Capítulo ocho: Inseguridades.

329 47 1
                                    

08

R e b e c c a   A r m s t r o n g

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

R e b e c c a   A r m s t r o n g

- Huilin -respondo apenas la línea al otro lado hace un leve sonido.- ¡¿Dónde estás?!

Mis manos temblaban un poco. Luego de luchar un poco con Huilin para hacerla entrar a casa, la ayudé a vomitar, a limpiarse, cambiarse de ropa, beber un poco de agua y acostarse de lado para evitar que se ahogara por si volvía a expulsar alcohol por su boca.

Me desperté y me encontré con que ya eran las doce del mediodía, tenía algo de pereza pero cuando me giré y no encontré a Huilin de mi lado me puse un poco loca.

Anoche parecía endemoniada, y suele ser así cuando está enojada. Mis conclusiones más locas llegaron a mi cabeza, tal vez había vuelto a la fiesta o quién sabe a dónde había ido.

- No te preocupes, estoy en mi casa. -responde con la voz algo ronca.- Me fui de tu hogar porque sabía que me ibas a regañar, y como me dolía la cabeza y realmente debía ducharme, pues me fuí. -ríe.

- No creas que no te voy a regañar, eh. -le recuerdo.

Suspiro con tranquilidad al saber que se encuentra en su casa, que está bien y que no había hecho ninguna de sus locuras.

- ¿Recuerdas algo de anoche? -pregunto mientras me estiro en mi cama.

- No mucho, sólo que bebí y que luego alguien me tomaba porque quería golpear a alguien. -responde con la boca llena.

- De acuerdo, algo es algo. -me levanto de mi cama.- Luego te contaré todas las estupideces que hiciste, sólo quería asegurarme de que estés bien, nos vemos.

Me dirijo al baño a higienizarme, voy a la cocina para buscar algo para matar el hambre, pero una voz llama mi atención y altera mi tranquilidad.

- Hola, hija. -dice mi madre.- ¿Podemos hablar?

Mierda.

F r e e n   C h a n k i m h a

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

F r e e n   C h a n k i m h a

Abro mis ojos, extrañamente no está el dolor de cabeza que siempre solía tener por salir de fiesta. Este usualmente era provocado por largas horas de desvelo acompañadas de alcohol, pero esta vez eso se había evitado por el problema que había tenido.

Anónima © FreenBecky #1Where stories live. Discover now