Capitulo 1: Una nueva vida

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Kaori, aquella mujer a la que le juro amor interno, y que incluso en toda situación, la seguía amando con todo su corazón, le había dejado muy en claro que, para ella, no sentía, ni sentiría lo mismo. En su memoria, enterrados en sus recuerdos, existía la fantasía, donde él y Kaori eran una familia feliz. Ahora entendía que esa solo era su imaginación tratando de fingir que las cosas no ocurrían de la peor manera. 

Su creencia siempre había sido sobre como Kaori le amaba, que al igual que él le amaba por sobre todas las cosas, que incluso estaría dispuesta a dar su vida, igual que el haría por ella. Pero ahora recordar aquello, no solo le traía una tristeza inmensa, si no, que le demostraba de forma concreta como es que había sido con tonto por mucho tiempo.

Aquel día, el primer día que daba paso al invierno, todo su paraíso se vino abajo. Llegando a su hermoso hogar, aquella mujer a la que solía llamar su "otra" mitad, se encontraba sentada mirando desinteresadamente hacia otro lado, para él, esa era la típica escena de bienvenida y no le molestaba en lo más mínimo, pero supo al instante que algo malo pasaría, y a día de hoy, anhelaba de sobremanera el haber podido prepararse mentalmente para aquella situación tan desastrosa. Más tarde que temprano, la escena de un hogar feliz se vino abajo, aquella discusión que había comenzado por una tontería que no iba más allá de mover una silla, subió de tono por parte de la mujer de cabello negro.

Si le preguntaran en ese momento como se había sentido, podría contestar que, no le había molestado como Kaori le explicaba con sumo detalle como es, que en aquella cama que compartían, habían pasado hombres que, a palabras de ella, le habían hecho sentir cosas que él nunca había logrado, mucho menos le importo saber que entre aquellos hombres, también se encontraban amigos íntimos, que incluso llego a considerar como sus propios hermanos. Eso no le había generado tanta rabia como al momento de saber, que aquella horrible mujer, había hecho que su hijo mayor presenciara no menos de una escena que pudiera hacer con aquellos hombres.

Y de aquel fatídico día, ya no podía recordar más, incluso si lo intentara, solo eran imágenes sin mucha conexión. Recuerda vagamente haber roto la mesa que los separaba a ambos, recordaba haber salido de aquella casa sin rumbo fijo, y cuando su rabia se había disipado, solo podía recordar estar parado con la mirada fija en un puente, el frio de la noche ya lo abrazaba con fuerza, y las luces de la ciudad le acompañaban en su tristeza, de sus ojos ya no salían lágrimas, pero era fácil ver el dolor que aun cargaba con él.

Tramitar el divorcio fue algo más fácil de lo que pensaba, pudo incluso ver felicidad en el rostro de su mujer al momento en que presento frente a ella aquellos papeles, pero su desdicha no llegaría solo hasta aquel momento, incluso cuando había peleado con uñas y dientes por tener completa custodia de sus dos hijos, no había conseguido mucho, tiempo después supo que su exmujer se acostaba con el juez, logrando así hacer lo que ella quería. Se sentía alegre de haber podido salvar a su hijo menor de sus garras, Yuji , el pequeño de los Itadori que contaba con apenas 8 años de edad, pero no se sintió tranquilo cuando supo que Choso, el mayor, que contaba con 14 años de edad, debía vivir con su exmujer.

Por supuesto, que aquello no se quedaría como un simple acuerdo sin hablar, porque, si aquella mujer solo estaba buscando hacerle daño, ¿por qué no simplemente quitarle a sus dos hijos?, si al fin y al cabo era esa la razón de todo, pero la respuesta que recibió le cayó peor que balde de agua fría.

"El mocoso ese, tiene el cabello rosa igual que tú, no necesito nadie ni nada que me haga recordarte. El otro, en cambio, se parece más a mí, el sí servirá de algo". 

Aquellas palabras tan frías le hicieron entender tantas cosas que en su momento se negó a ver.

