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Varios días habían pasado desde que la reina Aemma murió, y desde entonces la fortaleza se había sucumbido en un absoluto silencio.

Rhaenyra se encontraba sola, en silencio en dónde la cabeza de Balerion descansaba con la mirada perdida. Hasta que escucho unos pasos detrás de ella y volteó para descubrir de quién se trataba.

-Lord Jaime -Dijo Rhaenyra un tanto sorprendida, este se encontraba a unos pasos de ella, no lo había visto desde el torneo.

El Hombre hizo una reverencia con su cabeza y hablo.

-En realidad, ahora es Ser Jaime Princesa. -dijo amablemente -y tengo entendido que mucho es gracias a usted. Ser Harold me lo comento. Se lo agradezco. -termino de decir con una sonrisa plasmada en su cara

-Es bueno saberlo, Ser Jaime, no fue nada al fin y al cabo Ser Harold ya estaba interesado en usted.-Respondio con cordialidad. Su semblante era neutro sin embargo hizo un intento de sonrisa que salió más como una mueca.

Jaime noto eso, y volvió a hablar-Lamento lo de la reina Aemma su alteza, decían que era una gran mujer. Mi padre también solía decirlo.

Rhaenyra soltó un suspiro mientras volvía su vista a la gran cabeza del dragón sintiendo como sus ojos volvían a arder.

-Lo era, realmente lo era. -Su voz salió entrecortada. Una lágrima se resbaló por su mejilla, bajo su cabeza y se limpio su mejillas con la manga de su vestido.

La princesa no quería llorar enfrente del Lannister, no le gustaba llorar enfrente de la personas y que la vieran débil, además de que no estaba permitido.

Jaime dió unos pasos acercándose a la princesa mientras su mirada se posaba en la gran cabeza de dragón que tenía enfrente.

-Se que no está permitido llorar enfrente de las personas Princesa, pero será peor si lo retiene. Tenga por seguro de que no diré nada.

La Targaryen no estaba del todo segura y siguió luchando contra las ganas de llorar que la inundaban.

-Tambien perdí a mi madre. Soltó el Lanisster sin mirarla

Rhaenyra subió su mirada hacia el Lannister un tanto confundida con los ojos cristalizados por las lágrimas contenidas.

-Yo no lo sabía ser.

-Murio luego de dar a Luz a mi hermano Tyrion. Su voz era neutra.

Tyrion.

O también conocido como el medio hombre según había escuchado, El hombre tenía una condición con su estatura y lo que le resultaba inquietante a algunos, pero lo inquietante no era su altura, ya que había ya personas con la misma condición, sino que lo inquietante era que él pertenecía a una gran casa.

Rhaenyra no tenía respuesta para eso, no esperaba eso, no sabía que decir.

Jaime dió una reverencia con su cabeza y se encamino en dirección a la puerta con intensiones de retirase.

Sin embargo antes de que el Lannister lo hiciera Rhaenyra decidió hablar.

-¿Cómo era ella? Pregunto curiosa, está seguía en su lugar sin mirarlo

Él se dió la vuelta sorprendido por su pregunta que lo tomo desprevenido

-Ella era... Dijo pensativo-Ella era Hermosa y gentil. Era amable con la servidumbre, lo era con todos y ciertamente amaba eso de ella, recuerdo que cada noche cantaba para mí y mi hermana Cersei.- un tono nostálgico se podía notar en su voz.

-Mentiria si no dijera que aveces veo a mi madre en ella. -Dijo mientras se acercaba a la princesa y se posicionada a su lado.
La princesa lo escuchaba atentamente.

𝙍𝙚𝙙 𝘼𝙣𝙙 𝙂𝙤𝙡𝙙𝙚𝙣 || 𝘑𝘢𝘪𝘮𝘦 𝘓𝘢𝘯𝘯𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳 Where stories live. Discover now