A Dónde Vayas.

Oceanside.

Emma despertó y se quedó mirando la luz que entraba por la ventana, el brazo de Daryl rodeaba su cintura mientras dormía y ella levantó la mano para mirar su anillo. No habían tenido una ceremonia porque no la necesitaban, era suficiente con saber que le pertenecían al otro y que a pesar del tiempo que había pasado seguían amándose.

- No me digas que te arrepientes - la voz de Daryl la sobresalto

- Mierda Dixon no hagas eso - le dijo golpeando su brazo, se giró en la cama para refugiarse en su pecho y suspiró - No, no me arrepiento solo pensaba en el viaje de hoy

- ¿No quieres ir? - le preguntó acariciando su espalda

- No conozco el mar... jamás fui cuando era niña o nunca de hecho, así que no me lo perdería por nada del mundo - besó su pecho y luego levantó el rostro para besar sus labios.

- Muy bien señora Dixon ¿Que le parece si vamos a desayunar y nos ponemos en marcha? - Emma le sonrió al escucharlo

- No me digas señora, me haces sentir vieja - se puso de pie y camino hasta la puerta del baño - ¿una ducha primero? - el cazador la miró con una sonrisa y se puso de pie, la tomó de la cintura empujándola al interior del cuarto de baño para comenzar el día.

El invierno había terminado dándole paso a la primavera y ese día irían a Oceanside aprovechando el buen tiempo para practicar tecnicas de peleas, todas las comunidades irían porque se estaban preparando en caso de que los susurradores decidieran atacar aunque todo había estado tranquilo durante el invierno. Carol había decidido irse en los barcos y rara vez la veían, Negan había logrado que lo dejarán salir de la celda y ahora ayudaba en los trabajos de la comunidad bajo supervisión, Lydia aún continuaba adaptándose pero la gente seguía sin aceptarla. Daryl estaba preocupado por su amiga, estaba preocupado por la adolescente y por la comunidad, Emma trataba de ayudarlo en todo lo que podía pero no era fácil, cada vez que daban un paso hacia adelante con Lydia retrocedían dos. Había mucho que hacer y a veces no les alcanzaba el tiempo para estar juntos, había dias en los que solo se veían por la noche pero no les importaba porque al finalizar el día el otro siempre estaba ahí para aliviar cualquier preocupación.

Emma cocinaba el desayuno un rato después mientras Judith la ayudaba y R.J, el menor de los Grimes corría por la casa.

- Jude ¿puedes avisarle a tu mamá que el desayuno está listo? Si queremos salir temprano debemos darnos prisa - le pidió Emma a la niña que terminaba de poner los platos en la mesa y asintió al pedido de la rubia. Daryl se le acercó y la abrazo por la espalda dejando un beso en la mejilla

- Nadie me dijo que la vida de casado podía ser tan satisfactoria  o lo hubiese hecho antes - Emma rió al escucharlo mientras sentía los besos que dejaba en su cuello

- Comportarte Daryl, hay niños en la casa - él bufó pero la soltó para sentarse en la mesa justo cuando Michonne aparecía con sus hijos

- Buenos días - los saludó sentándose - ¿Todavía quieren ir?

- Emma no se lo perdería, de hecho casi no durmió anoche de lo emocionada que está - le respondió Daryl que miraba a su esposa con una sonrisa mientras hablaba con los niños.

- Es raro verlos así, recuerdo que solíamos verlos pelear todos los días - Michonne también miraba a la rubia interactuar con sus hijos - con Rick hacíamos apuestas para ver quién terminaría cediendo primero

- Era un idiota entonces, gracias a Dios que el amor es ciego - la morena rió y Emma los miró con curiosidad - ¿Quien está listo para ir a la playa? - los niños festejaron y aunque la rubia no dijo nada se podía ver la emoción en sus ojos, tenía ese brillo que Daryl tanto había extrañado y que le costó tanto recuperar.
Se pusieron en marcha una hora después, el camino no era corto pero tenían tiempo y era necesario hacerlo. Cuando llegaron la rubia apenas podía controlar la emoción de su cuerpo, Daryl la obligó a cerrar los ojos mientras la guiaba a la playa con los ojos vendados, no quería perder la oportunidad de ver el rostro de Emma la primera vez que viera el mar.