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>> Jun Ackerman <<

Me encuentro junto a mis compañeros de escuadrón cenando un poco de sopa con pan, compartimos charlas agradables y anécdotas recientes de expediciones afuera de las murallas.

A pesar de haber habido un par de bajas en la legión, la última expedición había salido tal como lo había planeado nuestro comandante Erwin.

- ¿Por qué tan callada, Jun?- pregunta Umeko, uno de mis compañeros.

Me duele un poco el estómago.

Alzo la vista para encontrarme con su mirada azul expectante. Mis compañeros me miran preocupados y se forma un breve silencio antes de que yo responda.

Suspiro y miro a cada uno de ellos. Siento una mirada penetrante desde lo lejos, me estremezco tan solo un poco cuando mis ojos se cruzan con aquellos grises que parecieran largar cuchillas venenosas, sin embargo, no dejo que mi estremecimiento aflore a mi cuerpo y trato de mantener la calma.

El sermón lo puedo sentir en la punta de mi lengua.

Vuelvo la mirada a mis compañeros y observo la venda que lleva Ming en uno de sus ojos, esta con sangre fresca, carga un par de cortes profundos al rededor de su cara. A pesar de eso se muestra alegre.

Claro que yo también lo estaría luego de estar al borde de la muerte y ahora estar comiendo y bebiendo como un desaforado. El resto de su cuerpo se encuentra casi intacto.

- Fuiste muy valiente, Jun- rompe el silencio Kiki. La observo en silencio y ella me dedica media sonrisa torcida - de no ser por ti, Ming habría muerto,- dice y me tenso automáticamente.

Un nuevo silencio se forma entre nosotros, las charlas de todos se escuchan de fondo, el ruido de las cucharas, gente dando sorbos a sus bebidas, risas y un par de gritos eufóricos. Algunos ya deben estar ebrios.

- Sí- respondo a secas y vuelvo la mirada a mi plato.

Sí. Desobedeci al capitán para salvar a Ming.

Kiki tiene razón, de no haber sido por mi decisión a último momento, Ming y otros compañeros hubieran muerto. Pero eso no quita la gravedad de mi comportamiento. No solo cuestione la decisión de uno de mis superiores, sino que actue sin permiso y por impulso, por instinto y desesperación al ver a gente que quiero, que amo, ser devorada por titanes.

No es que no haya pasado por eso antes, llevo años en esto, he visto a muchas camaradas morir frente a mis ojos, siempre es duro y trágico de ver, ni hablar de superar. Pero esta vez era diferente, me estaban pidiendo que deje morir a mi hermano.

No podía hacerlo.

Mis amigos respetan mi silencio y siguen conversando entre ellos, mientras tanto me sumergí en mis pensamientos, repasando las imágenes de horas atrás.

Me limito a comer y beber mientras ellos carcajean y gesticulan frente a mi, cada tanto Ming me lanza una mirada de preocupación al verme tan quieta y callada.

- Jun, come un poco más. Te hará bien... La soldado más fuerte debería...

- Señora Ackerman- interrumpen a Kiki antes de que termine su frase. Un chico con rostro pálido y mirada algo traumada hace su saludo frente a mi. Lo miro neutral para saber qué es lo que quiere- el capitán Levi la espera en su oficina- anuncia.

Bueno, aquí voy.

Todo salón parece haber escuchado, se forma un silencio sepulcral y desvío la mirada al frente, sin mirar a nadie en especial. Apoyo las manos sobre la mesa y me levanto de mi asiento, le hecho un último vistazo a mis compañeros que me miran entre preocupados y reflexivos.

Ackerman x Ackerman Where stories live. Discover now