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Se incorporó y salió corriendo en busca de Hermione. Suficiente habían pasado, ya era hora de aclarar todo.

A pesar de ser hora de la comida los pasillos estaban alborotados. Pero con gran dificultad logró distinguir la particular figura de su amiga

─ ¡Hermione! ─ la llamó, en vano, pues no recibió respuesta alguna. ─ ¡Hermione! ─ intentó nuevamente. Estaba seguro de que lo había oído ya que su cuerpo se tensó, pero de igual manera hizo caso omiso y siguió caminando

Con que estas tenemos. 

Aceleró al paso hasta alcanzarla, agarrandola del brazo para frenarla ─ Para. Tenemos que hablar.

La expresión facial de la muchacha era de todo menos amena, derrochaba furia y sobretodo, duda. ─ No hay nada de lo que hablar

─ Claro que sí. Se que estarás enfadada conmigo, y creeme, se que tienes un motivo. Pero porfavor vamos a solucionar todo.

La castaña dudó por unos segundos pero finalmente accedió.

La escena era muy dramática, y los estudiantes que pasaban al lado aminoraban el paso para prestar atención al panorama.

Harry se percató de ello así que la agarró del brazo y arrastró para esconderse en el lugar cerrado más cercano.

Dio la casualidad que acabaron en el mismo armario que les había metido en este lio en primer lugar.

─ Que ironía ─ susurró para sí la castaña.

Harry tragó grueso secándose las sudorosas manos, los nervios se habían apoderado de él ─ Herms, me gustas. Y mucho. Enserio. Se que evitarte y actuar desinteresado no fue la mejor opción, pero lo lamento. Sólo que no sabía que hacer porque eres mi mejor amiga y te veía como un hermana, pero ya no, que turbio sería eso ─ hizo una pausa en la  que un escalofrío le recorrió su cuerpo antes de continuar ─ Con esto solo pido que me perdones y te sinceres conmigo y... bueno, ya sabes, si te apetece, y si sientes lo mismo, obviamente, puede ser, tal vez...─ llegados a este punto escupía cualquier incoherencia que cruzarse su mente, incapaz de formular una oracion simple ─ ¡aghh! ─ Chilló exasperado ─ Bueno, tu ya me entiendes

La muchacha sostuvo la risa, burlona ─ No que va, no se de que hablas

─ Mione...

─ ¿Qué? Has dicho muchas cosas, pero curiosamente no pude entender esa última parte

El pelinegro estaba experimentando una evidente mala pasada por lo que le costaba más de lo debido articular las palabras ─ Pues... ¡Oye! ¿No vas a decir nada por todo lo que acabo de soltar?

─ Oh, sí, ehm, estas perdonado ─ sonrió.

─ ¿Qué? ─ contestó incrédulo ─ ¿Solo vas a decir eso?

─ ¿Que más podría decir?

Ni el colmillo de basilisco había dolido tanto. Sintió como si le acabasen de acuchillar el corazón, del cual se apoderaba una creciente presión.

De la nada una sonora carcajada  rompió el silencio que reinaba en la diminuta estancia, era Hermione, quien parecía divertirse con la agonía del muchacho

─ Estoy de bromas, bobo ─ le golpeó amistosamente en el hombro  y tomó aire ─ Ay Dios mio, que vergüenza me da esta situación. ─ Se tapó la cara con ambas manos, escondiendose.

Harry, aún confuso, recobró un mínimo ápice de esperanza. Agarró las manos de Hermione y trató de retirarlas del rostro de esta. Lo que concluyó en ambos forcejando delicadamente entre risas ─ No te escondas, venga, dime

Finalmente Harry ganó la pequeña pelea, descubriendo tras las palmas de la muchacha un rostro levemente son robado. Tosió y aclaró la garganta una cantidad innecesaria de veces antes de hablar por fin ─ Pues... Que entiendo tus temores, me pasó lo mismo. Te quiero muchisimo Harry, eres mi amistad más importante. ─ hizo una pausa y bajó el tono de voz ─ y me gustas mucho también.

─ ¿Que dijiste? ¿Porque bajas la voz Hermione?

Nuevamente la sensación de bochorno se apoderó de la castaña ─ si me oíste.

─ No lo hice, lo juro  ─ y su mirada preocupada demostraba qué, en efecto, no había escuchado lo que Hermione había dicho.

Inhaló y exhaló nerviosamente durante unos segundos  hasta finalmente pronunciar, con suma probabilidad en un tono más alto de lo supuesto ─ ¡Que me gustas mucho!

Al escuchar esto el rostro de Harry se iluminó gratamente y su primer instinto fue abrazar a la castaña.

Posteriormente un silencio incómodo inundó el pequeño armario, ninguno sabía qué decir o cómo actuar a partir de este momento debido a que su relación se había mantenido fraternal hasta ese preciso instante.

Tras unos segundos las expresiones serias se relajaron hasta acabar en estridentes risas ─ ¿Porque nos ponemos nerviosos? ─ río Hermione

─ No sé ─ corroboró el ojiverde también entre risas

─ llevamos hablando desde que nos conocemos, no nos vamos a poner vergonzosos ahora

Ambos sonrieron, con la tensión ya desaparecida ─ ¿salimos? ─ preguntó Harry 

La castaña asintió y abrió la puerta. Para su sorpresa una figura que había estado inclinada sobra la superficie de madera trastabilló hacia delante. Al darse cuenta, la persona encapuchada salió corriendo en dirección contraria impidiendo a la pareja ver de quien se trataba. Asímismo, más de un alma curiosa rondaba los alrededores, escuchando la conversación ajena disimuladamente.

Esto evidentemente avergonzó a los muchachos que experimentaban una nueva etapa de su relación. Ambos, como de manera sincronizada agacharon las miradas y caminaron torpemente alejándose de la multitud.

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viaje a 1976 | harmioneWhere stories live. Discover now