— ¿Entonces estoy invitada? — seogim arqueó una ceja, dejando su vaso con leche de banana en la mesa redonda que yacía a su derecha.
— Sí.
Las palabras de su manager volvieron a repetirse en su cabeza: "el equipo de Ibai Llanos te invita a su proyecto 'la Velada III".
— Te estarían ofreciendo entre 400,000 e 900,000 dólares si vas y te presentas como streamer y cantante. Eso que también están yendo varios de tus conocidos. — volvió a hablar su manager, quien tenía unos documentos en mano.
— Si está Lit Killah o Tiago pzk, estoy dispuesta a firmar — Seogim suspiró y se metió una galleta a la boca. — pásame, voy a firmar.
El manager se acercó y dejó los documentos en la mesa, junto una lapicera. Echo esto, giró en su propio eje y salió de la oficina de la pelirubia.
Seogim aclaró la garganta y comenzó a leer el contrato; donde debería de estar entre 7 a 10 días en un evento patrocinado por McDonalds y entre otros.
Y habían más datos innecesarios, como los partícipes del proyecto, invitados, productores, etc...
— Esperemos y me redondeen a un millón... — Bufó y firmó el contrato, dispuesta a participar en el evento.
Tomó el contrato y salió de la oficina, dejando el documento en la mesa color beige que se encontraba a la salida de la habitación.
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ACTUALIDAD.
Seogim salió del salón de belleza dejando sonar un portazo. Sus ojos avellanas se encontraban llenos de lágrimas y la gente de su staff se encontraba detrás de ella, tratando de apaciguarla.
— RAMÓN, MIRA COMO ME TUSARON.
El labio inferior de la menor comenzó a temblar, haciendo un puchero por la impotencia.
El estilista, nervioso y muy preocupado, trató de tocar el pelo de la menor, que yacía con un cutre decolorado y un pintado a medias con un burdeo a tope de gris.
— NO ME TOQUÉS. — chilló; su temperamento estaba sensible y no quería que nadie la viese ni tocase.
— Basta Seogim, ya. — Ramón, ya hartado de la situación, tomó por los dos hombros a la chica. — Estás en plena calle y en treinta minutos tenemos un vuelo a Madrid.
La asiática gruñó y se subió al auto mercedes benz color morado y ventanas polarizadas como blindadas refunfuñando. Simplemente el degradado que le habían echo estaba muy largo y al estar enfadada por eso, no se dejó terminar el descoloramiento.
El manager, ya conocido con su segundo nombre (Elias Ramón Nuñez) también subió al carro como copiloto.
— Al aéreopuerto, por favor.
Observó por el espejo del retrovisor a la menor, quien ya tenía sus audífonos en sus oídos y sus ojos todavía se encontraban cristalizados.
Soltó un suspiro y también se colocó sus audífonos, dejándose llevar por la dulce melodía de "Yes or Yes" de Twice.
