𝗢𝗡𝗘

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El agua de la lluvia golpea los cristales de la ventana con fuerza. Martin logra alcanzar el móvil con la otra mano para cambiar de canción. Singing in the rain, —uno de sus musicales favoritos—.Que canción más apropiada para la ocasión, piensa.

A pesar de tener los cascos al máximo volumen, el ruido de fuera se escucha como si no los llevara puestos.

El autobús entra en el campus. La gente se empieza a acumular a la salida del bus con ansia, y el vasco tiene que darse prisa para no quedarse atrás. Se pone la capucha al bajar por que la lluvia crece cada vez más, y lo último que quiere es mojarse.

Tiene suerte cuando baja del autobús, porque no tiene que andar mucho para encontrar un techo, hay una facultad prácticamente al lado. La intensificación de la lluvia provoca un efecto de huida en todos, pero para Martin, es el ambiente perfecto para dar un paseo por la playa sin tener que preocuparse por nada.

Pero esto no es Getxo. Aquí no hay playa, y probablemente si empezara a caminar bajo la lluvia al ritmo de la música, la gente le tomaría por loco.

Estoy cantando bajo la lluvia, solo cantando bajo la lluvia, que glorioso sentimiento— suena en los cascos. 

Se queda bajo el porche, tatareando la canción, mientras observa las gotas de agua caer y desplomarse contra el suelo; dejándolo mojado y brillante a su paso. Guarda los cascos en su bolsillo sin apagar la música. La mayoría de personas habían desaparecido por las puertas de las facultades debido a la lluvia.

El sonido de la puerta abriéndose llega a sus oídos, y se gira para ver a dos chicos entrar por la puerta y pararse a unos metros de él. No les oye, solo ve el cabello pelirrojo de una chica caer por sus hombros.

Si que ve a un chico, es bastante guapo. Se queda embobado con su rostro, e inconscientemente sus ojos van directos a sus labios. Esta fumándose un cigarro. Normalmente no es partidario de que las personas fumen, pero tenía que admitir que a el le quedaba jodidamente sexi. Cuanto el chico se percata de que le esta mirando, el vasco aparta la mirada, avergonzado. 

Y, sus mejillas se tiñen de rojo, dejándolo en evidencia.

—¿Eres Martín?— una voz con un peculiar acento canario le saca de sus pensamientos. Hace una mueca al escuchar como le llama. Aún así, se gira para encontrarse con una cabecita pelirroja que le mira con los ojos muy abiertos. La chica de antes.

—Si, bueno, en realidad es Martin, sin tilde—la chica observa cada uno de los movimientos de el moreno con atención.

—Si, como sea. Yo soy Ruslana. Me han dicho que eres nuevo aquí— asiente—. Y también me han dicho que te tengo que enseñar esto...Vas a estudiar artes escénicas, ¿no?

—Así es, ¿y tú?

—También, aunque esta no es la facultad— dice. Las comisuras de su boca se curvan en una sonrisa, y su cara se ilumina, haciendo que el chico sonría— . Me parece que te has equivocado, estamos en la de ingeniería. La de artes está por allí— la chica señala al edificio que se encuentra justo enfrente.

—Estaba lloviendo, y pues me he metido en el primer techo que he visto— responde Martin sonriendo—. ¿Y entonces que haces en la facultad de ingeniería?

𝐆𝐎𝐃 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐊𝐍𝐎𝐖𝐒 ;; juantinDär berättelser lever. Upptäck nu