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—Cersei...—Dije apenas note la presencia de mi hermana melliza en mis aposentos.

—¿Que haces aquí?—Pregunte confundido.

—Esperaba verte, pero no estabas aquí.-Respondio con simpleza

—Bien. Pero estoy cansado hoy fue un día largo, asique me harías un favor si te re-

—Se con quién estabas Jaime. —Me interrumpió con su tono serio.

No comprendía lo que estaba tratando de decirme o lo que insinuaba, si se refería a Rhaenyra no había pasado nada malo entre nosotros para que estuviera de esa forma.

A lo que yo solo levanté de mis cejas mientras movia levemente mi cabeza hacia lo lados sin entender lo malo en eso y para que prosiguiera.

—¿Cómo puedes Jaime? ¿A qué quieres llegar con esto?

Rode los ojos, debido a su exageración y abrí la boca para volver a hablar
—Relajate Cersei, La hija del rey me lo pidió, Es una princesa no puedo negarme.

—Me importa una mierda que sea una princesa Jaime —Especto enfadada mientras se acercaba a él —¿Crees que no noto como la miras?

—¿Que como la miro? Por favor Cersei estás delirando.

—¿Entonces ya empezaste a sentir cosas por ella? ¿Desde cuándo?

—Cersei. Ya, basta. Tu sabés que a la única mujer que yo miro es a tí.—Dije seguro mientras la tomaba de las manos y besaba el dorso de estás.

Que lo hubiera dicho seguro no significaba que lo estuviera. A decir verdad yo también me había estado sintiendo algo confundido con mis sentimientos hacia la primogénita del rey.

Su cara estaba constantemente en mis pnsamientos, su cara, su hermosa cara que parecía haber sido tallada por los mismos dioses. Aunque claro está que eso nunca lo admitiría en voz alta.

Cersei ante la acción del mayor quitó sus manos de las de Jaime para pasarlas en la cara del mayor para así besarlo desesperadamente, a lo que Jaime correspondió. Mientras que Cersei se subía a él y enredaba sus piernas en su espalda para que luego el Lannister la llevará hasta su cama.

[...]

Iba por los pasillos que daban vista al jardín de la fortaleza roja luego de la incómoda conversación que había tenido con la princesa Rhaenys. Cuando divisé a Ser Jaime por lo que decidí acercarme.

—No lo vi está mañana Ser Jaime. -Dije llamando su atención. Era verdad no lo habia visto cuando salí de mis aposentos, lo cuál era raro ya que siempre lo veía ahí.

—Princesa.—Dijo sorprendido haciendo una reverencia con su cabeza. No sé habria percatado de la presencia de la princesa de no ser porque le hubiese hablando ya que el Lanisster estaba sumido en sus pensamientos.

—Estaba ocupado, su alteza. —Respondio Jaime a lo que anteriormente la princesa le había dicho.

—Si lo supuse. —Dijo desviando su mirada hacia el jardín en el que su padre y lady Laena ya no se encontraban. —¿Ha visto a Alicent? -Pregunto hacía el mayor.

—No princesa. No la he visto desde ayer.-Le respondio sinceramente.
Jaime no habia tenido oportunidad de conocer muy bien a la hija de la mano del rey solo habían intercambio un par de palabras por cortesía. La chica era bonita, no mentiría, pero no tanto como la de cierta princesa la cuál deambulaba en sus pensamientos.

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⏰ Última actualización: Jan 31 ⏰

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𝙍𝙚𝙙 𝘼𝙣𝙙 𝙂𝙤𝙡𝙙𝙚𝙣 || 𝘑𝘢𝘪𝘮𝘦 𝘓𝘢𝘯𝘯𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora