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PENÚLTIMO

"Las cosas buenas son las cosas más difíciles de creer" Mirándose directamente a los ojos con una sonrisa, eso fue lo que ambos príncipes pensaron en el momento en que se dieron cuenta que, después de un largo tiempo, estaban volviendo a ser realmente felices, y todo gracias a la persona que tenían enfrente.

Realmente estaban agradecidos de haberse conocido.

La devoción en la mirada dorada de Jimin al ver al joven que le robó el alma, y la forma tan entregada en la que Jungkook dejaba un beso sobre la muñeca de su amado, eran acciones tan pequeñas que a la vez demostraban cuán grande es el amor que ambos se tienen.

—Estoy cansado porque dormí en el suelo ¿quieres tomar una siesta conmigo?. —le preguntó Jungkook.

—No hace mucho despertamos, pero está bien, pero solo si lees un cuento para mi. —respondió Jimin con una sonrisita inocente.

—Yo te daría la Luna y las estrellas si así lo desearás mi príncipe. —le dijo con su tierna sonrisa de conejo—. Vamos, te leeré el cuento que más te guste. —le tendió su mano para que la tomara, pero entonces se dio cuenta que su amado llevaba los pies descalzos «la madera del barco seguramente está fría y húmeda» pensó, y entonces Jungkook cargó casi sin ningún esfuerzo a Jimin en sus brazos, tomándolo por sorpresa.

—¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Por qué me estás cargado? Bájame, puedo caminar por mi mismo. —protestó sonrojándose, avergonzado.

—No traes zapatos, si caminas así podrías pescar un resfriado, el suelo de los barcos es frío y húmedo, no quiero volver a verte en la cama enfermo. —le explicó preocupado—. Déjame llevarte hasta mi camarote así, puedo hacerlo, no eres para nada pesado y además soy muy fuerte.

Jimin río con ternura.

—Pero antes camine hasta aquí así, no deberías preocuparte demasiado.

—Una vez te lo dije, cualquier cosa que te suceda sin importar cuán grande o pequeña sea, es de suma importancia para mi y me preocuparé, así que, déjame cuidar bien de ti ¿si?. —le sonrió.

—Está bien, pero... ya para de comportarte tan tierno, mi cara seguramente parece un jitomate. —rio en voz baja desviando la mirada, tratando de ocultar el carmesí de sus mofletes.

—No la ocultes, es un verdadero encanto verte de esta forma. —le beso con dulzura la mejilla haciendo extender el rubor hacia sus orejas—. ¿Listo? Andando, sostente fuerte.

—¿Qué? ¿Por...? ¡Ahh, Jungkook! ¡Detente! —gritó cuando el joven de cabello oscuro comenzó a correr y dar algunas vueltas por toda la cubierta. Al principio tuvo miedo, pero después se relajó y comenzó a divertirse—. ¡Estás completamente loco! ¡Jajaja!.

—¡Si lo estoy! ¡Estoy loco por ti príncipe Park Jimin del reino del Sol! —gritó Jungkook a los cuatro vientos. Ambos continuaron entre risas hasta llegar al camarote. Dejó a su cónyuge con cuidado sobre la cama y se colocó encima de él sin poner todo su peso, se miraron directamente a los ojos, sus rostros bastante cerca como para mezclar sus respiraciones agitadas, pasaron de estar riendo divertidos, a callar y formar un ambiente lleno de tensión y pasión.

Jungkook miró los labios de su amado con hambre, su corazón palpito con fuerza y su respiración se puso pesada, estaba anhelando devorar esa esponjosa y rosada boca como un hombre famélico, pero la inocencia y estupor que Jimin tenía en su mirada, más ese fuerte rubor en sus mejillas lo detuvieron, aún debía esperar un poco más, solo por él.

—Tal vez deberíamos escoger que cuento leer. —habló el rubio nervioso.

—Si, hay que hacerlo. —exhaló, se levantó sentándose en la cama, tragó saliva y relamió sus labios secos—. Aunque... ¿de dónde sacaremos los libros? Al menos yo no traje.

Como la Luna y el Sol ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora