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Parecían a punto de perder la esperanza e instalarse por el resto del tiempo.

Harry ya pasaba olímpicamente de los libros y cualquier cosa que conllevase el término "buscar". Por otra parte, Hermione iba encaminada por el mismo camino, cada vez frecuentaba menos la búsqueda y se exasperaba más de lo usual esperando a que algún milagro ocurriese.

Por ende, sus días se basaban única y exclusivamente en conseguir comida y pasar el rato para que se hiciesen más amenos.

Uno de los nuevos hábitos desarrollados era pasear y curiosear por la institución cubiertos por la capa de invisibilidad.

Si bien los cuadros, las paredes, las estatuas y las puertas se mantenían igual que en su presente, eso parecía un mundo nuevo, las personas, las historias, las modas...

Los intereses de ambos chocaban, Harry usaba de excusa los paseos con la intención de ver a su padre mientras que Hermione revisaba cada recoveco antes de acercarse para evitar que ambos individuos se viesen.

Para cualquier perspectiva externa sonaría como una mala amiga, envidiosa y creciente de empatía, pero lo cierto es que sus intenciones eran buenas, solamente quería cuidar la mínima cordura que conservaban.

Por el momento, su labor había dado fruto y había logrado mantener a los dos Potter separados.

Pero como lo bueno no dura para siempre, aquel martes soleado había fallado.

Una reducida multitud de estudiantes curiosos que pasaban por ahí se congregaban en el marco de la entrada del jardín observando la escena.

Se podían divisar claramente los bandos, en el primero habían cuatro chicos altos de diversos rasgos y en el otro un único muchacho con una larga melena negra.

─ Potter, métete en tus asuntos ─ habló el de pelo negro

─ No me vengas con esas, Severus ─ James se separó de sus amigos y acercó a él de manera desafiante ─ No puedes ir por ahí metiendote con niños de primero y creer que nadie te va a parar. Así no funcionan las cosas

─ ¡yo no me meto con nadie! Él se lo buscó

─ ¿ah, sí? No me digas que te sentiste amenazado por un chaval de 11 años, te creía más maduro

─ Por supuesto que no me he sentido amenazado por él, pero en ocasiones hay que ajustar cuentas

Sus expresiones se mantenían impasibles, ambos con un semblante enfurecido. Se fulminaban con la mirada como si fuera una competencia, quien la apartarse primero perdía.

James hizo ademán de sacar la varita, acto que Severus imitó.

Los murmullos de los alrededores se paralizaron, algunos hasta aguantaban la respiración 

Harry y Hermione se dieron cuenta entonces de la pública rivalidad que ambos arrastraban, pues esa discusión era más personal e iba más allá de aquel alumno de primero.

Un giro de muñeca fue efectuado por James, pero otro haz de luz lo bloqueó impidiendo que llegase a su destinatario.

Un hombre alto, de arrugas y una larga barba plateada dio acto de presencia en el jardín  ─ ¿hay un duelo autorizado del que no me haya enterado yo?

Dumbledore.

Nadie se atrevió a contestar, pues aunque siempre poseyese una expresión bonachona, su mera presencia resultaba intimidante 

James carraspeó ─ No, señor

─ ¿entonces que hacían?

─ solo estábamos jugando, señor

viaje a 1976 | harmioneWhere stories live. Discover now