𓏲 Capítulo 3

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Mina abrió la canilla del agua fría de la ducha y se metió de lleno bajo el chorro, si no se despertaba totalmente en menos de 5 minutos era más que probable que terminara llegando muy tarde al trabajo.

No podía permitirse ese lujo.

Se había quedado dormida plácidamente y solo se despertó cuando sintió a Chaeyoung tirarle del cabello desesperadamente.

¿Cómo había llegado allí? No tenía ni idea, de dos saltos se había encerrado en el baño y seguramente la pequeña moría de hambre, pero ella no tenía tiempo para cuidarla en ese momento.

Salió con una toalla atada a su cintura y, mojando todo el suelo, abrió su placard sacando un conjunto de vestir decente.

No había preparado ni siquiera su maletín, tan concentrada había estado en cuidar a Chaeyoung que no prestó la más mínima atención a todo el trabajo que debía adelantar. Ahora le estaba pasando factura su descuido, claro que sí.

Se vistió rápidamente y corrió a la cocina a servirse algo para tomar y agarró un trozo de pan en el apuro para comer. De un vistazo rápido se aseguró de que llegaba a tomarse el subte y agarrando el saco que había tirado sobre la mesa, tomó su maletín y salió de la casa casi disparada.

Ella jamás se había atrasado con anterioridad, era una mujer responsable con sus obligaciones, por lo que al subirse al subte tuvo que controlar los insultos que amenazaban con escaparse de su boca. Sus horarios iban a terminar de cabeza por culpa de aquel bicho que ella había invitado a vivir a su casa y para el colmo aún no habían ni empezado a buscar alguna solución para el problema de la pequeña.

Si es que había uno.

Se apoyó contra la puerta corrediza cuando el transporte comenzó a funcionar y dejó escapar un suspiro relajado mientras miraba por la ventana. Urgentemente debía reparar su auto para no pasar por ese inconveniente otra vez.

Y urgentemente arreglaría sus horarios para no quedarse dormida otra vez.

Cuando entró en su oficina, luego de verificar que todas las trabajadoras estuvieran en sus puestos y no tuviese ninguna conferencia pendiente, se sentó en la silla frente al escritorio y exhaló mientras dejaba el saco encima de este. El día amenazaba con ser largo, la pila de papeles por revisar frente a ella lo aseguraba y por si fuera poco sentía que su saco favorito le pesaba más que de costumbre. Un día terrible se le venía encima.

Sacó su bolígrafo predilecto y comenzó a leer los contratos en silencio, intentando prestar toda la atención posible, mas su mente traicionera la torturaba con preguntas constantes '¿Y si Chaeyoung no se pudo cocinar?' '¿Y si muere aplastada?' '¿Podrá contestar el teléfono?' Mordió la parte trasera de su lapicera y observó en silencio su saco, pensando en si valía la pena llamarlo, mas notó un bulto en el bolsillo que para nada encajaba allí.

Se acercó frunciendo el ceño y al meter la mano sintió como una cabecita se removía dentro.

Joder.

La calma la inundó para luego ser reemplazada por notable irritación, sacó a la pequeña de su saco y la despertó con suaves golpecitos mientras la sentaba en el escritorio.

❝ Cuidando a una mini Chaeyoung ❞ || MiChaengحيث تعيش القصص. اكتشف الآن