Cuando su primogénito nació, recordaba toda la felicidad que sintió, su meta y deseo de poder formar una familia parecía dar frutos. Al momento de cargar a su pequeño niño de escasos cabellos negros se sintió afortunado, pero por parte de Kaori, no vio nada más de una mirada gélida, en aquella mirada solo podía ver indiferencia total, incluso cuando cargo al pequeño bebé, su mirada seguía igual, como quien mira un mueble de una casa, tontamente creyó que se debía a que su mujer no era muy expresiva o amorosa hasta el punto de empalagar, pero ahora notaba aquella gran diferencia que hubo cuando su pequeña gota de agua nació. Se notaba de manera colosal que el niño había heredado su cabello rosa, y como el padre amoroso que había sido, casi corriendo le enseño al pequeño bebé a su mujer, no solo no lo había querido recibir en brazos, incluso se negaba a darle de amamantar hasta tal punto que él se vio obligado en la desesperación de forzar a su mujer a alimentar al pequeño, hasta que tuviera el tiempo suficiente para recibir formula de una mamila.

Las señales para Jin siempre estuvieron ahí, pero el jamás las quiso ver, y ahora que las veía, era demasiado tarde para hacer algo de la manera correcta.

Resignado a que, su antigua vida había acabado, tomo todo lo que pudo, y se largó de aquella casa compartida, un viaje en tren a un nuevo lugar donde empezar era lo ideal, y le partía el alma escuchar a su pequeño hijo preguntar cada vez con más frecuencia porque su querido hermano no los estaba acompañando. No era una persona que le gustara mentir, y mucho menos a sus hijos, dándole una vaga explicación sobre como su hermano aún se encontraba en clases, necesitaba más tiempo para poder ir con ellos. 

Y ahí estaban, en un edificio departamental, por mucho, más pequeña que su antigua casa, pero con lo necesario para que dos personas vivieran en ella, el dinero que tenía ahorrado sabía que no les durarían mucho, con un niño que mantener, tener siempre comida para él era lo principal en todo momento, eso y que Yuji necesitaba seguir con sus estudios, milagrosamente no tardo ni una semana en poderle conseguir una escuela para su hijo, no se encontraba a la vuelta de la esquina, pero al menos estaba a una buena distancia para que, en aquellos momentos en los que él no pudiera, su pequeño fuera a la escuela sin ningún tipo de riesgo. Su problema mayor fue convencer a su hijo de asistir a la escuela, no paraba de renegar afirmando que él ya tenía una escuela, y en ella, amigos y que incluso le habían dejado tarea por entregar en las próximas semanas, la odisea que fue convencerlo a base de comida fue una tortura para su ya cansada mentalidad. Pero al menos, el niño iría aun si fuera de mala gana.

Por otro lado, estaba conseguir trabajo, era un problema mayúsculo conseguir uno que le permitiera pasar el suficiente tiempo con su hijo, puesto que seguía siendo un niño y no pensaba dejarlo demasiado tiempo solo. Había pensado en tener trabajos de medio tiempo en turno nocturno, y asistir en el preciso momento en que Yuji ya se encontrara dormido. Pero pronto su idea se volvió imposible al escuchar rumores de un ladrón nocturno. 

Y como si la vida viera como es que todo parecía ir en contra de él, en uno de sus tantos paseos con su hijo, pudo divisar una cafetería que se encontraban buscando personal, si bien él no era bueno en atención al cliente, al momento de escuchar los horarios supo que no tendría otra opción más que aceptarlo, ya que, además de la buena paga, su horario de salida coincidía exactamente con la salida de la escuela de Yuji, era perfecto como todo se estaba alineando lentamente a su favor.

No era la forma en la que él hubiera querido que sucedieran, pero necesitaba ser fuerte, no solo por él mismo, si no por su retoño, sabía que no podría evitar que paulatinamente su hijo se diera cuenta de las cosas, pero haría lo que estuviera en sus manos para que su mente no se centrara en ello. Haría lo que fuera para mantener a su pequeño rayo de luz contento.

Y así, apretando con fuerza sus manos se preparó y mentalizo para romper cualquier dificultad que se atravesara en su camino para poder llevar una nueva vida.

Una oportunidad más [Toji x Jin] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora