Capítulo 3

1.1K 73 0
                                    


Narra Julia

–¿Quieres decir algo, princesa?– me preguntó papi acariciando mi cabeza.

La realidad es que no sabía qué decir, pero sabía qué no decir: "te perdono". Me gustó recibir una disculpa aparentemente genuina, y tal vez esté rebuscando la manera de mantenerme incrédula ante su discurso, pues dudo que logre llorar de manera actuada, pero no quiero perdonarlo.

Al menos no por ahora.

Eventualmente lo conoceré lo suficiente para darme cuenta de si se trata de alguien a quien valga la pena llamar "conocido", pero no pienso intentar formar una amistad con él.

–No– le respondí a papi en un tono tranquilo, pues su supuesto arrepentimiento me logró calmar.

Alguno de mis daddies acarició mi cabeza, y pronto se pudo escuchar el sonido del timbre nuevamente, salvándome de la incomodidad que me causaría tener que convivir con él ante la ausencia de los demás invitados.

Papi se acercó a la puerta y la abrió, causándole una sonrisa al ver quién se encontraba detrás. Saludó a Sofi con un abrazo, y posteriormente a Diego, quienes pronto ingresaron, notando al instante la tensión en el ambiente.

–¿Qué pasó? ¿Están bien?– preguntó él con preocupación, borrándole la sonrisa del rostro a su novia.

–Sí, no se preocupen– respondió daddy casi al instante y con una sonrisa.

Joaquín buscó liberar la tensión saludando a Sofía con un abrazo, quien regresó su sonrisa a su rostro. Y en ese momento comenzaron a darse la bienvenida los unos a los otros.


Narra Sebastián

Afortunadamente ya no había tensión en el ambiente, pero sabía que mi niña seguro la estaba pasando mal o que al menos estaba incómoda. En un punto Sofi y el tornado se marcharon con Diego, me imagino que para jugar, Joaquín se acercó discretamente a mí y me habló en voz baja mientras se acercaba mi esposo. 

–Chicos, cuánto lo siento– soltó en un suspiro de preocupación.

–No te preocupes– le respondió mi marido regalándole una sonrisa tranquila.

–Claramente no lo volverá a hacer, nunca lo había visto disculparse así– agregué.

Y era cierto. El tornado siempre evade la mirada, juega con sus manos, bufa, suspira, o incluso gruñe en voz baja al obligarlo a disculparse... pero ahora fue distinto.

Por un momento creí que la oportunidad de que se hicieran amigos era nula, pero creo que tal vez exista esa posibilidad.

Aún así no pienso presionar a mi nena. Él la lastimó y la perjudicó y no quiero obligarla a perdonarlo, eso solo empeoraría su relación aún más. Pero si Francisco muestra la cooperación que sí parece estar queriendo aportar... habrá esperanza.

Joaquín se acercó a mi niña y se inclinó para quedar a su altura.

–Princesa... lo siento muchísimo.– le dijo con gentileza, y ella comenzó a jugar con sus manitas – Te prometo que no volveré a permitir que te haga algo malo, ¿okay?

La nena alzó su miradita en dirección de mi amigo, y finalmente le regaló una sonrisa tranquila para posteriormente abrazarlo, enterneciéndolo notoriamente, y haciéndonos reír a mi esposo y a mí.

–¿Qué les parece si vamos afuera con el resto?– sugerí sonriente, y mi amigo no tardó en enderezarse al soltar a mi princesa.

–Vamos, necesito un trago– pronunció en un suspiro haciéndonos reír, y finalmente soltó una risa él.

Julia Vol. 2Where stories live. Discover now