A Dónde Vayas.

Encuentros

Una chica rubia de unos veinte años caminaba por el bosque a las afueras de Atlanta pensando en cómo el mundo se había terminado hacía un par de meses, por lo menos el mundo que todos conocían. Ahora los muertos volvían a la vida y todo se trataba de sobrevivir, Emma nunca agradeció tanto que su padre fuera un loco de la supervivencia y que siempre estuviera anunciando el fin del mundo como en esos momentos en los que tuvo que poner en práctica todo lo que le enseñó desde niña. Apuntó con su arco hacía el conejo y libero el aire lentamente antes de soltar la fecha, cuando se acercó vio que había dos flechas clavadas en el animal y miró a su alrededor intrigada, no había nadie o por lo menos no podía ver a nadie así que se encogió de hombros y tomo al animal recuperando ambas flechas.

- Hola cena - dijo con una sonrisa

- Es mío - le habló una voz a su espalda, volteo lentamente pues sabía que en este nuevo mundo las personas podían ser más peligrosas que los muertos - mí flecha lo derribó primero - le dijo el hombre parado ahora frente a ella, tenía un aspecto salvaje y unos increíbles ojos azules.

- Debatible - le contestó con una sonrisa

- No juegues niña - le dijo enfadado

- Bien, solo porque soy una persona educada voy a dejar que te quedes con él - le contestó lanzando al animal para que lo atrapara.

- No necesito que me hagas favores - bufó el hombre

- Entonces me lo llevo - le respondió dando un paso hacia él

- olvídalo

- En ese caso supongo que es todo tuyo - se colgó el arco al hombro y comenzó a caminar

- ¡Oye niña! Quiero mí flecha de vuelta - le dijo antes de que se alejara más.

- Tu conserva el conejo yo la flecha, es un trato justo ¿no crees? - le respondió sonriendo

- ¿Estás sola? - le preguntó mirando hacia todos lados

- Si, pero es mejor no intentar nada - le respondió llevando su mano al cuchillo en su cintura

- No iba a hacerte nada... tengo un campamento - le informó con indiferencia - por si quieres unirte, es peligroso estar solo

- Te lo agradezco... - le dijo esperando que se presentará

- Daryl - le contestó simplemente

- Bueno, te lo agradezco Daryl pero no gracias - dió la vuelta y empezó a caminar

- ¡No me dijiste tu nombre! - le gritó

- ¡Si nos volvemos a ver quizás te lo diga! - le respondió volteando a verlo mientras abría los brazos con una sonrisa - ¡Buena caza Daryl! - comenzó a caminar dándole la espalda dejando al hombre con una sonrisa tonta en los labios que borró enseguida al notarla.

Meses después...

- ¡Despierta! - le dijo la voz de una mujer a Daryl mientras lo pateaba - esa fue una fea caída y este no es lugar para descansar

- ¿Que pasó? - preguntó incorporándose dejando salir un gemido de dolor al sentir qué tenía una flecha atravesando su costado - ¿Me disparate? - le preguntó al notar el arco de la chica

- ¡Hey! Ese fuiste tú solito cuando caíste del caballo - le respondió levantando las manos, un caminante se acercó a ellos por atrás y ella sacó su cuchillo con destreza antes de clavarlo en la cabeza del muerto, dos más se acercaron y ella empujó con el pie a uno mientras liquidaba al otro, cuando el último se acercó terminó con su vida con facilidad - me alegra ver qué sobreviviste todo este tiempo - le dijo con una sonrisa en los labios sentándose sobre el tronco de un árbol caído para recuperar el aliento.