uno de los dos mechones, atándolos con una pequeña liga de plástico. Creí que me las haría desde la raíz, pero después de reflexionar unos segundos me di cuenta de que tal vez sea algo muy elaborado para alguien que no parecía haber tenido el cabello más largo que a la altura de sus hombros en algún momento de su vida.

Se apartó un momento para ver mi pequeña cesta de accesorios para el cabello, que se encontraba sobre el tocador.

–¿Tienes moñitos azules, bebita?– me preguntó rebuscando dentro de ella.

–No...– solté haciéndolo suspirar con una sonrisa de frustración –pero creo que tengo unos listones– agregué convirtiendo su sonrisa a una de emoción.

–¡Uy, ya los vi!– pronunció tomando un par de listones azules, haciéndome sonreír –Papi y yo debemos conseguirte moños de cada color y tamaño– agregó comenzando a atar los listones sobre las ligas que retenían mis trenzas.

–No es necesario– solté arqueando mis cejas con preocupación. Aprecio sus regalos, pero a veces siento que gastan mucho dinero en mí.

–¡Claro que lo es!– exclamó sonriente para luego besar mi mejilla y dirigir su atención al espejo frente a nosotros, provocando que nuestras miradas se crucen –¿Ya viste qué bonita te ves, mi niña?– soltó y volvió a besar mi mejilla, ahora repetidas veces, haciéndome reír.

Finalmente me tomó en brazos y agarró mi muñeca de la cama para extendérmela, permitiéndome tomarla, dirigiéndonos ahora escaleras abajo.

Papi parecía tener ya prácticamente todo en orden, pero me tomó por sorpresa ver los platos y la comida en la mesa del patio. No me molesta sentarme allí, simplemente no me cruzó por la cabeza que fuese a ser allá afuera la reunión.

–¿Quieres que daddy te prepare un biberón con jugo, princesita?– me preguntó él, dejándome de pie sobre el suelo.

–No, gracias– solté, pues aún no he llegado a ese nivel de confianza con sus amigos.

Daddy acarició mi cabeza y le dirigí mi mirada, percatándome de su sonrisa de comprensión.

–¿Prefieres usar un vasito de niña grande hoy?– me preguntó burlón para luego inclinarse y besar mi frente.

Me hizo sonrojar su comentario, el ardor en mis mejillas me lo confirmó, pero no tardé mucho en asentir finalmente. Recibí un "okay" risueño de su parte, y me volvió a ofrecer de tomar, ahora con un cambio en la presentación de la bebida.

Julia Vol. 2Where stories live. Discover now