Capítulo 7: Una presentación un tanto revuelta

12 1 0
                                    

_ Cariño, ¿estás nerviosa?

_ Sí, un poco. Hace tres días era una humana corriente. Y ahora soy una inmortal Sigo sin poder creérmelo. Esto es un sueño, imposible de despertar, pero del que tampoco me gustaría desaparecer.

_ Ya verás que con el paso de los días se te hará más llevadero. No te preocupes.

_ Pero, ¿y si no les parezco lo suficientemente buena como para gobernar en un futuro el reino? Además, yo no soy de aquí.

_ Ya eres de aquí. Biológicamente, el Árbol Madre no te ha formado, pero sí que has sido admitida. Por el poco tiempo que he pasado contigo, sé que serás una buena gobernadora. Tranquilízate y déjate fluir.

Al cabo de unos minutos de trayecto, paramos en medio de un bosque con un montón de criaturas alrededor de una plataforma. También había un montón de guardias, o por lo menos, lo parecían. Mamá se fue directa a uno de los primeros guardaespaldas del camino. Escuché unas pocas palabras.

_ ¿Están...bando...sol?

_ No mi señora, hemos divisado a algún gamberro, pero nada grave.

Después de eso, Elentari vino conmigo y caminamos juntas hasta la plataforma elevada.

_ Vamos taqo, sube.

Me alargó una mano hacia mí para que se la tomara y subir a la par.

En seguida, se alejó para quedarse en el centro.

_ Hola queridos súbditos. Hoy estamos aquí reunidos para conocer a la heredera del trono, ¿verdad? Pues sin más dilación, les presento a Indis, la princesa.

Se oyeron aplausos mientras yo me acercaba a Elentari a unos pasos lentos, pero grandes.

_ Hola _ más aplausos. _ Estoy encantada y muy agradecida por esta maravillosa oportunidad que he conseguido. Nunca antes hubiera pensado que iba a tener este futuro. Yo, Indis, heredera de Lumierys, juro...

No pude terminar, porque un disparo fuerte me calló. Decenas de criaturas empezaron a chillar y a revolotear por alrededor de la plataforma.

_ ¡Que no cunda el páni...

A mamá tampoco le dejó hablar otro disparo.

A lo lejos, se divisaba un nubarrón de hadas y otros seres que en la vida real, serían mitológicos, corriendo hacia aquí.

Cada vez, los disparos eran más frecuentes y ruidosos.

_ Indis, es mejor que nos vayamos antes de que ocurra algo peor.

_ Pero...

Noté un fuerte dolor en la pierna.

_ Indis, ¡corre por lo que más quieras!

Empezamos a correr como unas posesas por el bosque mientras que el nubarrón se iba acercando a nosotras.

En un momento, cuando ya me empezaba a cansar de correr, noté otro fuerte dolor en la parte baja de la espalda. Como aún me dolía la pierna, miré rápidamente y...

Oh, iba dejando un rastro de sangre por la hierba. Me habían dado con una flecha en la pantorrilla y corría como si nada.

El Alba De La Luna LlenaWhere stories live. Discover now