Capítulo 3: Un lugar desconocido

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Me desperté en un bosque muy frondoso.
_ ¿Estás bien? _ preguntó una voz irreconocible.
_ ¿Qué? _ fue lo único que pude gesticular.
_ Que si estás bien.
_ ¿Quién eres?
_ Responde a mi pregunta primero.
_ Sí, sí, estoy bien, sólo un poco mareada.
_ Normal, vamos levántate.
_ ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? ¿Estamos a salvo? ¿Cómo he podido llegar hasta aquí?
_ Espera. Ahora te lo respondo todo.
_No, por favor.
_ Soy Elentari.
_ ¿Qué quiere decir eso? ¿Por qué tienes las orejas alargadas? ¿Eso es alguna deformación de cuando estabas en la tripa? ¿Qué eres? ¿Por qué tienes la piel muy pálida? ¿Tienes muy poca melanina el la piel?
Al ver que no respondía, dejé de preguntar.
Llegamos a una aldea muy bonita.
A lo lejos, se divisaba un castillo muy bonito y extenso.
_ Estás en Lumierys.
_ ¿Y dónde se encuentra Lumierys?
_ Es una isla. Se encuentra rodeada de los mares de Lumierys.
_ ¿Y eso dónde se supone que está?
No me responde. Sigue llevándome por esa aldea rara.
_ ¿Qué hago yo aquí?
_ Habrás venido del mundo real después de haberte suicidado o que te hubieran matado.
_ ¿Y cómo sabes que me he suicidado?
_ Porque ya te he explicado: la gente humana viene aquí después de morir.
_ Entonces, toda la gente que vemos aquí, en su vida pasada fue un humano, ¿no?
_ Rara vez aparece alguno, pero sí. Venís, pero no toda la gente que muere, sólo si el destino decide que podéis venir. Bueno, más bien, si tenéis un corazón lo suficientemente mágico. Ahora, acelera el ritmo, que te tengo que llevar a palacio.
Caminamos mucho hasta pararnos delante de las cortinas del castillo.
_ Ospucu (ábrete).
¿Eh? No había oído eso en mi vida.
_ ¿Qué acabas de decir?
_ Nada, nada. Ya lo aprenderás con el tiempo.
Asentí mientras miraba el interior del palacete.
_ Siéntete como en tu casa _ menciona antes de alejarse.
_ Ospucu, ¿qué será esa palabra? _ susurro para mis adentros.
Pasaron unos minutos hasta que apareció algo similar a un guardia de seguridad.
_ "Sin nombre", ¿no?
_ ¿Cómo que sin nombre? Me llamo Abril.
_ El Árbol Madre no ha elegido tu rama, ni tampoco tienes madre, entonces, no puedes tener un nombre. La Reina Elentari te llevará mañana a conocer tu destino.
Así que Elentari, es la Reina Elentari.
_ Ahora, la Reina te ha dejado una habitación para que puedas dormir hasta que mañana sepas cuál es tu aldea.
_ Gracias.
_ Sígueme.
Como me ordenó, le seguí hasta una puerta decorada con flores y réplicas de árboles en miniatura.
_ ¿Tiene equipaje?
_ No.
_ Vale. Bien, ahora le indicaremos todo. Espere, que le voy a dar ropa neutra para que se pueda vestir.
¿Cómo que ropa neutra? Bueno, esto ya es bastante raro, pero, por el momento, todo lo que he visto aquí, es raro.
Llegó con un vestido, que parecía de la época Medieval.
_ Aquí tiene. Cuando termine, salga y acérquese al comedor. Está al final de este pasillo. Su puerta está hecho del oro más puro, la encontrará muy fácilmente. Adiós.
Se fue corriendo por otro pasillo.
_ Gracias, adiós.
Inspeccioné un poco mejor el vestido ahora que estaba sola. Sorprendentemente, era de mi talla. Un poco holgado para mi gusto, pero lo podía soportar.
Me lo puse con un poco de dificultad porque no entendía muy bien cómo se ponía ese vestido y salí de la habitación. Mientras caminaba hacia el comedor, me dí cuenta que después de aparecer aquí, me habían desaparecido los dos tapones que me había puesto en el baño de Secundaria. Y tenía ningún dolor en la nariz. Me alegré por ello. 

Cuando llegué a las puertas doradas, intenté abrirlas, pero sin conseguir mucho éxito.

_ ¿Ospucu?

Y se abrieron.

_ ¡Hola!

Cuando entré, vi a Elentari, bueno, a la Reina Elentari, pero rodeada de gente desconocida, que tenían pinta de ser elfos (¿en serio, elfos?).

_ Eh, hola, mi Reina _ y le hago una reverencia.

_ Ah, no hacía falta que hicieras una reverencia _e hizo un gesto despreocupado con la mano. _ Aquí tenemos a otra futura criatura del reino.

Y aplaudieron. Ahora que me daba cuenta, no sólo había elfos, también había...

El Alba De La Luna LlenaWhere stories live. Discover now