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—Y bien ¿Cuándo pasará?

El humo de los puros se extendía por toda la habitación, dificultando la respiración para los que no estaban acostumbrados a la intensidad de dicho olor.

—No desesperes —dejó de lado lo que estaba haciendo, mirando al otro hombre despreocupadamente—. Sucederá cuando tenga qué suceder.

—No confío en él.

Sus dudas eran comprensibles, su plan dependía de un omega al cual no conocía y mucho menos podía manejar a su antojo. Pero estaba seguro de que podía confiar plenamente en Katsu, a pesar de lo despreocupado que era, siempre cumplía con lo que decía.

—¿Estás seguro que el omega lo hará? —dijo con insolencia el beta al fondo de la habitación, ganándose un golpe del alfa junto a él.

Katsu solo rió ante la reacción del beta, no era de su total agrado, pero era un subordinado funcional. —Completamente, no le di la oportunidad de rechazar mi orden.

El beta hizo una mueca de desagrado, tenía que reconocer que el alfa tenía bastante influencia en los demás.

—¿Cuándo lo hará? —volvió a preguntar con ímpetu, no podía esperar a que ese día llegara.

—Le di un plazo de dos semanas, el suficiente para armarse de valor.

—Te lo dejaré a ti —dejó caer las cenizas del cigarro sobre el vidrio, volviendo a colocarlo sobre sus labios y jalar de el con fuerza hacia su garganta—, pero si él falla, tú te harás responsable.

—No te preocupes, lo hará.

Dejó el tema de lado, pasando su atención al Kenji, el alfa que estaba junto al beta. —¿Cómo está ella? ¿Se rindió?

—Está muy débil, no faltará mucho para que pida por su vida —contestó con entusiasmo, encargarse de Yoshio era una oportunidad única que no pensaba dejar pasar por nada del mundo.

—Asegúrate que no muera hasta que llegue el momento.

—Mm, aunque no prometo que sobreviva a las siguientes semanas.

—No importa, solo tiene que durar un par de días más, hasta que nos encarguemos del Oyabun —sacudió su mano con indiferencia, un indicativo para que el beta y el alfa se retiraran, los asuntos que tenía que atender con Katsu no podían escucharlos ni siquiera sus subordinados más leales.

—Mm, así lo haré.

Ambos hombres salieron de la habitación, caminando por los pasillos hasta llegar a la salida para dirigirse al edificio de seguridad donde se encontraba encerrada cierta mujer.

—¿Quién es el omega del que habla Katsu y el jefe? —él no había estado presente cuando eso pasó, por lo que su curiosidad por saber de quién se trataba aumentó, sobre todo cuando muy pocos de la casta inferior podían lograr un hazaña como la que estaba por hacer dicho omega.

—Se llama Alek, la pareja actual de Oyabun —levantó los hombros recordando lo poco que sabía del chico—. Parece que tiene un vínculo con Katsu.

—¿Alek? ¿Lo viste? ¿Cómo era? —su mandíbula se tenso al igual que su cuerpo, su alfa interior se agitó dentro de él y sus feromonas comenzaron a ser amargas.

—Solo me mostró una foto, era bastante atractivo pero no lo suficiente como para mantenerlo contigo por mucho tiempo.

Tragó duro ante su respuesta, tuvo una imagen mental poco agradable cuando dicho nombre se pronunció —Quiero ver la foto, la tie…

—¡Señor!

Un guardia venía corriendo hacia ellos, su respiración era agitada y en su cara se mostraba una preocupación como ningúna otra.

Entre tus manosWhere stories live. Discover now