Un año nuevo, un nuevo comienzo, más dolor. Menos felicidad. Otro capítulo más.
Arte: Junk666_ En "X".
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Capitulo 3: "Maravillas de la psique".
Aquello no era un hogar, no podía ser considerado uno. Se quedó fuera durante un breve instante, pensando si en realidad quería regresar a esas cuatro paredes de su cuarto, que aún que era enorme y estaba lleno de libros y discos, siempre estaba vacío.
Desde la muerte de su madre no había nada que llenase ese vacío, ese que provocó el haberla visto morirse todos los días cuando era un niño.
Frunce los labios, y se encamina hasta la puerta, la llave encaja pero el no lo hace. La puerta se abre y la mansion lo recibe en soledad absoluta. No hay ni un alma que lo reciba al llegar de la escuela. Suspira, está acostumbrado a ello.
El sonido tenue del violin inunda sus oídos a los pocos segundos observa con desagrado la puerta del estudio de su padre y un leve gruñido se le escapa, cuál animal iracundo en busca de alguien que se la pague.
Sube las escaleras interminables hasta su habitación y el olor a limpio le recibe, otra ves han hecho un desastre. Seguramente buscando algo que jamás encontrarían como alguna droga, quien-sabe-de-donde había sacado su tia la idea de que se metía algún estupefaciente. Tonterías, estupideces sin sentido alguno.
Rodó los ojos y colgó su mochila en el perchero.
Su vista se volvió a la computadora, tomando la silla para sentarse y su libreta en manos, no haría la tarea, eso podía esperar, necesitaba seguir su investigación.
Aquella foto reposaba entre las páginas de la libreta que había guardado con sumo cuidado entre sus útiles escolares, los únicos que la tía Lidia no se atrevia ni a tocar por equivocacion. La sonrisa de esa mujer era la causa de su desdicha.
Sus dedos se dirigen al teclado, con algunas letras casi imperceptibles.
Sus ojos se clavan en la pantalla frente suyo y por un momento se pierde del mundo, buscando una y otra ves, una respuesta que por fin le de razón de la pelirroja y quién se sabe hace algunos meses ha visto a su padre. Gran error, nada se le escapa y de alguna manera logró conectarla con una foto que había vislumbrado en su infancia, apenas con seis años.
No comprendía con exactitud que hacía ella ahí, seguramente chantajear a Sebastián, si, eso era algo que una mujer de su calaña podría hacer en cualquier momento, la verdadera pregunta era ¿Por qué? ¿Acaso no era suficiente con haber sido su amante mientras su pobre madre aún vivía?. ¿Es qué quería hacer aún más daño?.
Todos esos pensamientos se amontonaron en su cabeza como una pila de basura.
Ha agotado todos los recursos posibles. Toda búsqueda visual ha sido en vano, todas pelirojas de ojos verdes pero no la que el busca, no hay perfil de red social que no haya revisado ya, las fotos de Sebastián están en su mayoría rotas o muy viejas, como si quisiera ocultar algo en varias de ellas.
