Después de tanto.

58 7 3
                                    

Pasó una semana después de aquel día tan único y diferente en la vida de Meguru Bachira. Llevaba esperanzas de volver a ver al chico del otro día y poder al fin conocerlo, pero tanto tiempo sin ninguna noticia hizo que fuera perdiendo la esperanza cada día más... La verdad es que no le extrañaba, ¿quién iba a querer seguir con él después de cómo era y como se ve? Esto fue otra prueba de lo que piensa es ciertamente cierto, ahora nadie puede hacer que cambie de opinión sobre sí mismo.

Levanté mi mano viendo el muñequito en la palma, si ese chico tan amable no se quedó con él nadie lo haría, esos fueron sus pensamientos haciendo que sienta una frustración, agachó la mirada hacia abajo tratando de ocultar la cristalización en sus ojos. Estaba a punto de derramar las lágrimas, viendo borroso cuando recordó todo, sobre pensando hasta llegar a tal punto de comenzar a sollozar en silencio para no llamar la atención de nadie.

No tenía otra forma de desahogo más que llorar, le encantaría que alguna persona le entienda, nadie lo hacía y nadie lo lograba. Siempre era él el empático con las personas, los demás no lograrían entenderlo. Las sábanas se humedecían de lágrimas, mientras respiraba agitadamente y con sus manos intentando limpiar su rostro, simplemente pasa siempre lo mismo, nada va a cambiar, nadie va a hacerlo.

Así pasaron unos minutos dejando sus ojos algo rojos con sus mejillas rojizas de lágrimas haciendo que le escuezan cuando lo toque. La soledad lo acompañará toda su vida, estaba ya muy cansado de seguir viviendo, no tenía las fuerzas para seguir sintiendo.

Del cansancio se había dormido nuevamente, dormía bastante mal siempre, no podía hacerlo durante horas, siempre se tenía que despertar a cada dos horas aproximadamente— Meguru. —se escuchaba una voz proveniente de su lado, abrió sus ojos viendo a la chica que lo cuidaba algo preocupada— ¿Has llorado de nuevo? —el chico solo apartó su mirada sin decir una sola palabra, no se sentía muy bien para conversar en este momento— Te dejo la comida aquí, por favor, no superes tu record. —se refería a los días que no comía ni un poco, intentó quedarse un poco para hacerle compañía, pero tuvo otra cosa al pendiente haciendo que se tuviera que ir dejando el cuarto con la única persona de siempre.

......

Llegó la tarde cerca de la fría noche, donde alguien se encontraba corriendo hacia el hospital con prisas, parecía haberse corrido un maratón, el aire frío era difícil de exhalar. Llegando al edificio rápidamente, fue a una habitación en específico— ¡Bachira! —aquella única palabra llamó la atención del ente que observaba el ventanal, al principió pensó que fue parte de su imaginación, pero después de darse la vuelta vió parado allí al chico amable de hace una semana, era sorpresivo de que estaba haciendo aquí después de tanto, los días se le habían hecho eternos— Oh... —dejó escapar aquella pequeña reacción sin saber bien cómo llamar al contrario porque ni le preguntó el nombre.

— ¡Lo siento! Me fui de vacaciones con mi familia y no te pude avisar. —se acercó al cabello bicolor con una expresión algo triste mientras se agachaba de cuclillas para estar a la altura del otro rostro, el paciente no lo podía creer, ¿de verdad quería seguir estando con él? Ahora no era para estar pensando en estas cosas, le iba a preguntar ya lo que hacía falta— ¿Cómo te llamas? —le dirigió la palabra con un tono interesado, inusual era— Yoichi Isagi. —respondió el peli azul con una ligera sonrisa dibujada en sus labios.

Se pudo ver una expresión más expresiva por parte del otro al escuchar aquel nombre, como es que sentía tanto interés...— ¿Esta es tu comida? ¿Por qué parece que ni lo has mirado? —preguntaba con curiosidad el chico de pie, haciendo que el ojo miel disimulará algo— Solo no tengo ganas de comer. —contestó sencillamente apoyando su espalda en la madera detrás de él pegado a la cama— Ah, sí. —agarró la comida del otro así destapando la sopa de verduras junto a la cuchara para sentarse al borde de la camilla, colocó aquella mesa especial para los pacientes y dejó la comida allí. Lo miró raro sin saber que estaba haciendo, supongo que le iba a obligar a comer— No tengo hambre... —murmuró en voz baja, simplemente fue en vano ya que lo negó.

El chico agarró la cuchara hundido en la sopa para después ponérsela a escasos centímetros de sus labios— Está hasta fría, abre la boca. —no era nada vergonzoso para él, su hermana tenía problemas alimenticios, no sabe que le pasa al cabello bicolor pero si no comía le podía llegar a sentar muy mal en un futuro. El contrario se quedó viendo fijamente a la cuchara frente suya, después miro al otro soltando un suspiro para rendirse y atrapar la cuchara— Muy bien, unos cuantos más y se acaba. —solo se tenía que imaginar que Bachira era un niño pequeño que no comía.

Sobró un poco de la comida pero eso era un gran avance, si siguiera así todos los días sería mejor para él— ¿No te sientes mejor después de comer? —como respuesta recibió una negación de cabeza haciendo que soltará un suspiro de no tener más remedios— Si es que eres de lo que no hay.

El cabello bicolor tenía la mirada gacha, se mordía ligeramente el labio inferior haciendo que el otro se preocupe sin saber que le estaba pasando. A los pocos segundos comenzó a derramar lágrimas, caían por sus mejillas hasta el mentón y iban directas a la sábana, algunas caían directamente de la mejilla— ¡¿Bachira?! ¡¿Dije algo malo?! —su voz sonaba algo nerviosa y aterrada de lo que hubiera sucedido en estos instantes— No, es solo que... —se escuchó entre sollozo muy poco, algo lento de entender, se sentía querido por una vez en tantos tiempos, no sabría cómo decirlo así que solo guardó silencio, tenía consciente de que solo fueron pocos momentos, pero esos pocos se convirtieron en mucho.

— No me asustes. —soltó un suspiro aliviado de que el contrario se encontraba bien, no le hubiera gustado haber hecho algo mal para que se pusiera de esta forma— Y no te preocupes, te vendré a visitar más a menudo. —esas palabras de una sola frase pudo hacer que el chico esté ansioso por esperar un mañana de verlo.

Se finalizó este capítulo, a rezar por más momentos bonitos como estos por favor, mis niños.

Gracias por llegar hasta aquí, me esfuerzo por hacer las cosas bien 🫶🏻

+1000 palabras.

El ventanal [Isabachi/Bachisagi]Where stories live. Discover now